Sudán del Sur: el agua lleva esperanza a miles de personas en Bentiu

En Sudán del Sur menos de la mitad de la población tiene acceso a agua potable. Una planta de tratamiento que hemos ayudado a restaurar está mejorando las vidas de los habitantes de Bentiu.

Planta de agua, Sudán del Sur

Imagina tener que ir a buscar agua todos los días, tardar más de una hora en llegar a un río y tener que volver otra vez. Ahora imagina tener que hacer todo eso en una silla de ruedas.

Este fue el desafío al que Nyahok Yar se enfrentaba todos los días en su pueblo de Bentiu, en el norte de Sudán del Sur. Tenía que trasladarse en un triciclo para obtener lo que constituye una necesidad humana básica, a veces a temperaturas superiores a los 40 grados.

Durante la estación de lluvias, el viaje era casi imposible. "A veces todo estaba lleno de barro, no podía moverme con mi triciclo para conseguir agua y estaba atrapada aquí", dice Nyahok sentada fuera de su casa.

Dependía de los vecinos, que la ayudaban a conseguir agua. Sin embargo, hubo momentos en los que no había ayuda disponible, por lo que tenía que salir sola, bajo la lluvia, y algunas veces se quedaba varada durante horas en el camino.

Nyahok, Sudán del Sur
Nyahok Yar en su triciclo junto a uno de sus hijos.

"Cuando me quedaba atrapada en la carretera, a veces tenía que quedarme toda la noche, porque no tenía a nadie que me ayudara. Estaba lejos de mis hijos y muy preocupada porque no había nadie que cuidara de ellos", nos cuenta.

Nyahok vive en el campamento de Kochthei, un hogar para desplazados internos en Bentiu. Se abrió hace unos 2 meses y actualmente alberga a unas 320 familias. El sitio es administrado por el Consejo Danés para los Refugiados, con el apoyo de UNICEF. Fue creado para ayudar a aquellos que continúan huyendo de la guerra civil en Sudán del Sur.

Los servicios de abastecimiento de agua e higiene de este joven país se han visto gravemente afectados por el conflicto, que comenzó en 2013. Casi 5 millones de personas necesitan acceso a agua potable y servicios básicos de saneamiento. Muchos puntos de agua han quedado dañados o no funcionan por la falta de reparaciones, como le pasaba a la planta de tratamiento de agua de Bentiu.

Esta planta se rehabilitó y mejoró en mayo de 2016. El sistema de suministro de agua está ahora completamente operativo y la planta produce unos 500.000 litros diarios de agua segura y tratada. De esta forma, el agua se bombea a 24 puntos por toda la ciudad, incluyendo una bomba de agua cerca del campo de Nyahok.

Ahora a Nyahok solo le lleva 5 minutos coger agua con la ayuda de sus hijos, y puede hacer varios viajes al día.

Sudán del Sur: asegurar el acceso al agua

Elizabeth Bonareri Mose, especialista en agua y saneamiento de UNICEF en Bentiu, dice que el enfoque en esta primera fase del programa de agua urbana es garantizar que los niños tengan acceso a agua potable en el hogar, la escuela y los lugares públicos.

"La renovación de la planta de tratamiento de Bentiu se llevó a cabo con el fin de asegurar que las poblaciones, niños y familias, que se estaban asentando en la ciudad de Bentiu, tuvieran acceso a agua potable sostenible", dice. "El programa de abastecimiento de agua urbana se vincula con la respuesta de emergencia en curso y apoya a las comunidades que regresan a sus hogares después de ser desplazadas".

Sudán del Sur: "Antes la vida era muy difícil"

Angelina Nyakuma vive en la ciudad de Bentiu y vende leña para ganarse la vida. Dice que su vida era muy difícil antes de que se restaurase una bomba de agua en la Escuela Primaria Machakos, cerca de su casa.

Angelina, Sudán del Sur
Angelina Nyakuma extrae agua de una bomba situada en una escuela de Bentiu.

Esta madre de 6 hijos cuenta que solía coger agua de un río, al que ya le costaba llegar unas 2 horas. Un día llevaba un bidón para el agua cuando vio a un cocodrilo en el río. Éste se sacudió y le arrebató el bidón, que ella intentó recuperar en el agua, donde fue mordida por una serpiente.

Fue terrible. Mi salud se quedó muy afectada. El área mordida por la serpiente todavía se hincha, aunque está prácticamente curada ya”, afirma.

Angelina está encantada de poder acceder ahora al agua en un lugar cercano, donde sus hijos asisten también a la escuela.

"Utilizo el agua que sacamos de la escuela para cocinar para mis hijos y otras muchas cosas. Estamos todos muy contentos", sostiene.

Un agua insegura pone a las personas en mayor riesgo de contraer enfermedades transmitidas por el agua, como la diarrea y el cólera. Un brote de cólera que se inició en julio de 2016 continúa cobrándose vidas en muchas partes del país.

Sudán del Sur: una tragedia que pudo evitarse

Cuando tenia 15 años, la estudiante Mary Nyakuma Peter perdió a su hermana por una enfermedad transmitida por el agua y quedó devastada. Hace unos tres meses toda la familia de Mary enfermó de diarrea. Todos consiguieron recuperarse excepto su hermana menor, Nyakuth, que sólo tenía 13 años.

Angelina, Sudán del Sur
Mary Nyakuma Peter mientras nos cuenta la terrible historia de la muerte de su hermana.

Estaban muy unidas y compartían sus sueños y secretos. Su muerte se pudo perfectamente haber evitado, explica Mary.  "Me siento muy triste por lo que pasó, todo por culpa de las aguas contaminadas. Si hubiéramos tenido agua limpia entonces, ella no habría enfermado y muerto. Confiábamos mucho la una en la otra, nos queríamos mucho".

Sudán del Sur: "Están pasando cosas buenas"

El director de la escuela, James Thudan Kuol, asegura que muchos alumnos se han reincorporado a las clases desde que se rehabilitó la bomba de agua. "Están pasando cosas buenas ahora", dice.

Gracias a la financiación de USAID, el hospital de Bentiu también está recibiendo agua limpia y segura. Giel Samuel es su director. Nos explica que el acceso a agua limpia es crucial, especialmente porque el hospital está teniendo un aumento de pacientes con enfermedades como la malaria, debido a la temporada de lluvias.

En todo el país, UNICEF ha logrado que 483.912 personas tengan acceso a agua potable, así como más de 174.569 desplazados internos, y que los miembros de las comunidades de acogida puedan acceder a instalaciones de saneamiento.

En UNICEF vamos a seguir trabajando para cambiar la vida de mujeres como Nyahok o Angelina, de chicas como Mary y, en general, de comunidades como Bentiu.