UNICEF y el Programa Mundial de Alimentos piden el fin de la guerra en Siria y la protección de los niños

Los directores de ambas agencias de Naciones Unidas han realizado una visita de dos días al país para medir el impacto del conflicto, a punto de entrar en su décimo año, sobre los niños y sus familias

UNICEF y el Programa Mundial de Alimentos piden el fin de la guerra en Siria y la protección de los niños

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DAMASCO/CAIRO/AMÁN/NUEVA YORK/ROMA, 5 de marzo 2020 –Acabar con la violencia en Siria es ahora más urgente que nunca para mejorar el acceso a todas las zonas del país, señalan la directora ejecutiva de UNICEF, Henrietta Fore y el director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos (PMA), David Beasley. Al cierre de su visita de dos días al país, ambos directores subrayan la necesidad de atender las necesidades vitales de las familias y de mejorar sus condiciones económicas.

La visita ha tenido lugar en medio de la escalada de violencia en el noroeste de Siria y al tiempo que el conflicto está a punto de entrar en su décimo año. Un tercio de la población sufre inseguridad alimentaria, 1 de cada 3 niños está fuera de la escuela y más de la mitad de las instalaciones de salud no funciona.

“Todos los niños de Siria están soportando el impacto de esta guerra despiadada y continuarán sufriendo aún después de que por fin se silencien las armas”, lamenta Henrietta Fore, directora ejecutiva de UNICEF. “En los últimos 9 años, las escuelas y los hospitales han sido bombardeados, las familias han sido destrozadas y se han perdido las vidas de niños y jóvenes. Incluso en áreas alejadas de la línea del frente, las familias luchan por alimentar a sus hijos y reconstruir sus vidas. Para los responsables de este fracaso colectivo en Siria: la historia los juzgará con dureza".

Nueve años de guerra han dejado la economía de Siria al borde del colapso, empujando a millones de personas al hambre y la inseguridad alimentaria. Entre 2018 y 2019, el número de personas en situación de inseguridad alimentaria aumentó de 6,5 millones a 7,9 millones, y los precios de los alimentos aumentaron un 60%.

“Los millones de personas cuyas vidas han sido destrozadas por la guerra ya no pueden permitirse poner comida en la mesa, ya que la economía siria se ha desplomado en los últimos meses", señala David Beasley, director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos. “El PMA está proporcionando asistencia alimentaria a más de 7,5 millones de personas dentro de Siria y en los países vecinos, que de otro modo estarían solos. La guerra ha dejado a Siria como un país roto y, sobre todo, la gente necesita desesperadamente la paz".

Durante su viaje, Fore y Beasley visitaron una escuela, un centro de distribución de alimentos y un centro de salud en Sinjar, en el sur de Idlib, a 30 kilómetros de la primera línea del frente. En estos lugares conocieron a niños y niñas de 9 años que nacieron cuando la guerra comenzaba y que ahora se están poniendo al día en su educación tras años fuera de la escuela. También visitaron a una mujer que perdió su pequeño negocio cuando la guerra la obligó a dejar su hogar. Ahora depende de la ayuda del PMA para alimentar a sus tres hermanos pequeños, todos ellos con discapacidad.

Más al norte de Idlib, la situación de los niños y familias se ha complicado aún más: más de medio millón de niños se han visto desplazados en los últimos tres meses, una media de 6.000 al día. Unas 180 escuelas no están operativas por estar destruidas, dañadas o porque sirven de refugio a las familias desplazadas. Los precios de los alimentos han aumentado un 120% desde el año pasado.

Mientras tanto, en el noreste, decenas de miles de niños continúan debilitándose en los campos de desplazados. Allí se ven privados de los servicios más básicos, pese a los considerables esfuerzos de los aliados humanitarios. Unos 28.000 niños procedentes de más de 60 países, incluidos 20.000 de Irak, continúan atrapados en el campo de Al Hol, ya que sus gobiernos los rechazan y sus comunidades los rehúyen.

En sus reuniones con los gobiernos oficiales, Fore y Beasley renovaron los compromisos de sus agencias para ayudar a los niños y familias más vulnerables de Siria, y para proporcionarles alimentos y servicios de educación, nutrición, salud y protección.

Ambos hicieron hincapié en que ser capaces de mover personal y suministros entre las líneas de conflicto y entre las fronteras es fundamental para llegar a la población más necesitada, especialmente porque 11 millones de personas en todo el país -5 millones de ellas niños- necesitan ayuda humanitaria.

Los dos directores también reclamaron la protección de los niños y de la infraestructura civil, así como el cese de las hostilidades en el noroeste.

Además, Fore habló de la necesidad de abordar la difícil situación de los niños extranjeros en el noreste, en línea con el interés superior del niño y la Convención sobre los Derechos del Niño.

UNICEF y el PMA están trabajando de manera conjunta en Siria para contribuir a prevenir y tratar la desnutrición, fortalecer la recopilación de datos y proporcionar alimentos en la escuela para que los niños no la abandonen.

Acerca de UNICEF

UNICEF trabaja en algunos de los lugares más difíciles para llegar a los niños y niñas más desfavorecidos del mundo. En 190 países y territorios, trabajamos para cada niño, en todas partes, cada día, para construir un mundo mejor para todos.

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Belén de Vicente

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