Túnez, una oportunidad para trabajar por los derechos de los niños

Hamza vive en Sidi Hcine, un barrio de clase obrera en las afueras de Túnez. En lugar de asistir a la escuela, trabaja en el mercado de pescado del centro de la ciudad. La historia de Hamza es la de muchos niños tunecinos, que abandonan la escuela para trabajar y ayudar a sus familias.

Según datos recientes, el 98% de los niños en edad escolar en Túnez ingresan en la escuela primaria. Sin embargo, miles de ellos laabandonan todos los años, a pesar de que la educación es obligatoria entre los 6 y los 16 años de edad. Se estima que en 2009 abandonaron la escuela 69.000 niños.

Hamza es el hijo mediano de una familia de tres hermanos. Su hermana menor tiene 7 años y ha comenzado la escuela este año. Él ayuda a sus padres a pagar la educación de su hermana. Su padre trabaja en turnos de noche en el municipio y su madre trabaja de empleada doméstica.

Falta de seguridad

Durante la sublevación popular nadie en su familia pudo salir a trabajar, debido al toque de queda, la falta de seguridad y la ausencia de transportes. Pero ahora las cosas parecen mejorar, señala Hamza.

En una jornada muy productiva, Hamza saca 10 dinares tunecinos (7 dólares) de su trabajo en el mercado de pescado, limpiando y haciendo entregas. Pero él se queda con muy poco de ese dinero.

"Me gustaría matricularme en una clase de formación profesional", dice. "Seguiría trabajando en el mercado en mis días libres para poder ganar dinero. Pero me gustaría aprender un oficio".

Según Mehyar Hamadi, funcionario de Protección Infantil en el distrito de Ariana, en el área metropolitana de Túnez, los niños que abandonan la escuela antes de los 16 años, y que no pueden o no quieren reanudar su educación, usualmente se tienen que enfrentar a una situación complicada.

Centrarse en los problemas de la infancia

En su trabajo con niños vulnerables durante más de 10 años, Mehyar sabe cómo la pobreza, la discriminación, el abuso y la injusticia afectan a los niños. En 2010, su oficina procesó 374 solicitudes de ayuda.

"El dinero, o más bien su carencia, muy a menudo es la causa del problema", dice. "La pobreza, especialmente cuando se combina con la falta de formación, es un terreno propicio para la violencia, laexplotación, las privaciones, elabandono y toda clase de abusos infantiles", explica.

Es difícil decir cuántos niños se encuentran en situación parecida a la de Hamza o a los que describe Mehyar. Las estadísticas han sido durante mucho tiempo un problema delicado en Túnez. De todas maneras, ahora la población se está dando cuenta de la magnitud de las desigualdades en el país.

Las cifras son clave a la hora de hacer un presupuesto, yUNICEF ve los nuevos acontecimientos en Túnez como unaoportunidad para poner mayor énfasis en los problemas de la infancia.

Para conseguirlo, habrá que prestar una mayor atención a tratar asuntos tan sensibles como el trabajo infantil,los niños que viven y trabajan en las calles, y larecopilación de datos.