Niños que pagan el precio de la guerra

Hace tan sólo unas semanas, el Líbano trabajaba en la creación de un Estado plenamente desarrollado. Ya en el 2005, había conseguido cumplir con la mayor parte de los objetivos establecidos en la Cumbre Mundial a favor de la Infancia. Antes de que el conflicto estallase, la tasa de mortalidad entre recién nacidos había descendido de manera constante, el país había conseguido alcanzar, también, la mayor parte de las metas nacionales de nutrición infantil, casi todas las mujeres embarazadas tenían acceso a servicios de asistencia en el parto y un 98% de niños y niñas de 6 a 11 años asistían a la escuela sin que se produjera disparidad alguna entre géneros. Así, el país avanzaba

Hoy las bombas acechan los colegios, viviendas y hospitales y la población civil vive atemorizada sin ningún tipo de protección contra los ataques israelíes. Las hostilidades entre Israel y Hezbollah no cesan y son los civiles los que más sufren las consecuencias más dramáticas. El número de muertos a causa del conflicto aumenta progresivamente y, como en todo conflicto armado, los niños y niñas son las principales víctimas.

Muchas familias se han visto obligadas a desplazarse a zonas más seguras y esto dificulta enormemente el acceso a unas condiciones de vida dignas. Los niños no pueden asistir a la escuela y gran parte de la población no tiene acceso a saneamiento ni a los servicios médicos básicos. Muchos de los que han sobrevivido han tenido que presenciar la muerte de seres queridos y la destrucción de su entorno por lo que los trastornos psicológicos hacen mella en su personalidad.

Acción de UNICEF

Para contrarrestar estos efectos, UNICEF trabaja junto con sus aliados para prestar apoyo psicológico a niños y niñas azotados por la guerra.

El apoyo a los niños y niñas más vulnerables es una de las metas más prioritarias para UNICEF. Entre las necesidades más urgentes se encuentran las tres siguientes:

  • El suministro de agua potable y saneamiento. Como consecuencia de la guerra, muchas familias han tenido que abandonar sus hogares para instalarse en zonas que, a pesar de estar más protegidas, carecen de los servicios higiénicos básicos. Facilitar el acceso a agua potable constituye ya una urgencia en las zonas más dañadas.
  • En la misma línea y como consecuencia de lo anterior, la salud de las víctimas de la guerra se resiente. UNICEF, en colaboración con otras ONG, está aplicando la campaña de vacunación contra el sarampión. La Organización Mundial de la Salud y el Ministerio de Salud libanés son los coordinadores de esta empresa mediante la cual se pretende administrar vitamina A a niños y niñas de entre 9 y 56 meses y la vacuna contra el sarampión a los que tienen entre 9 y 15 años.
  • Otra de las preocupaciones es la falta de escolarización de los niños y niñas. Para que puedan continuar recibiendo una educación suficiente, el gobierno está estudiando trasladar los lugares para desplazados internos con el objetivo de asegurar el funcionamiento de las escuelas en el comienzo del año escolar.
Es urgente llegar a los niños

Las ONG tienen que enfrentarse, también, a la dificultad de llegar hasta las regiones más afectadas por el conflicto. Las distancias aumentan y el suministro de ayuda humanitaria tiene que superar las trabas que la destrucción conlleva.

La Directora Ejecutiva de UNICEF Ann M. Veneran ha hecho referencia a la necesidad de apoyar a los niños y niñas más vulnerables, declarando que ”El acceso sin obstáculos es un factor fundamental ante cualquier respuesta humanitaria y una obligación del Derecho Internacional”. “Es urgente llegar a esos niños y niñas en situación de emergencia, ya que los suministros pueden significar la diferencia entre la vida y la muerte”.