Los derechos de la infancia en las ciudades del mundo

Aproximadamente 1.000 millones de menores de edad viven en las ciudades del mundo. En principio afortunados, por tener acceso al enorme abanico de posibilidades de desarrollo y protección que ofrecen las grandes urbes, cada vez más niños y niñas se enfrentan a la dureza de un entorno que no cumple muchas de sus promesas iniciales.

Missing archivo.

Normalmente, cuando pensamos en pobreza, desnutrición, falta de acceso a la educación y otras violaciones de derechos de la infancia nos imaginamos a un niño o niña del entorno rural. Relacionamos la pérdida de derechos a la falta de acceso material a ellos que se vive en lugares remotos: falta de escuelas, escasez de alimentos por malas cosechas, costumbres tradicionales perjudiciales para la infancia, dificultades de transporte en caso de necesidad y muchas otras condiciones que efectivamente se dan en los entornos rurales de los países en desarrollo.

Esto hace que, cuando los derechos de la infancia se vulneran en el entorno urbano, nos llame particularmente la atención, a pesar de que es un hecho cada vez más frecuente. En las ciudades y sus alrededores están los mejores hospitales, las mejores escuelas, los centros gubernamentales, legislativos y judiciales que ponen en acción las leyes que dan soporte a los derechos de la infancia. Es en las ciudades donde suelen trabajar los mejores profesionales de la salud y la educación y donde más fácil debería ser crear una red que proteja a niños, niñas y adolescentes del abuso, la explotación, la trata y los malos tratos.

Sin embargo, las grandes ciudades del mundo tienen una cara oculta donde la exclusión y la discriminación impiden a muchos niños alcanzar sus derechos. En ocasiones, las mismas políticas que deberían protegerlos se vuelven contra ellos, al limitar los recursos de sus familias y frenar su acceso a la salud, la educación o la protección. Aquellos niños que tienen las mayores necesidades también hacen frente a las mayores violaciones de sus derechos. Las dificultades que los niños sufren en las zonas urbanas pueden ser el hambre y la mala salud; viviendas que no cumplen con las normas; un abastecimiento deficiente de agua y saneamiento; y la falta de educación y protección.

Derechos de la infancia en los entornos urbanos

Cada día, millones de menores que habitan en ciudades ven peligrar sus derechos más básicos en materia de:

  • Salud y nutrición: El hambre y la desnutrición tienen un rostro cada vez más urbano. El número de personas pobres y desnutridas está aumentando más rápidamente en zonas urbanas que en zonas rurales. Incluso las personas aparentemente bien alimentadas, quienes reciben suficientes calorías para realizar sus actividades diarias, pueden sufrir el “hambre oculta” de la desnutrición de micronutrientes
  • Agua, saneamiento e higiene: En conjunto, la población urbana en todo el mundo disfruta de un mejor acceso al agua potable y el saneamiento que las personas
    que viven en las zonas rurales. Aún así la cobertura de agua y saneamiento tiene dificultades para mantener el ritmo de crecimiento de la población urbana. Las condiciones de hacinamiento e insalubridad hacen que los tugurios urbanos sean zonas de un alto riesgo de contraer enfermedades transmisibles.
  • Educación: Las desigualdades (como por ejemplo las que están basadas en el ingreso familiar, el género o el origen étnico) persisten en la escuela primaria a pesar de los avances que muchos países han hecho en el establecimiento de una educación primaria universal. En muchos países, donde las opciones para
    recibir una educación pública son escasas, las familias tienen que elegir entre pagar para que sus hijos asistan a escuelas privadas de mala calidad y atestadas de alumnos o retirar por completo a sus hijos de la escuela.
  • Protección: Problemas graves, como la falta de registro de nacimientos no son exclusivos de las remotas zonas rurales. Además, las ciudades tienen problemas específicos: decenas de millones de niños y niñas viven o trabajan en las calles de las ciudades grandes y pequeñas del mundo, un número que va en aumento debido al crecimiento de la población mundial, la migración y la creciente urbanización.

Recomendaciones

El Informe sobre el Estado Mundial de la Infancia 2012 de UNICEF realiza una serie de recomendaciones para que la infancia de las ciudades recupere sus derechos:

  1. Comprender mejor la magnitud y la naturaleza de la pobreza y la exclusión que afectan a los niños y las niñas en las zonas urbanas.
  2. Definir y eliminar los obstáculos que atentan contra la inclusión de las personas menos favorecidas.
  3. Garantizar que la planificación urbana, el desarrollo de la infraestructura, la prestación de los servicios y las iniciativas de amplio alcance tendientes a reducir la pobreza y las desigualdades satisfagan las necesidades particulares y las prioridades de la infancia.
  4. Promover la creación de asociaciones entre todos los niveles del gobierno y los habitantes pobres de las zonas urbanas, especialmente los niños y los jóvenes.
  5. Aunar los recursos y las energías de los actores internacionales, nacionales, municipales y comunitarios en procura de que los niños pobres y marginados puedan disfrutar plenamente de sus derechos.

Estos no son objetivos, sino medios para llegar a un fin: hacer que las ciudades y las sociedades sean más justas y acogedoras para todos, empezando por los niños y las niñas.