Matrimonio infantil: "estudiantes, no novias"

En el mundo, 12 millones de niñas al año habrían contraído matrimonio en plena infancia según estimaciones de UNICEF.

Matrimonio infantil.

Monica, de 14 años, estudia en una escuela primaria en Uganda. Afortunadamente, pudo escapar del matrimonio cuando tenía solo 8 años. © UNICEF/UN0792788/Tibaweswa

03/05/2023

Según las últimas estimaciones publicadas por UNICEF, en todo el mundo se calcula que 640 millones de niñas y mujeres que viven hoy en día se casaron en la infancia, es decir, 12 millones de niñas al año.

En la última década hemos visto una constante disminución del matrimonio infantil, sin embargo, las múltiples crisis, como los conflictos armados, los efectos devastadores del cambio climático y las secuelas que dejó la COVID-19, ponen en peligro los logros conseguidos con tanto esfuerzo. En esas circunstancias, muchas familias se ven obligadas a refugiarse en el matrimonio infantil como una oportunidad para salir adelante.

Monica: matrimonio con 8 años

Es el caso de la niña de la imagen, Monica. Actualmente tiene 14 años y vive en Uganda, pero cuando tenía tan solo 8 años, sus padres decidieron casarla a cambio de cuarenta vacas y diez cabras.

Monica sabía perfectamente lo que significaba, su hermana ya había pasado por ello y no era el futuro que quería para si misma. Ella soñaba con seguir estudiando.

Esa situación llevó a Monica a planificar su huida, escapando de su hogar. Hoy está muy contenta en la escuela primaria. Le gustaría convertirse en ministra de Educación para poder garantizar que todas las niñas de su región van a la escuela, nos cuenta.

"Estudiantes, no novias"

"Tenemos que hacer todo lo que esté en nuestra mano para garantizar que se respeten los derechos de la infancia a una educación y a una vida empoderada", afirma Catherine Russell, directora de UNICEF, quien sostiene que la policrisis en la que está sumido el mundo "está acabando con las esperanzas y los sueños de los niños en situación de vulnerabilidad, especialmente de las niñas, que deberían ser estudiantes, no novias".

Las niñas que se casan en la infancia se enfrentan a consecuencias inmediatas y para toda la vida. Tienen menos probabilidades de permanecer en la escuela y se exponen a un mayor riesgo de embarazo precoz, lo que a su vez aumenta el riesgo de complicaciones de la salud y mortalidad infantil y materna.

Esta práctica también puede aislar a las niñas de su familia y amigos y excluirlas de la participación en sus comunidades, lo que afecta gravemente a su salud mental y su bienestar.

La proporción de mujeres jóvenes que se casaron en la infancia ha descendido del 21% al 19% desde que se publicaron los últimos datos hace cinco años. Sin embargo, a pesar de este progreso, las tendencias mundiales tendrían que reducirse 20 veces más rápido para cumplir el Objetivo de Desarrollo Sostenible de poner fin al matrimonio infantil para 2030.

Más de 200 años para erradicar el matrimonio infantil 

Al ritmo de hoy, es lo que tardaría África subsahariana en acabar con la práctica del matrimonio infantil. Actualmente tiene la segunda mayor proporción mundial de niñas casadas (20%) y es probable que aumente el número por el rápido crecimiento de su población y la suma de las crisis actuales, en contraste con los descensos que se prevén en otras partes del mundo. 

En América Latina y el Caribe también se están quedando atrás y se encaminan a tener el segundo nivel regional más alto de matrimonio infantil para 2030.

Tras periodos de progreso constante, se ha producido también un estancamiento en Oriente Medio y Norte de África, y Europa del Este y Asia Central.

Mientras tanto, Asia Meridional sigue impulsando las reducciones mundiales y está en vías de eliminar el matrimonio infantil en unos 55 años, según las mismas estimaciones. Aún así, esta región continúa albergando a casi la mitad (45%) de las niñas casadas del mundo. India, que ha registrado avances significativos en las últimas décadas, todavía representa un tercio del total mundial.

Los efectos de la policrisis

Una de las principales consecuencias es su contribución al auge del matrimonio infantil, a la vez que dificulta el acceso de las niñas a la atención sanitaria, la educación, los servicios sociales y el apoyo comunitario que les otorga cierta protección. 

En los contextos frágiles, las niñas tienen el doble de probabilidades de convertirse en novias infantiles que la media mundial. Por cada diez veces que se multiplican las muertes relacionadas con los conflictos, aumenta un 7% el número de matrimonios infantiles.

Al mismo tiempo, los fenómenos meteorológicos extremos provocados por el cambio climático aumentan el riesgo de las niñas, ya que cada desviación del 10% en las precipitaciones se relaciona con un aumento aproximado del 1% en la prevalencia del matrimonio infantil.

Por último, el aumento de la pobreza, las crisis de ingresos y el abandono escolar - repercusiones actuales de la COVID-19- se calcula que han afectado a más de 1.000 millones de niñas en todo el mundo. 

El progreso para acabar con el matrimonio infantil es posible, pero requiere de un apoyo inquebrantable a las niñas y familias en situación de vulnerabilidad. Solo lo podremos conseguir con el firme compromiso de todos y todas. ¡Ayúdanos!

 
© UNICEF
 
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