El derecho menos conocido
El 17 y 22 de febrero tuvieron lugar en Madrid las jornadas sobre El cumplimiento de los Derechos del Niño en España: Una responsabilidad compartida. La Convención sobre los Derechos del Niño recoge en sus 54 artículos los derechos que todos los menores de edad del mundo comparten por el simple hecho de ser niños.
La Convención sobre los Derechos del Niño recoge en sus 54 artículos los derechos que todos los menores de edad del mundo comparten por el simple hecho de ser niños.
Algunos de estos derechos de la infancia nos vienen a la mente enseguida: todos los niños y niñas tienen derecho a la supervivencia, a la educación y a la protección.
Otros, como el derecho al juego o a la participación, no nos parecen tan evidentes, aunque sean igualmente importantes. Sobre el Derecho a la Participación la Convención dice:
"Los Estados Partes garantizarán al niño que esté en condiciones de formarse un juicio propio el derecho de expresar su opinión libremente en todos los asuntos que afectan al niño, teniéndose debidamente en cuenta las opiniones del niño, en función de la edad y madurez del niño." Artículo 12.1 de la Convención sobre los Derechos del Niño, septiembre de 1990. El Derecho a la Participación fue uno de los temas que se abordaron el pasado 22 de febrero en la segunda sesión de las jornadas "El cumplimiento de los Derechos del Niño en España: Una responsabilidad compartida", organizadas por la Fundación Garrigues y UNICEF España. Varios niños y niñas presentaron los proyectos de participación infantil en el ámbito local de los que forman parte a través de sus colegios. Jaime, Ávaro, Alba, Marina y Gema fueron los portavoces de otros niños que, como ellos, participan activamente en la elaboración de propuestas de mejora de sus barrios. Los proyectos están teniendo muy buena acogida en su entorno y pronto van a poder presentar su propuestas al concejal de su distrito. Sin embargo, explicar a los adultos por qué es importante para ellos hacer esto no les resultó fácil del todo: hablar delante de un auditorio lleno de abogados, educadores y otros profesionales impone mucho y más si tienes 10 años. Aún así, tenían algo muy claro: "Las personas mayores no nos escuchan porque somos niños. Somos pequeños y creen que no sabemos. Nos gustaría que nos escuchasen aunque seamos pequeños porque, a veces, sí sabemos". Gema, 10 años, miembro de la Comisión de Participación del distrito de Villaverde (Madrid), febrero de 2011 Si nos fijamos, la Convención y Gema están diciendo lo mismo, sólo que expresado de otro modo: los niños saben cosas sobre su entorno y tienen opiniones sobre los temas que les afectan. Lo que quieren, tanto los niños como la Convención sobre los Derechos del Niño, es que dichas opiniones sean escuchadas y tenidas en cuenta. Hacerlo no sólo favorece el desarrollo de niños, niñas y adolescentes, permitiéndoles asumir responsabilidades acordes con su edad, sino que puede llegar a beneficiar a toda la comunidad. Como varios de los ponentes en las jornadas han recalcado, los niños no sólo son el futuro, sino que su contribución a la sociedad es importante ahora, en el presente. Según mencionó durante su intervención en las jornadas Alberto Soteres, Presidente de la Plataforma de organizaciones de Infancia, "el derecho a la participación es el menos conocido y del que menos somos conscientes". ¿Qué es lo que hace que el Derecho a la Participación nos "cueste" tanto?