Los "héroes" de la respuesta al terremoto de Siria    

 Han pasado más de 2 meses y la imagen sigue siendo desgarradora: desplazamientos masivos, infraestructuras severamente dañadas y la educación en vilo.  

Faiza, educadora de la salud en una organización apoyada por UNICEF.

UNICEF/UN0781604/Rasha Al-Sabbagh

14/04/2023

Solo en Siria, casi 9 millones de personas necesitan apoyo humanitario después de los terremotos. De ellas, 3,7 millones son niños y niñas. UNICEF sigue en el terreno, respondiendo a las necesidades más urgentes e inmediatas, como refugio, salud, agua, saneamiento y protección para la infancia.

Un aspecto clave del trabajo de UNICEF en los distintos países es el vínculo con las organizaciones locales. Estas alianzas nos brindan un conocimiento más profundo del entorno en el que estamos ayudando, de la situación que atraviesan los niños y las familias más vulnerables, y de las verdaderas necesidades que hay que atender. 

Siria no es una excepción, contamos allí con muchos "héroes" locales que forman parte de la respuesta que estamos dando en el país después de los terremotos de febrero pasado. Aún cuando se han visto afectados ellos mismos o sus propias familias por la tragedia, allí han estado para proporcionar esa ayuda tan crítica.

Entre estos héroes anónimos involucrados en la respuesta humanitaria a los terremotos de Siria encontramos maestros, directores, trabajadores de la salud, ingenieros y muchos otros que con el apoyo de UNICEF trabajan incansablemente para salvar a los niños y niñas.

Estas son algunas de sus conmovedoras historias:

Faiza, educadora de la salud

Forma parte de una organización local en Alepo, al norte de Siria. Esta joven de 26 años y su equipo, apoyados por UNICEF, se ocupan de varios refugios, donde están siendo alojadas temporalmente las personas cuyas casas resultaron destruidas o dañadas.

Para Faiza lo más difícil de sobrellevar es la incapacidad de hacer más. "Soy responsable de mis pequeños y me sentí igualmente responsable de proteger a otros niños". Ver que su propio bebé, Wateen, estaba en buen estado de salud la motivó para seguir ayudando a los demás. 

Siente que para apoyar a su equipo es fundamental mantener el buen humor a pesar de todo, una tarea nada fácil en estas circunstancias. 

Los terremotos golpearon durante el invierno, cuando las temperaturas eran extremadamente frías y la lluvia torrencial muy habitual. Nos cuenta Faiza que le entristecía "ver a los niños desplazados con ropa ligera, a pesar del frío". Tuvieron que escapar solo con la ropa que llevaban puesta. "Las mujeres embarazadas y lactantes también son vulnerables en estas condiciones".

Aunque el clima va mejorando, aún quedan algunos días muy fríos. UNICEF distribuye ropa de abrigo y otros suministros vitales como agua, saneamiento e higiene para los niños y las familias. 

Hiba hace controles nutricionales en un equipo móvil de salud.

UNICEF/UN0781271/Muhannad Al-Asadi

Hiba, en un equipo móvil de salud

Hiba dirige un equipo de salud móvil en Alepo. Inmediatamente después de los terremotos, dejó a su esposo y a sus dos hijos en casa, para dedicarse a apoyar a los niños vulnerables afectados por la catástrofe. 

Las necesidades de las personas desplazadas son muy significativas. Los niños requieren de controles sanitarios y de nutrición.

Como parte de la respuesta de emergencia de UNICEF, su equipo examina a los niños y niñas menores de cinco años para detectar si sufren desnutrición

Hiba, al igual que muchos otros sirios que responden al terremoto, está trabajando en circunstancias difíciles. Para muchos, sus propios hogares quedaron dañados o destruidos y algunos han perdido a familiares y amigos. Hiba cuenta que perdió a un miembro de su equipo de salud en el terremoto. "Que su alma descanse en paz. Un par de miembros de nuestro equipo también han perdido sus hogares", agrega Hiba.

"Durante estos últimos días, cuando me voy a dormir, siento que nunca estoy segura de lo que pasará al día siguiente. La incertidumbre está en todas partes, pero seguimos apoyando a las personas que nos necesitan".

Además de los controles a los niños, UNICEF está llegando a las familias en refugios colectivos con suministros para apoyar la nutrición, como suplementos y galletas de alto contenido energético para niños y mujeres embarazadas y lactantes.  

Escuelas destruidas por los terremotos en Siria.

UNICEF/UN0782284/Muhannad Al-Asadi

Maysa, directora de una escuela

Una consecuencia inmediata de los terremotos fue la utilización de miles de escuelas como refugios para personas desplazadas. Actualmente alrededor de 110 escuelas todavía se están utilizando con esta finalidad. 

Maysa es la directora de la escuela Almahabbeh en Alepo, a la que antes del terremoto asistían alrededor de mil alumnos. Hoy, las aulas no se llenan con las risas de los niños, no se oyen las lecciones de los profesores. En cambio, los escombros cubren los escritorios, las paredes y el suelo están cubiertos de grietas y todo el espacio lleno de piedras. En el techo de la tercera planta, un enorme agujero deja entrar la luz del sol.

"La escuela necesita rehabilitación. El daño es enorme. Necesito apoyo para que podamos regresar a clase lo antes posible. Afortunadamente, ninguno de los alumnos, sus familias o el personal resultaron gravemente heridos".

La escuela es el testimonio más palpable de cómo los terremotos han sacudido la educación.

Maysa y su familia estaban durmiendo en casa cuando ocurrió el primer temblor. Sufrió heridas cuando su techo cayó sobre su cabeza. "Salí corriendo de mi casa a la calle. Dos horas después, vine a la escuela para comprobarlo. Llamé a uno de mis empleados e inmediatamente informamos a los padres para que no enviaran a sus hijos".

UNICEF está proporcionando materiales escolares y kits recreativos para escuelas y refugios, cubriendo las necesidades inmediatas de aproximadamente 65.000 niños en Alepo, Hama y Latakia. La retirada de escombros y las reparaciones comenzaron en 42 escuelas. La rehabilitación de más de 388 escuelas también está en marcha.

El impacto de los terremotos en Siria ha sido catastrófico, sumiendo a cientos de miles de personas vulnerables en condiciones desesperadas. Antes de los terremotos, la gente en Siria ya estaba luchando para hacer frente a 12 años de conflicto sostenido, que ha tenido consecuencias en toda la infraestructura y los servicios públicos. Los temblores masivos en febrero exacerbaron esto aún más.

En UNICEF seguimos trabajando para dar asistencia vital a los niños, niñas y las familias más afectadas. 

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