Niños en emergencias: se puede y se debe hacer mucho más por ellos

El mundo no ha logrado mantener a salvo a los niños afectados por conflictos en 2018. Las partes beligerantes deben detener los ataques contra los niños.

Niño rohingya emergencia Bangladesh 2018

28/12/2018

Los niños que viven en países en guerra han sido en 2018 objetivo directo de ataques, han sido utilizados como escudos humanos, han sido asesinados, mutilados o reclutados para combatir. Las violaciones, el matrimonio forzoso y el secuestro se han convertido en tácticas habituales en conflictos de Siria a Yemen, pasando por República Democrática del Congo (RDC), Nigeria, Sudán del Sur o Myanmar.

“Durante los últimos 12 meses, el mundo ha seguido fallándoles (a estos niños). Se puede y se debe hacer mucho más para proteger y atender a los niños”, ha valorado nuestro director de Programas de Emergencia, Manuel Fontaine.

La raíz del problema es que las partes beligerantes siguen cometiendo graves violaciones contra los niños con casi total impunidad, y los líderes mundiales no están logrando que los responsables rindan cuentas.

Desde UNICEF hacemos un llamamiento a todas las partes en conflicto para que cumplan el Derecho Internacional Humanitario y detengan inmediatamente las violaciones contra los niños, así como que las infraestructuras civiles como escuelas, hospitales y sistemas de agua, dejen de ser un objetivo. Y también instamos a los estados con influencia sobre las partes en conflicto a usar dicha influencia para garantizar la protección a los niños.

Niños en emergencias: más países en guerra

En 2018 se han visto envueltos en conflictos nacionales e internacionales más países que en ningún otro momento de las últimas tres décadas.

  • Afganistán: en los nueve primeros meses de 2018 fueron asesinados o mutilados unos 5.000 niños, igualando la cifra de todo 2017.
  • Camerún: 93 aldeas han sido presuntamente quemadas parcial o totalmente debido al conflicto en esas zonas, donde muchos niños experimentan niveles de violencia extrema.
  • República Centroafricana: un dramático resurgimiento de los combates ha afectado a gran parte del país, donde 2 de cada 3 niños necesitan ayuda humanitaria.
  • República Democrática del Congo: la violencia inter-étnica y los enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y los grupos armados han tenido un impacto devastador sobre los niños. La respuesta al actual brote de ébola se ha visto seriamente obstaculizada por la violencia e inestabilidad en el este del país.
  • Irak: aunque los combates han disminuido en gran medida, cuatro niños fueron asesinados en noviembre en el norte del país cuando el camión en el que iban a la escuela fue atacado.
  • Cuenca del Lago Chad: el actual conflicto, el desplazamiento y los ataques a profesores, escuelas y otras instalaciones educativas han puesto en riesgo la educación de 3,5 millones de niños.
  • Malí, Burkina Faso y Níger: un reciente estallido de violencia en la frontera entre estos tres países ha causado el cierre de 1.478 escuelas.
  • Myanmar: la ONU sigue recibiendo informaciones de violaciones de los derechos de los rohingya que permanecen en el norte del estado de Rakhine, donde presuntamente se están cometiendo asesinatos, desapariciones y arrestos arbitrarios.
  • Noreste de Nigeria: grupos armados, incluidas facciones de Boko Haram, siguen teniendo como objetivo a las niñas. Estas son violadas, obligadas a convertirse en esposas de los combatientes o utilizadas como “bombas humanas”.
  • Palestina: más de 50 niños han sido asesinados y cientos más han resultado heridos este año, muchos de ellos mientras se manifestaban contras las deterioradas condiciones de vida en Gaza.
  • Sudán del Sur: el incesante conflicto y la inseguridad durante el periodo de escasez anual llevaron a 6,1 millones de personas al hambre extrema.
  • Somalia: más de 1.800 niños fueron reclutados y 1.278 secuestrados durante los primeros nueves meses del año.
  • Siria: entre enero y septiembre, la ONU verificó el asesinato de 870 niños, la cifra más alta en los primeros nueve meses de cualquier año desde el comienzo del conflicto en 2011.
  • Este de Ucrania: más de cuatro años de conflicto se han cobrado un precio devastador en el sistema educativo, destruyendo y dañando cientos de escuelas y forzando a 700.000 niños a aprender en entornos frágiles, en medio de combates inestables y de los peligros de los artefactos de guerra sin detonar.
  • Yemen: la ONU ha verificado la muerte o mutilación de 1.427 niños en ataques, como uno intolerable contra un autobús escolar en Saada.

En todos estos países, trabajamos junto a nuestros aliados para dar a los niños más vulnerables salud, nutrición, educación y protección. Por ejemplo, en octubre contribuimos a la liberación de 833 niños soldado en el noreste de Nigeria, mientras que en Sudán del Sur hemos reunido a casi 6.000 niños con sus familias desde el estallido del conflicto hace cinco años.