Salud mental: una mirada a la infancia migrante y refugiada

En términos globales, más de 700.000 niños y niñas migrantes y refugiados viven en nuestras fronteras, muchos de ellos como los menores no acompañados y los solicitantes de asilo, enfrentados a enormes retos y desafíos. 

Radi

18/05/2023

Con motivo del Día de Acción por la Salud Mental, este 18 de mayo, desde UNICEF España hemos querido dirigir la mirada a uno de los colectivos más vulnerables: la infancia migrante y refugiada.

Según los últimos datos publicados, viven en nuestras fronteras más de 700.000* niños y niñas migrantes y refugiados, si sumamos los que están en situación irregular (aproximado). Además entre marzo y octubre del pasado año, más de 50.000 menores de edad procedentes de Ucrania recibieron protección temporal en España.

Nuestra mirada se detiene y se centra, dentro de este gran colectivo, en aquellos niños y niñas más vulnerables que son los menores no acompañados y solicitantes de asilo, aproximadamente en torno a 20.000 en todo el país. 

En la mayoría de los casos, se enfrentan a retos y desafíos antes, durante y después de su proceso migratorio, y el sistema debe ser capaz de reaccionar y adaptarse para darle la respuesta adecuada a sus necesidades de salud mental y psicosociales.. 

La migración en sí misma no tiene por qué comprometer excesivamente la salud mental de la infancia migrante no acompañada e infancia refugiada.

Pero es una realidad que muchos de estos niños y niñas afrontan situaciones muy graves en origen, tránsito y destino que los ponen en riesgo psicosocial: guerra, separaciones familiares, desarraigo, falta de referentes, abusos y explotación sexual, violencia, travesías traumáticas, duelos migratorios, detenciones, abandono escolar, presiones familiares para enviar dinero, incertidumbre por su estatus y su futuro. Un sinfín de retos que ponen a prueba su capacidad de resiliencia.

Un acogimiento que facilite los vínculos afectivos

Desde UNICEF España, estamos reclamando un acogimiento en condiciones de este colectivo tan vulnerable, que facilite la formación de vínculos afectivos con referentes adultos, un  refuerzo del sistema de salud mental infantojuvenil a nivel comunitario y hospitalario, la implicación de todos los sistemas relacionados con la atención y protección de la infancia migrante y refugiada y una atención con competencia cultural y enfoque de derechos de infancia. 

"Es fundamental reforzar tanto la coordinación intersectorial entre los sistemas de salud mental y otros sistemas -sistema de protección, sistema de acogida a refugiados y atención humanitaria o el sistema educativo-,  como la formación específica de los profesionales que tratan con los niños y niñas migrantes y refugiados”, señala Cristina Junquera, Responsable de Incidencia política y estudios de Unicef España.

Por ello, en estas señalada ocasión del Día de Acción de la Salud Mental, organizamos en Las Palmas de Gran Canaria las Jornadas  sobre Salud Mental e Infancia Migrante y Refugiada, en el marco del curso Salud Mental e Intervención Psicosocial en Niños, Niñas y Adolescentes Migrantes y Refugiados/as.

Este curso, ofrecido por el hospital Vall d’Hebron y UNICEF España, pretende reforzar las capacidades de los profesionales en derechos de infancia y competencia cultural y está dirigido a profesionales de todos los sistemas que deben trabajar en la prevención, promoción y atención a la salud mental de los niños y niñas migrantes y refugiados (psicólogos, psiquiatras, pediatras, mediadores culturales, trabajadores y educadores sociales, etc).

Garantizar el bienestar emocional de todos los niños, niñas y adolescentes

Desde UNICEF España no solo estamos impulsando una respuesta a las urgentes necesidades de la infancia migrante y refugiada en el ámbito de la salud mental -uno de los colectivos más vulnerables– también trabajamos para que España se dote de una verdadera política de salud mental de la infancia y adolescencia, tal y como solicitó el Comité de los Derechos del Niño.

En los últimos años, se han dado pasos en la dirección correcta, pero quedan importantes retos por abordar por ello pedimos a las Administraciones públicas y al Estado:  


•    Inversión suficiente para las acciones claves para la infancia incluidas en el Plan de Acción de Salud Mental 2022-24. 
•    Mayor disponibilidad de los recursos especializados en infancia y adolescencia para garantizar una atención de calidad tanto a nivel hospitalario como de atención primaria. 
•    Reforzar el rol de los centros educativos en la promoción del bienestar mental y prevención y detección de casos de malestar psicológico.
•    Apoyo a las familias con herramientas que promuevan el bienestar mental y prevengan la negligencia y los abuso. 
•    Promover el fin del estigma y la discriminación, a través de campañas públicas y contenidos relacionados con el cuidado de la salud mental.
•     Asegurar un abordaje innovador en la intervención, culturalmente competente y adaptado a las necesidades específicas de los niños, niñas y adolescentes con mayor vulnerabilidad (víctimas de trata y de violencia, migrantes y refugiados o infancia con discapacidad).

En este contexto, es interesante señalar que la presidencia de la Unión Europea por parte de España, a partir del 1 de julio, supone también la oportunidad de promover que la futura Estrategia de Salud Mental Europea incluya un enfoque de derechos de infancia, multisectorial que refuerce el papel de las familias y de los propios niños, niñas y adolescentes. 

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