6 avances en las vidas de las niñas en la última década

 En el Día Internacional de la Niña, compartimos los progresos y señalamos todo lo que aún queda por hacer.

6 avances en las vidas de las niñas en la última década.

©UNICEF/UN0579531/Mulala

11/10/2022

Diez años después del primer Día Internacional de la Niña, analizamos cómo ha cambiado el mundo para las niñas durante esta década. Si bien la vida de las niñas, sin duda, ha mejorado en muchos aspectos, todavía hoy se enfrentan a desafíos sin precedentes en su educación, su bienestar físico y mental y su protección frente a la violencia.

Revisando los datos disponibles, compartimos 6 conclusiones que ponen de manifiesto los cambios pero, a su vez, llaman a la acción sobre el trabajo que queda por hacer.

1. Más niñas terminan la escuela secundaria, pero el progreso no ha sido lo suficientemente rápido

El avance en la educación secundaria de las niñas es una de las estrategias de desarrollo más transformadoras en las que los países pueden invertir, tanto para las niñas como para sus comunidades. Las niñas que completan la escuela secundaria tienen menos probabilidades de casarse en la infancia y quedar embarazadas en la adolescencia, y más probabilidades de aumentar sus ingresos de por vida.

El aumento del acceso de las niñas a la educación también mejora la salud materna y reduce el riesgo de mortalidad infantil. Entre 2012 y 2020, la proporción de niñas que completaron escuela secundaria obligatoria aumentó del 69% al 77%, mientras que la proporción de niñas que completaron la educación secundaria no obligatoria aumentó del 49% al 59%.

Aún  así, esto significa que en todo el mundo, casi 1 de cada 5 niñas todavía no está completando la secundaria obligatoria y casi 4 de cada 10 niñas no están completando la escuela secundaria no obligatoria en la actualidad. Y en ciertas regiones, los números son aún más sombríos.

Por ejemplo, en África oriental y meridional, donde la proporción de niñas que completan la escuela secundaria no obligatoria ha aumentado sólo 2 puntos porcentuales en los últimos 10 años, sólo 1 de cada 5 niñas completa esta enseñanza secundaria. Si bien Asia meridional ha experimentado más progresos, en la actualidad sólo la mitad de las niñas de la región la completan. Y aunque aún no se dispone de datos para evaluar plenamente el impacto de la pandemia de COVID-19 en la educación de las niñas, existe el riesgo de que los avances logrados para avanzar en la educación de las niñas en las últimas dos décadas se reviertan.   

2. Menos adolescentes tienen niños

El embarazo durante la adolescencia trae una serie de consecuencias negativas para la salud y el bienestar de las niñas, sus recién nacidos y las comunidades en su conjunto.

A nivel mundial, las afecciones maternas, como hemorragias, sepsis y complicaciones en el parto, son la segunda causa principal de muerte entre las adolescentes de 15 a 19 años. Y los bebés nacidos de madres adolescentes tienen un mayor riesgo de parto prematuro, baja tasa de natalidad y afecciones neonatales graves. 

En todo el mundo, la tasa de natalidad entre adolescentes ha disminuido de 51 a 42 nacimientos por cada 1.000 adolescentes de 15 a 19 años desde 2012. Si bien también se han observado progresos entre los países menos adelantados, la tasa de natalidad en esos países es más de dos veces el promedio mundial actual, con 94 nacimientos por cada 1.000 niñas.

Y en el África subsahariana, la región con la mayor tasa de maternidad adolescente en todo el mundo, donde por cada 100 niñas de 15 a 19 años, 10 dan a luz, solo 5 de cada 10 reciben actualmente cuatro o más visitas de control prenatal, un pequeño aumento en comparación con 4 de cada 10 hace una década.

3. El acceso de las niñas a la planificación familiar ha aumentado, aunque muchas demandas siguen sin atenderse

Para muchas adolescentes, los embarazos no son ni planificados ni deseados. Los embarazos adolescentes no deseados, especialmente los que están fuera del matrimonio, pueden acarrear estigma y aislamiento social a las niñas y aumentar sus riesgos de abandono escolar y matrimonio forzado. Sin embargo, las niñas enfrentan barreras para acceder y usar anticonceptivos efectivos, como el costo, el estigma, la falta de acceso a información precisa y la autonomía limitada para la toma de decisiones. 

El progreso mundial desde 2012 para satisfacer las demandas de planificación familiar de las adolescentes con métodos modernos ha sido lento, aumentando solo cinco puntos porcentuales, del 55% al 60%. Esto significa que 4 de cada 10 adolescentes de 15 a 19 años que desean evitar el embarazo no están utilizando un método moderno. Y en el sur de Asia, Oriente Medio, África del Norte y África subsahariana, menos de 1 de cada 2 niñas lo tienen. 

4. Menos infecciones por VIH entre las adolescentes, pero la mayoría se producen entre las niñas

La epidemia de VIH fue alimentada principalmente por una amplia gama de desigualdades de género que perjudican a las niñas, incluidos el matrimonio precoz y forzado, la violencia de género, el acceso desigual a los servicios y la información y la falta de poder de negociación y autonomía económica.

A nivel mundial, el número de nuevas infecciones por VIH entre las adolescentes ha disminuido en un tercio desde 2012, de 180.000 a 60.000 en la actualidad. Pero las chicas siguen representando tres de cada cuatro nuevas infecciones entre los adolescentes. Y en África subsahariana, la región con el mayor número de adolescentes seropositivos, casi 6 veces más niñas adolescentes se infectaron recientemente con VIH que los adolescentes varones.

5. Menos matrimonios infantiles, pero millones de niñas siguen en riesgo de casarse

El matrimonio infantil roba a las niñas su infancia, privándolas de la posibilidad de trazar su propio camino en la vida. En el último decenio, la proporción de mujeres jóvenes que se casaron cuando eran niñas ha disminuido en todo el mundo del 23% al 19%.  

Asia meridional ha experimentado el mayor progreso en este tiempo, donde el riesgo de una niña de casarse en la infancia se ha reducido del 46% al 28%.

Se han observado menos progresos en África subsahariana, donde el 35% de las mujeres jóvenes se casan cuando son niñas, en comparación con el 38% de hace un decenio. Además, en los próximos diez años, hasta 10 millones de niñas más en todo el mundo estarán en riesgo de convertirse en esposas siendo niñas como resultado de la pandemia de COVID-19.

6. La MGF ha disminuido, pero sigue dañando la vida de millones de niñas

Práctica nociva que viola el derecho de las niñas a la salud y al bienestar general, la mutilación genital femenina es una norma social profundamente arraigada y basada en la desigualdad de género. Y aunque la proporción de adolescentes de 15 a 19 años que se han sometido a esta práctica en 31 países donde está muy concentrada ha disminuido del 41% al 34% en la última década, el progreso no es lo suficientemente rápido como para cumplir con la meta de los ODS para 2030 de eliminar la MGF. 

Sin embargo, las actitudes hacia la MGF están cambiando, lo que puede proporcionar un impulso para abandonar la práctica. En los países del África subsahariana donde se practica, por ejemplo, casi 3 de cada 4 adolescentes y mujeres de entre 15 y 49 años que han oído hablar de la MGF piensan que la práctica debería acabar.   

Aunque hay progresos, es necesario acelerar la acción

Los números nos dicen que el progreso es posible, y que en muchos aspectos, las niñas de hoy están mejor que hace diez años. Pero los números también indican que se necesita una acción acelerada. En medio de las crisis concurrentes de cambio climático, conflictos armados y la pandemia de COVID-19, se requieren mayores recursos e inversiones en educación, atención médica y protección para permitir que las niñas desarrollen su potencial. La nueva Estrategia de UNICEF para las Adolescentes (en inglés) articula un plan para acelerar dichos progresos. 

Estos compromisos deben ir acompañados de mayores inversiones en la producción y el análisis de datos de género de alta calidad para niños y adolescentes, en particular para los grupos tradicionalmente infrarepresentados por los datos de género existentes, incluidos LGBTIQ+ y niños de 10 a 14 años, y en áreas donde los datos son limitados, como las normas de género, la salud mental y el empoderamiento de los adolescentes.

Estos datos son fundamentales tanto para impulsar las decisiones políticas y programáticas basadas en la evidencia para las niñas como para promover la rendición de cuentas. Las niñas están listas para otra década de acción. Y nuestra misión es proteger e impulsar sus derechos.

Más información sobre el Día Internacional de la Niña.

Mark Hereward y Lauren Pandolfelli

UNICEF

 
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