Conflicto en Afganistán
13 millones de niños y niñas necesitan ayuda.



Afganistán ha sido, durante muchos años, uno de los peores lugares del mundo para ser niño. Después de años de conflicto e inestabilidad, la situación económica y política ha traído más problemas a un país afectado, además, por desastres naturales recurrentes, pobreza crónica y enfermedades, incluidos los efectos de la COVID-19.
En las primeras horas del 22 de junio, un terremoto de magnitud 5,9 hizo temblar las provincias de Paktika y Khost. Las fuertes lluvias y el viento han obstaculizado las labores de rescate. El número de víctimas y total de afectados no se ha confirmado, pero se teme que el impacto sea devastador para una población que ya estaba en una situación de gran vulnerabilidad antes de esta catástrofe.
En las primeras 24 horas, UNICEF movilizó sus equipos médicos y nutricionales para evaluar la situación y responder a las necesidades humanitarias más urgentes de las niñas y niños afectados. Se ha suministrado agua, material higiénico, mantas y tiendas de campaña, además de desplegar equipos que den apoyo psicosocial. Más suministros médicos están en camino.
Grave crisis humanitaria en el país
La situación humanitaria se ha deteriorado considerablemente con la reciente evolución política y socioeconómica. Los servicios esenciales están al borde del colapso, exacerbando las necesidades de una población ya vulnerable.
Más de la mitad de la población, casi 25 millones de personas, necesita asistencia humanitaria, incluidos 12,9 millones niños, un 25%más que en 2021.
Se estima que 8,7 millones de personas estarán este año en situación de inseguridad alimentaria y 1 de cada 2 niños menores de 5 años sufrirá desnutrición aguda. Más de 1 millón padecen desnutrición aguda grave.
También están aumentando las enfermedades, como el sarampión, diarrea, dengue y la propia COVID-19. A su vez, casi 8 millones de niños necesitan apoyo para acceder a la educación.
Sin acceso a los servicios básicos mínimos que salvan vidas, los afganos sufrirán unos efectos catastróficos: 112 niños podrían morir cada día por falta de atención primaria de la salud.
La crisis actual y la incertidumbre de las mujeres para ejercer sus derechos, crean un entorno propicio para el aumento de la violencia de género, que ya afecta al 46% de las mujeres afganas.
Los movimientos de población continuarán a lo largo de 2022. Se estima que habrá más de 650.000 desplazados por las dificultades económicas, las catástrofes naturales y por la inseguridad. También se espera que 785.400 personas regresen del extranjero.
Respuesta de UNICEF
UNICEF lleva 65 años en el país y nuestros equipos continúan allí para proteger y salvar las vidas de los niños y niñas. No tenemos intención ni de dejarlos solos ni de marcharnos del país. Con 13 oficinas operativas, UNICEF tiene la capacidad de llegar a cada rincón.
La experiencia nos ha permitido establecer redes y generar confianza en la población, por lo que podemos responder de forma ágil y efectiva. Las necesidades de los niños afganos vulnerables y sus familias no tienen precedentes.
Este año, nuestra prioridad es lograr el acceso de la ayuda humanitaria a los lugares más difíciles y a los niños que más lo necesitan, para lo cual negociamos con todas las partes en el conflicto.
Es fundamental dar acceso a las familias a servicios básicos de calidad, como agua y saneamiento, salud, nutrición, educación y servicios de protección de la infancia, incluida la protección de los derechos de las mujeres y las niñas.
Hasta ahora, la ayuda humanitaria de UNICEF ha llegado a 4 millones de personas en lo que va de año, y continuamos con nuestros programas para:
- Agua, saneamiento e higiene: ofrecer agua de calidad a más de 11.500.000 personas, incluidas las familias desplazadas.
- Nutrición: Hacer llegar suministros de alimento terapeútico que permita salvar las vidas de niños y niñas con desnutrición aguda y suplementos alimentarios.
- Salud: ofrecer servicios esenciales, apoyando a centros de salud y a las brigadas móviles de salud, con el objetivo de llegar a 15 millones de personas. Apoyar también la vacunación contra el sarampión en todo el país, alcanzando a más de 10 millones de niños y niñas.
- Educación: apoyar el acceso a las escuelas para más de 7 millones de niños y niñas y dotarlos de suministros escolares, en especial a los desplazados internos.
- Protección: prestar servicios inmediatos y vitales para los niños y niñas, incluyendo salud mental y apoyo psicológico, prevención y mitigación de los riesgos de violencia sexual y de género, transferencias de efectivo, educación sobre el riesgo de explosivos y municiones y prevención del reclutamiento.
- Adolescentes/jóvenes: abrir espacios seguros para mujeres y niñas y desarrollar asociaciones con organizaciones de la sociedad civil.
Los niños y niñas de Afganistán sufren las consecuencias de la violencia, la desnutrición y la falta de oportunidades. Desde UNICEF necesitamos todo el apoyo posible para acompañarles y protegerles.
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