Emergencia en Sudán:
combates y escalada de violencia
Emergencia en Sudán
Sudán se enfrenta actualmente a una de las crisis humanitarias más graves a nivel mundial, caracterizada por la mayor emergencia de desplazamiento del mundo. Más de 9,8 millones de personas, entre ellas 4,7 millones de niñas y niños, siguen desplazadas internamente debido al conflicto persistente y al colapso permanente.
¿Qué está pasando en Sudán?
Sudán es un país que lleva años enfrentando diferentes crisis, que, en muchos casos se han convertido en permanentes. Desde el golpe militar que se produjo en octubre de 2021, el país se ha mantenido en un punto muerto a nivel político y con constantes agitaciones civiles.
La situación se deterioró aún más en septiembre de 2025, con la intensificación del conflicto en Kordofán del Norte, Kordofán del Sur, Kordofán Occidental y Darfur del Norte, lo que provocó nuevas oleadas de desplazamientos.
En El Fasher, Kadugli y Dilling, los asedios en curso han provocado una grave escasez de alimentos, agua potable y atención médica, mientras que las condiciones económicas siguen empeorando. Los asedios prolongados y los ataques selectivos están restringiendo gravemente la circulación de civiles y el acceso humanitario. Los civiles, especialmente las niñas y niños, sufren bombardeos repetidos y un rápido deterioro de las condiciones de vida.
Para agravar la crisis, diez estados se vieron afectados por fuertes lluvias, lo que provocó el desplazamiento de más de 19.000 personas y la destrucción de más de 25.000 viviendas. Estas crisis relacionadas con el clima están ejerciendo una presión adicional sobre unos sistemas ya frágiles y aumentando la vulnerabilidad de las comunidades desplazadas y de acogida.
Consecuencias del conflicto en Sudán
La extrema crisis humanitaria en Sudán —conflicto prolongado, desplazamiento generalizado, grave inseguridad alimentaria, brotes de enfermedades y el colapso de los servicios esenciales— ha dejado a más de 30,4 millones de personas (la mitad de ellas niños) que necesitarán asistencia urgente en 2025. La crisis de desplazamiento en el país es la mayor del mundo.
Una crisis alimentaria que se agrava rápidamente ha provocado una grave inseguridad alimentaria que afecta a más de 24,6 millones de personas. La disrupción de los mercados, los daños en la infraestructura y las malas cosechas han hecho que los alimentos sean inaccesibles para la mayoría de la población, lo que ha llevado la desnutrición en Sudán a niveles críticos. Se prevé que en 2025, 770.000 niños estarán en riesgo inmediato de sufrir desnutrición aguda grave si no se interviene con urgencia.
Sin tratamiento, esta afección puede provocar la muerte y causar daños físicos y cognitivos irreversibles. Los niños que viven en zonas afectadas por conflictos y de difícil acceso, donde el acceso a los servicios básicos sigue estando muy restringido, son especialmente vulnerables. Las tasas mundiales de desnutrición aguda superan el umbral de emergencia del 15% establecido por la OMS. En algunas zonas, la cifra supera el 30%, lo que indica una hambruna que ya ha devastado varias regiones, mientras que otras zonas del país siguen en riesgo.
Educación y alfabetización en Sudán
La situación educativa sigue siendo grave: diecisiete millones de niñas y niños no asisten a la escuela, lo que profundiza el ciclo de pobreza y vulnerabilidad. Cerca de 7,1 millones de niñas y niños asisten actualmente a escuelas formales, mientras que otros 1,8 millones están matriculados en entornos educativos alternativos o no formales. A pesar de estas cifras alentadoras, casi 7,9 millones de niños siguen sin asistir a la escuela, lo que pone de relieve la continua interrupción de los servicios educativos en todo el país.
Salud y nutrición en Sudán
El sistema de salud del país se encuentra en crisis. El setenta por ciento de los centros de salud están fuera de servicio debido a daños y escasez de suministros esenciales. El personal sanitario lleva meses sin cobrar, lo que debilita aún más un sistema ya de por sí frágil. Los problemas de seguridad y las restricciones de acceso han interrumpido gravemente los servicios de salud esenciales, incluida la vacunación sistemática. Como consecuencia, aproximadamente 3,4 millones de niños menores de 5 años corren un alto riesgo de sufrir brotes de enfermedades.
En Darfur del Norte, las condiciones de hambruna persisten desde hace meses, y la situación de la seguridad alimentaria y la nutrición infantil ha alcanzado niveles catastróficos. En 2025 se ha producido un aumento de mortalidad infantil evitable relacionada con el hambre y las enfermedades. La interrupción de las rutas de suministro, el saqueo de los convoyes de ayuda y la denegación del acceso humanitario han hecho casi imposible mantener los esfuerzos de socorro.
El colapso de los sistemas de agua y saneamiento ha contribuido al aumento de las enfermedades transmitidas por el agua, y un tercio de la población carece de acceso a agua potable. El repunte de casos de malaria es particularmente alarmante: Sudán representa el 41% de todos los casos de malaria y el 49% de las muertes relacionadas con esta enfermedad, con un promedio de 10.000 casos y 21 muertes diarias.
Protección de los derechos de los niños en Sudán
La protección de la infancia se ha convertido en una de las principales preocupaciones ante el riesgo de las graves violaciones de los derechos humanos, como reclutamiento forzado, violencia sexual, ataques a escuelas y hospitales, entre otros.
UNICEF continuó vigilando las graves violaciones de los derechos de la infancia en todo el país. La escalada del conflicto en Darfur ha expuesto a los niños a mayores riesgos de reclutamiento, violencia sexual, asesinatos y mutilaciones.
La destrucción generalizada de la infraestructura ha dejado a millones de personas sin acceso a servicios esenciales, como atención médica, educación y agua potable. Las mujeres y las niñas siguen enfrentando la amenaza de la violencia de género, incluyendo violencia sexual, secuestro y esclavitud, presuntamente perpetrada por las partes en conflicto.
Respuesta de UNICEF
La estrategia de UNICEF para la respuesta humanitaria en Sudán se centra en brindar apoyo específico y vital a las poblaciones más vulnerables, al tiempo que restablece los servicios esenciales, fortalece la resiliencia y apoya los esfuerzos de recuperación en las zonas de retorno y dentro de las comunidades de acogida. La estrategia aborda las necesidades inmediatas y mantiene los servicios básicos, en particular en las zonas afectadas por el conflicto, para las poblaciones desplazadas y en las zonas de retorno que ahora son accesibles, haciendo hincapié en el apoyo vital a medida que aumenta la presión sobre los recursos.
Con estos tres elementos como centro de todas nuestras actividades, trabajamos para atender a la infancia y garantizar sus derechos:
Protección de la infancia:
- A medida que los frentes de conflicto se adentran en zonas inestables de Kordofán y Darfur del Norte en los últimos meses, la demanda de servicios de protección infantil sigue aumentando considerablemente. A pesar de la inseguridad y las limitaciones operativas, UNICEF mantiene una estrategia de «protección por presencia», desplegando trabajadores de primera línea, reforzando las vías de derivación e integrando la protección infantil, la respuesta a la violencia de género y el apoyo psicosocial y de salud mental en intervenciones multisectoriales.
- Hemos proporcionado apoyo psicosocial y de salud mental (MHPSS) a 307.823 personas, entre ellas 314.772 niñas y niños
- Desde UNICEF trabajamos para prevenir la explotación y el abuso sexuales (PSEA) proporcionando información sobre la PSEA y los mecanismos de denuncia seguros
Salud:
- Seguimos trabajando con medidas sencillas que salvan vidas, como campañas de vacunación contra el sarampión y rubeola o mejorando el acceso a servicios de atención primaria.
- Para garantizar la continuidad de los servicios de salud materna e infantil, distribuimos kits para la gestión integrada de enfermedades infantiles (AIEPI) y suministros de salud materna y neonatal entre los centros de salud de varias regiones del país.
- Para frenar la propagación del cólera ampliamos la respuesta frente a la epidemia mediante intervenciones de vigilancia y gestión de casos basadas en la comunidad y desplegando equipos de respuesta rápida.
Nutrición:
- Prestamos servicios integrados de nutrición vitales en todo el país, también en las zonas con nuevos desplazados o más afectadas por el conflicto, prestando especial atención a las localidades prioritarias. Los programas de tratamiento de la desnutrición aguda grave (DAG) han experimentado un aumento sin precedentes en 2025, hemos logrado que más de 448.000 niñas y niñas sean tratados de desnutrición.
- Para facilitar el tratamiento continuado de la infancia afectada por desnutrición aguda grave, apoyamos los programas terapéuticos en ambulatorios. Además, estamos trabajando en zonas con gran número de desplazados internos o baja cobertura de servicios, incluidos en Nilo Azul y en el punto de reunión de desplazados internos de Al Salambi, en Gedarif.
- Para llegar a un mayor número de niños y niñas con intervenciones nutricionales preventivas y curativas, especialmente en las zonas de difícil acceso y en los estados que reciben desplazados internos, ampliamos los servicios integrados de nutrición en centros de salud, equipos móviles y campañas masivas.
- Para ayudar a prevenir la desnutrición, miles de cuidadoras y cuidadores de niñas y niños menores de dos años recibieron asesoramiento sobre una alimentación adecuada.
- UNICEF suministra dosis de vitamina A y suplementos de hierro y ácido fólico a mujeres embarazadas.
Educación:
- Cerca de 7,1 millones de niños asisten actualmente a escuelas formales, mientras que otros 1,8 millones están matriculados en entornos educativos alternativos o no formales. Los niños y niñas aprenden y tienen la oportunidad de reanudar las amistades, socializar con sus compañeras y compañeros, retomar el juego, desarrollar habilidades y recibir atención y apoyo psicosocial básico para su desarrollo integral por parte de maestros capacitados y atentos.
- A través del programa, Pasaporte de Aprendizaje de UNICEF, apoyamos la educación ininterrumpida de la infancia afectada por el conflicto, incluyendo a aquellos niños y niñas que se encuentran en zonas de conflicto activo, desplazados o en movimiento.
- Actualmente, decenas de miles de niñas y niños, tanto en Sudán como en los países vecinos, tienen acceso a una educación de calidad, inclusiva y a través del juego.
Agua, saneamiento e higiene (WASH):
- Proporcionamos agua a las personas desplazadas y a las comunidades que les acogen. Estamos instalando sistemas de saneamiento básico en las rutas de huida de la población, y distribuimos kits de agua e higiene a las familias (jabón, pastillas para potabilizar agua, garrafas…)
- Trabajamos en la rehabilitación de las principales fuentes de agua y desplegamos equipos móviles de mantenimiento WASH en lugares críticos. Una intervención destacada tuvo lugar en la planta de tratamiento de El Fao, en el estado de El Gedaref, una subestación clave que suministra agua del río Nilo a cientos de miles de personas en Gedaref, Al Fao y las localidades circundantes. Cuando las fuertes lluvias dañaron la subestación eléctrica de la planta, trabajamos rápidamente para instalar un generador de 550 KVa, restableciendo el funcionamiento y evitando un posible brote de cólera. Esta intervención por sí sola garantizó que más de 200.000 personas recuperaran el acceso al agua potable.
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