Huracán Irma
en CUBA

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Irma, el mayor huracán registrado hasta ahora en el océano Atlántico, azotó Cuba durante más de 72 horas en septiembre de 2017. Los fuertes vientos y lluvias provocaron inundaciones que dejaron 10 víctimas mortales y daños graves en las viviendas, las infraestructuras y la agricultura de 13 de las 15 provincias de la isla, sobre todo en las zonas costeras.
 
En total, más de 9 millones de niños y sus familias se vieron afectados y más de 2 millones de personas se refugiaron en centros de evacuación y casas particulares.
 
El huracán Irma dañó seriamente los sistemas de agua y saneamiento y las escuelas de numerosos municipios. Por ello, tras la respuesta inmediata del Gobierno de La Habana para garantizar la seguridad en albergues y hogares, la rehabilitación de los sistemas de agua se convirtió en la gran prioridad.

Vuelta al cole... del vecino

En el municipio de Morón (provincia de Ciego de Ávila, centro de Cuba), la vuelta al cole se produjo una semana después del impacto del huracán Irma. Pero la mayoría de niños y adolescentes no lo hicieron a sus aulas habituales, debido a los daños en techos y paredes. Es el caso del centro de primaria Nicolás Hernández, cuyos 30 alumnos fueron ubicados en las casas de 6 vecinos.

Estas escuelas temporales fueron adaptadas para el proceso docente y adornadas con todos los murales, pósters y materiales que los niños y niñas habían guardado previamente en su hogar y después colgaron donde pudieron.

Huracán Irma en Cuba
© UNICEF Cuba/2017

A las 07:50 horas los niños llegan a mi casa y empiezan las clases siguiendo los mismos horarios que en la escuela. Los niños confiesan que echan de menos al resto de sus amigos y siguen de cerca la obra de la escuela.

-Niurius Núñez, profesora y vecina de una de las casas que sirve de escuela temporal

UNICEF en acción

Nuestros compañeros de UNICEF Cuba entregaron suministros para la potabilización, uso y almacenamiento de agua segura —como recipientes y tabletas de cloro, y kits de higiene para la limpieza—, así como materiales de comunicación, para garantizar el tratamiento adecuado del agua.

También proporcionaron material escolar, kits recreativos y tejados impermeables para reparar los techos dañados de las escuelas, de forma que los niños y niñas pudiesen volver a la normalidad en un ambiente seguro y protector.