UNA PROMESA QUE AÚN ESTÁ EN PIE: GARANTIZAR EL CUMPLIMIENTO DE LA CONVENCIÓN SOBRE LOS DERECHOS DEL NIÑO

 

Hace 15 años que los niños y las niñas del mundo recibieron una promesa que todavía está en pie: garantizar el cumplimiento de la Convención sobre los Derechos del Niño “La Convención no es solamente un documento visionario. Todos los días comprobamos que se trata de un acuerdo que da resultados –y su utilidad puede comprobarse en el uso cotidiano que se hace del mismo en un país tras otro, en las políticas, en la práctica y en la ley.” – Carol Bellamy, Directora Ejecutiva del UNICEF 

El 20 de noviembre se conmemora el 15 aniversario de la aprobación por la Asamblea General de las Naciones Unidas de la Convención sobre los Derechos del Niño. Esta Convención significa un punto de inflexión y cambio sustancial en la concepción definitiva de los niños y las niñas comos sujetos activos con plenos derechos (teniendo en cuenta el proceso evolutivo) para participar plenamente en la construcción una sociedad basada la paz, la justicia social, la tolerancia y la solidaridad entre los pueblos.

Además, la Convención no queda en un mero documento de buenas intenciones sino que se ha convertido en el instrumento de derechos humanos que más ratificaciones ha recibido en toda la historia, ya que todos los países del mundo excepto dos han aprobado sus disposiciones.

La Convención sobre los Derechos del Niño está compuesta de una serie de normas y obligaciones aceptadas por todos que no son negociables. Estipula los derechos humanos básicos que deben disfrutar los niños en todas partes, sin discriminación alguna: el derecho a la supervivencia; al desarrollo pleno; a la protección contra las influencias peligrosas, contra el maltrato y la explotación; y a la plena participación en la vida familiar, cultural y social.

Al ratificar el instrumento, los gobiernos nacionales se han comprometido a proteger y asegurar los derechos de la infancia y han aceptado su responsabilidad ante la comunidad mundial por el cumplimiento de este compromiso. Del mismo modo, los Estados Parte tienen la responsabilidad de informar periódicamente a un organismo compuesto por expertos elegidos internacionalmente, el Comité de los Derechos del Niño, de laaplicación y seguimiento de las medidas de la Convención. Este mecanismo de seguimiento y evaluación refuerza el compromiso asumido por los gobiernos para garantizar el cumplimiento de la Convención sobe los Derechos del Niño.

Todo lo señalado tiene una repercusión inmediata en la supervivencia y desarrollo de millones de niños y niñas en todo el mundo. Gracias a la Convención es posible observar grandes conquistas en favor de los derechos de la infancia. Entre otras:

  • Los Estados han adquirido un nuevo impulso para reducir la mortalidad infantil y mejorar los sistemas de salud que atienden a los niños y las niñas.
  • Reformas legislativas en favor de los derechos de la infancia.
  • Los Estados han comenzado a reaccionar ante la violencia y la explotación extremas, así como el maltrato y el abandono, que forman parte de la realidad de millones de niños.
  • Los Estados han asumido el reto de proporcionar educación de calidad a los niños y las niñas. En la actualidad hay más niños y niñas en la escuela que en ningún otro periodo de la historia.

También se han alcanzado grandes progresos en la tarea de asegurar que las opiniones de los niños se escuchan, se respetan y se toman en cuenta —en el marco de las familias, las comunidades y los Estados— cuando se llevan a cabo actividades, se definen las políticas y se evalúan los resultados.

A pesar de los notables progresos alcanzados en el avance de los derechos de la infancia, todavía queda mucho por hacer. Los progresos han sido desiguales, y muchos países se encuentran a la zaga con respecto a otros en la tarea de conceder a los derechos de la infancia la importancia que merecen en los temarios nacionales. EN la actualidad resulta injusto que sigan muriendo 12 millones de niños menores de cinco años en todo mundo, la mayoría por causas que pueden prevenirse fácilmente, que haya unos 130 millones de niños en los países en desarrollo no reciben enseñanza primaria, y la mayoría de ellos son niñas, que unos 160 millones de niños padecen de desnutrición grave o moderada. Unos 250 millones de niños participan en alguna forma de trabajo. Los conflictos armados en todo mundo siguen acortando y arruinando las vidas de millones de niños. El año pasado, unos 300.000 niños sirvieron como soldados de los ejércitos nacionales.

A principios del siglo XX, hay cada vez más una mayor toma de conciencia en todo el mundo sobre los problemas que afectan a los niños y el compromiso para resolverlos. Pero nuevos problemas —como por ejemplo elVIH/SIDA, que ha dejado ya huérfanos a millones de niños y afecta diariamente a miles más— amenazan con anular en numerosos países varias conquistas sanitarias y sociales que costaron grandes esfuerzos. Pero los niños y las niñas del mundo han recibido una promesa que todavía está en pie: garantizar el cumplimiento de la Convención sobre los Derechos del Niño. Las vidas de millones de niños y de niñas sufrirán si esta promesa no se cumple.