Gaza: 2 meses sin ayuda humanitaria
Desde UNICEF trabajamos sin descanso para salvar a los niños y niñas en riesgo creciente de hambre, enfermedad y muerte.

El sol se pone sobre el campo de refugiados de Jabalya. Antes, una zona urbana activa, ahora, el emplazamiento de campamentos improvisados sobre los escombros. © UNICEF-SoP/2025/Mohammed Nateel
05/05/2025
Los nuevos ataques aéreos en la Franja de Gaza han sumido una vez más a sus 2,1 millones de habitantes en una vorágine de crisis cada vez más complejas. Atrás quedan aquellas semanas de alto el fuego. Los niños y niñas llevan ya 2 meses soportando bombardeos constantes que les privan del acceso a los bienes más básicos, servicios esenciales y atención vital.
Cada día que pasa bajo el bloqueo de la ayuda humanitaria, el riesgo de desnutrición, enfermedad y muerte aumenta, una situación intolerable. La ayuda humanitaria ha sido el único salvavidas para la infancia, y ahora está a punto de agotarse.
Las familias están luchando por sobrevivir, atrapadas, sin posibilidad de huir en busca de seguridad. La tierra que antes cultivaban está destruida, el mar en el que pescaban está restringido, las panaderías están cerrando, la producción de agua disminuye y los estantes de los mercados están casi vacíos.
Gaza no es lugar para niños
Reda, 12 años, y Siraj, 5, de pie en una escalera improvisada que les lleva al techo de su casa que ha quedado dañada en el campamento para refugiados de Jabalya. © UNICEF-SoP/2025/Mohammed Nateel
Reda, de 12 años, y Siraj, de 5, viven con su familia sobre los escombros de su antigua casa en el campo de refugiados de Jabalya. Sufrieron varios desplazamientos durante los últimos 17 meses, huyendo de un refugio a otro. Durante este tiempo, su padre y su hermano mayor murieron en un ataque.
Cuando se declaró el alto el fuego a mediados de enero de 2025, la familia, al igual que cientos de miles de palestinos, regresó a su hogar en Jabalya. El campo quedó devastado, pero su casa conservaba una pared en pie, y los niños incluso pudieron encontrar algunos de sus juguetes entre el hormigón pulverizado.
"Mi hermano Reda y yo regresamos con el resto de la familia a las ruinas de nuestra casa. Empecé a buscar lo que quedaba de mis juguetes y pertenencias, dividiendo mi tiempo entre jugar con Reda y ayudar a mi familia a buscar agua", cuenta Siraj.
El entorno aquí no es lugar para niños. Está lleno de escombros, municiones sin detonar y una montaña de basura. En los patios de las escuelas superpobladas, convertidas en refugios, las aguas residuales se acumulan en charcos mientras los niños pequeños juegan cerca, careciendo de instalaciones sanitarias.
Estamos en Gaza con los niños y familias
En UNICEF seguimos presentes en la Franja de Gaza, haciendo todo lo posible por apoyar y proteger a la infancia. Pero el bloqueo de ayuda y más de 18 meses de guerra están llevando a los niños y niñas de Gaza al límite.
Nuestro papel ha sido fundamental en el aumento de la disponibilidad de agua mediante:
- La reparación y el mantenimiento de pozos y sistemas de agua.
- El suministro de 3,3 millones de litros de combustible para pozos, plantas desalinizadoras y generadores para plantas móviles de desalinización de agua.
- La distribución de productos químicos para el tratamiento del agua.
- El transporte de agua por camión cisterna en toda Gaza, utilizando agua de plantas desalinizadoras.
Durante el mes de marzo continuamos prestando servicios, a pesar de la interrupción en el ingreso de ayuda:
- Atención médica neonatal en el norte: salvamos las vidas de 150 recién nacidos gracias a la provisión de 21 respiradores para bebés a varios hospitales.
- Mayor acceso a agua potable, particularmente en el norte: más de 1,6 millones de personas recibieron agua potable en la Franja de Gaza en algún momento, con más de 500 metros cúbicos de agua potable distribuidos diariamente en el norte mediante camiones cisterna.
- Prevención de la separación familiar: más de 300 niños y niñas se reunieron con sus padres tras haber sido separados por órdenes de desplazamiento, mediante la distribución de brazaletes con su identidad.
- Apoyo psicosocial: más de 7.200 niños y niñas recibieron apoyo psicosocial y de salud mental, y casi 200 niños muy vulnerables recibieron apoyo específico.
- Abordaje de la desnutrición: más de 7.800 niños menores de 2 años recibieron alimentos complementarios listos para usar y más de 33.500 fueron examinados para detectar desnutrición.
- Apoyo continuo para el aprendizaje: a más de 16.000 niños y niñas en tan solo un mes a través de espacios de aprendizaje temporales, iniciativas comunitarias y escuelas.
- Transferencias de dinero en efectivo: UNICEF ha llegado a más de 133.000 personas, incluidos más de 76.000 niños y niñas, con efectivo. Se dio prioridad a las mujeres embarazadas y lactantes, así como a las familias con varios hijos. Esta asistencia ayuda a las familias a cubrir sus necesidades básicas, como alimentos, medicamentos y artículos de higiene, cuando estos productos están disponibles para la venta en los mercados.
Antes de que se rompiera el alto el fuego, UNICEF entregó casi 1.000 camiones cargados de ayuda humanitaria a Gaza, con vacunas, suministros nutricionales y equipamiento médico de emergencia.
El 24 de marzo de 2025, un niño lleva contenedores de agua de vuelta a su tienda de campaña en un campamento de Gaza, tras llenarlos con tanques de agua potable traídos por camiones de UNICEF. © UNICEF/UNI773246/Nateel
Precario acceso a agua e higiene
Con unas infraestructuras vitales que han quedado destruidas, cientos de miles de personas carecen de agua e higiene. Y mientras continúen los bombardeos y los cruces hacia Gaza permanezcan cerrados, será imposible reactivar las redes de agua y saneamiento dañadas o disfuncionales.
La escasez de generadores, combustible y otros suministros necesarios ha hecho que los sistemas de agua, saneamiento e higiene en la Franja de Gaza sean prácticamente inexistentes.
En el último mes, más del 75% de los hogares tiene un acceso al agua cada vez más precario: no tienen suficiente agua para beber, no pueden lavarse las manos cuando lo necesitan y, a menudo, se ven obligados a elegir entre ducharse, limpiar o cocinar.
Se estima que el 67% de las redes de agua y saneamiento han sido destruidas o dañadas. Además, más de 1,4 millones de personas apenas alcanzan el estándar humanitario mínimo de seis litros de agua potable al día, disponible principalmente mediante camiones cisterna.
En el norte y el sur de Gaza, las familias han establecido campamentos rudimentarios en los terrenos donde antes se encontraban sus hogares que ahora están destruidos. Roedores e insectos plagan estos campamentos al aire libre, mientras que las aguas residuales sin tratar proliferan. Se siguen encontrando cadáveres bajo los escombros y los baños prácticamente no están disponibles. Para conseguir agua potable, muchas familias recorren largas distancias a pie antes de transportarla de vuelta a sus campamentos.
Escasez de alimentos y vacunas
La escasez de agua potable, el deterioro de la higiene y el agotamiento de los suministros de alimentos amenazan con aumentar la desnutrición. En las dos primeras semanas de marzo, se examinaron más de 29.000 niños y niñas menores de cinco años en Gaza e identificaron más de 750 con desnutrición aguda.
Más de 9.000 niños y niñas han sido ingresados para tratamiento contra la desnutrición aguda desde principios de año. Cientos más, que necesitan tratamiento urgente, no pueden acceder a él debido a la inseguridad y el desplazamiento.
Las vacunas se están agotando rápidamente y las enfermedades se están propagando - especialmente la diarrea acuosa aguda, que ahora representa 1 de cada 4 casos de enfermedad registrados en Gaza. La mayoría de estos casos se dan en menores de cinco años, para quienes esta enfermedad puede ser mortal.
Sin seguridad ni refugios
La búsqueda de seguridad y refugio ha llevado a algunas familias a cavar con las manos o usando herramientas rudimentarias, para intentar retirar los escombros de sus hogares destruidos. Escasea la maquinaria pesada capaz de retirar toneladas de hormigón y varillas de refuerzo retorcidas.
Esto pone a las personas en riesgo de sufrir lesiones, las expone a materiales tóxicos y municiones sin detonar que puedan estar allí, o las pone en peligro de un nuevo colapso estructural. La atención médica está lejos y los suministros escasean.
Tras el colapso del alto el fuego, las familias se encuentran de nuevo en movimiento. Más de 400.000 personas se han desplazado desde el 18 de marzo, y su salud y seguridad son cada vez más precarias.
El derecho internacional humanitario exige a las autoridades garantizar un trato humano a la población bajo su control. Esto incluye no solo asegurar que los civiles tengan acceso a alimentos, medicinas y suministros esenciales, sino también mantener condiciones adecuadas de higiene y salud pública.
Todas las partes en el conflicto deben permitir y facilitar el paso rápido y sin restricciones de la ayuda humanitaria. Y deben permitir y facilitar que todos los organismos pertinentes de la ONU lleven a cabo estas actividades en beneficio de la población local.
El compromiso de todos es fundamental para salvar y proteger a los niños y niñas de Gaza.