Afganistán: ¡niñas en las escuelas ya!

 Miles de niñas llevan meses sin poder acudir a la escuela. UNICEF pide a las autoridades de facto que permitan a las niñas volver de inmediato a la escuela secundaria.

Niñas sin acceso a la escuela en Afganistán.

21/03/2023

"Es profundamente decepcionante saber que, una vez más, las autoridades de facto en Afganistán han impedido que las niñas asistan a la escuela secundaria", afirma nuestra directora, Catherine Russel, calificando a su vez la decisión de "injustificada y corta de miras".
 
Hace un año, ya conocíamos que las escuelas no volverían a abrir para las niñas del séptimo al último curso (12º), aunque los niños de cualquier edad sí que podrían regresar. Y más recientemente, desde UNICEF condenábamos la prohibición a todas las mujeres de acceder a la educación superior y trabajar en organizaciones humanitarias en el país. 
 
Ha pasado mucho tiempo desde el primer anuncio, y las adolescentes en Afganistán siguen sufriendo la angustia y la decepción resultantes de esta oportunidad robada, que se traduce en un claro retroceso para su futuro.
 

Los números son alarmantes. En los últimos tres años, debido a la llegada de la pandemia y a las sucesivas prohibiciones, más de 1 millón de niñas han perdido su educación secundaria. En 2023, se estima que a unas 215.000 niñas que finalizaron la primaria se les negará su derecho a aprender si la educación secundaria permanece cerrada. 

Las voces de las niñas y adolescentes

Niñas sin acceso a la educación en Afganistán.

Mariya tiene 16 años, y describe cómo algunas de sus amigas y compañeras de clase sufren depresión por no poder continuar su educación, espera que los hombres afganos defiendan los derechos de las mujeres y niñas y reabran las escuelas para todos. “Sólo me quedaban tres años para terminar el bachillerato, había estudiado mucho. Es nuestro derecho volver a la escuela y estudiar”, explica Mariya.

A todas les ha afectado no poder ir a la escuela, aunque nos cuentan que perseveran para tratar de continuar sus estudios en el hogar.

Niñas sin acceso a la educación en Afganistán.

Es el caso de Fatema, de 15 años. "Cuando me enteré del cierre de las escuelas para las niñas de nuestra edad, me sentí triste y decepcionada, no sólo por mí, sino que estoy realmente disgustada por todas las niñas a las que les gusta continuar su educación y no se les permite".

En el futuro, Fatema quiere ser empresaria y estudiar economía como hizo su madre. También expresó que se siente mal cuando ayuda a su hermano a prepararse para ir a la escuela y ella se tiene que quedar en casa.

Niñas sin acceso a la educación en Afganistán.

Meher, de 16 años, sueña con ser médica en el futuro. Sus asignaturas favoritas en la escuela son matemáticas y química, y ahora que no puede asistir a las clases Meher escucha las lecciones que se dan en la televisión. "Las escuelas estaban cerradas antes a causa de la COVID-19, pero eso no dolía tanto como duele ahora que no se nos permite estudiar mientras que a los chicos de nuestra edad sí. No es justo", explica.

Niñas sin acceso a la educación en Afganistán.

Arezzo, de 13 años, es hija única. Sus padres no tienen estudios y quieren que ella sea médica o piloto, y a ella también le gustaría serlo. "No me gusta que se cierre la escuela, y cuando pienso en ello, me pongo triste y me decepciono" nos cuenta. Ahora que está en casa, se dedica a las tareas domésticas, a cocinar y a limpiar.

La tradición excluye a las niñas

El acceso a una educación de calidad es muy difícil en Afganistán y las niñas son siempre las primeras perjudicadas.

Incluso antes de la pandemia de la COVID-19, el acceso a la educación era todo un reto, ya que las prácticas culturales, los desplazamientos, la inaccesibilidad y la falta de instalaciones mantenían a millones de niños fuera de la escuela, especialmente a las niñas.

Las razones que subyacen detrás de las bajas tasas de matriculación de las niñas son la inseguridad y las normas y prácticas tradicionales relacionadas con el papel de las niñas y las mujeres en la sociedad. Otra razón podría ser, en parte, la falta de maestras -mujeres -, especialmente en las escuelas rurales.

En las zonas más pobres y remotas del país, los niveles de matriculación varían mucho y las niñas siguen careciendo de igualdad de acceso.

Después de décadas de conflicto, interrupciones escolares debido a la COVID-19, el colapso de la economía y el impacto de las sanciones internacionales, los niños, especialmente las niñas, se ven sometidos a daños irreparables y están perdiendo la esperanza de un futuro mejor.

UNICEF: educación igualitaria y de calidad para todos

Desde UNICEF estamos haciendo todo lo posible para que la educación de los niños y niñas en Afganistán continúe. A pesar del difícil contexto educativo, estamos dando apoyo para que más de medio millón de niños, de los cuales el 57% son niñas, tengan la oportunidad de acceder a una educación. 

Apoyamos unas 15.000 aulas comunitarias, entregando mochilas con lápices, bolígrafos y cuadernos de ejercicios a más de 1 millón de estudiantes de todo el país, e iniciamos la distribución de alrededor de 37 millones de libros de texto. También estamos ayudando con la reapertura de escuelas que han estado cerradas durante muchos años.

Además, continuamos con los pagos de salarios a los docentes y la formación de casi 5.000 profesores. 

UNICEF trabaja con el Ministerio de Educación y otros aliados para mejorar la calidad de la educación, construir mejores sistemas educativos y apoyar entornos propicios para el aprendizaje y el desarrollo.

Trabajamos por la educación de cada niño y cada niña, porque ¡todos los niños merecen estar en la escuela!

 
© UNICEF
 
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