La Cooperación Española debería priorizar la salud infantil

Según un informe de UNICEF España y Political Watch, la pandemia ha puesto en riesgo las mejoras de las últimas décadas.

La salud infantil y la Cooperación Española.

© UNICEF/UN0613167/Dejongh

05/07/2022

Un nuevo estudio de UNICEF España y Political Watch revela que, a pesar de los esfuerzos desplegados, la salud global de la infancia no ha sido una prioridad para la Cooperación Española durante los últimos años.

El informe —que analiza los datos en 20 países (13 desarrollados, entre ellos España, y 7 en desarrollo) entre 2006 y 2020 — pone de manifiesto que se empiezan a detectar evidencias de que la pandemia de COVID-19 ha impactado de manera directa en los sistemas sanitarios de todo el mundo, poniendo en riesgo las mejoras que se habían producido durante las últimas décadas.

Por ejemplo, por primera vez en 30 años las tasas de vacunación sistemática de la infancia disminuyeron. En cuanto al sarampión, los casos a escala mundial aumentaron un 79% en 2022 con respecto a 2021.

“Es prioritario que la Cooperación Española preste más atención a la salud de la infancia, hoy más vulnerable en el entorno pospandemia, marcado por la crisis climática, los conflictos y la crisis económica”, afirma José María Vera, nuestro director ejecutivo.

AOD insuficiente para salud infantil

Del total de Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) desembolsada en salud, solo el 13% se destinó a salud infantil entre 2016 y 2020.

De hecho, las aportaciones anuales de España al sector de la salud prácticamente no cambiaron desde 2016 (65 millones de euros), salvo un pico en 2020 de 111 millones. Por ello, el Objetivo de Desarrollo Sostenible 3, “Salud y Bienestar”, ocupa la 6ª posición, en comparación con los otros ODS, entre los totales de los últimos cinco años.

El estudio señala que, si bien los países también han prestado atención a otras problemáticas, esto no se ha visto reflejado en un incremento de recursos, como los destinados a cuestiones como la salud mental de la infancia o la seguridad alimentaria.

A ello se suma hoy una crisis alimentaria mundial sin precedentes que ya ha provocado, en los 15 países más afectados, el aumento del número de niños y niñas con desnutrición aguda grave hasta casi los 8 millones. En este sentido, UNICEF España instó al Gobierno en junio a incrementar la ayuda humanitaria al 10% de la AOD en 2022 y 2023.

Dificultad para valorar resultados

La recolección de información es una dificultad añadida. Este problema, que también afecta a España, en lo relativo a la medición del impacto de nuestra cooperación, se ha visto agudizado por la pandemia y se refleja en una falta de datos, ralentizando la producción de información estadística.

Según el informe, en España es complicado valorar los resultados de las intervenciones de cooperación en salud infantil, así como en materia de derechos de la infancia en general, ya que no hay una clasificación adecuada que permita hacerlo de manera sistemática.

A ello se suma la necesidad de garantizar las evaluaciones que necesitan las estrategias de cooperación: el estudio recuerda que la Estrategia de Infancia de la Cooperación Española, publicada en 2015, aún no ha sido objeto de evaluación. La intención de crear la Oficina de Evaluación de la Cooperación Española, prevista en el proyecto de Ley de Cooperación para el Desarrollo Sostenible y la Solidaridad Global, podría ser un buen paso en este sentido.

Asimismo, el informe apunta a que es el momento de reflexionar sobre si la Cooperación Española debe prestar más atención a la salud infantil, teniendo en cuenta que, a raíz de la pandemia, los retos a enfrentar se han ampliado, afectando de manera especialmente intensa a los países en desarrollo y al colectivo de la infancia, que de por sí es uno de los más vulnerables.

Recomendaciones para España

Por todo ello, UNICEF España realiza una serie de recomendaciones, entre las que destacan:

  • Priorizar. España necesita hacer una reflexión sobre la priorización a nivel sectorial de su política de desarrollo, tanto para identificar y definir los ámbitos de mayor valor añadido e impacto, como para evitar la dispersión que han identificado varios actores del sistema. La salud global, con énfasis en poner fin a las muertes maternas, neonatales e infantiles prevenibles, es uno de estos ámbitos de mayor valor añadido e impacto, lo que se ve reforzado en el contexto actual.
  • Invertir. Incrementar el porcentaje de AOD destinado tanto a salud como específicamente a salud infantil, lo que idealmente tendría que ir de la mano de la apuesta por el multilateralismo (que ya se ha visto en los Prepuestos Generales del Estado 2022), dado los resultados demostrados por los mecanismos multilaterales a la hora de abordar los retos globales de salud.
  • Medir impacto. Integrar indicadores de mortalidad materna e infantil entre los criterios clave para la selección de países prioritarios. Fortalecer los sistemas de seguimiento de los sistemas sanitarios, asegurando que integren indicadores de seguimiento de las acciones para poner fin a las muertes prevenibles maternas, neonatales e infantiles, desde un enfoque comunitario y de fortalecimiento de los sistemas de salud, con énfasis en las acciones de promoción de la salud, incluyendo hábitos adecuados y prevención de enfermedades.

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