Foro de la Infancia sobre el Clima

Chicos y chicas de 44 países se reúnen en Copenhague en los días previos a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP15). Durante una semana sus debates se centran en el modo en que el cambio climático afecta a la infancia de todo el mundo y en las aportaciones que los propios niños y niñas pueden hacer a las discusiones sobre el clima

Un total de 160 adolescentes, de países tan diversos como China, Bangladesh, Nigeria o España participan en esta reunión de la que saldrá una declaración conjunta que será presentada a los representantes gubernamentales del COP15. Sus expectativas de ser escuchados por los gobiernos son altas y participan en los talleres y reuniones con la motivación de poder cambiar las cosas para los niños del futuro:

“Espero que se nos escuche, porque nuestro país es uno de los más afectados por el cambio climático”, afirma Axam Maumoon, que tiene 15 años y forma parte de la delegación de Maldivas. “Queremos poder decirles algún día a nuestros hijos que preservamos el planeta para ellos”.

Entre los participantes se encuentran los tres representantes de la delegación española, Sara, Fátima y Jesús, del colegio San Francisco de Paula de Sevilla, que acuden a la reunión con el objetivo de hacer un especial énfasis en los temas relacionados con el agua y con la reducción de gases de efecto invernadero:

“Nuestro futuro depende de las decisiones que tomen nuestros gobernantes. Por eso queremos que se escuche nuestra voz, la de todos los niños y jóvenes que aspiramos a vivir en un mundo mejor”, dicen. “Pedimos a los gobiernos que hagan un esfuerzo para que, en la Cumbre de Copenhague se llegue a un acuerdo y que pongan los medios necesarios para que dicho acuerdo se cumpla”.

Jóvenes participantes, grandes ideas

En unas jornadas intensivas de reuniones plenarias, grupos de trabajo, exhibiciones, debates y actividades que comienzan a las 9 de la mañana, los participantes comparten sus ideas en todos los acentos posibles del inglés. La pretendida intrascendencia de una reunión infantil no está presente aquí: cada participante asume con seriedad su papel en el foro y, aunque hay momentos para la diversión son conscientes de que el clima no es un juego de niños.

Para muchos de los delegados, la relación entre el cambio climático y los derechos de infancia es obvia. Si se ven obligados a vivir en un planeta amenazado medioambientalmente, la mayoría de los niños no podrán disfrutar plenamente de sus vidas: los peligros para su salud y su supervivencia irán en aumento.

“El cambio climático causa escasez de agua y alimentos en mi país”, dice Laurine Oyodah, de 15 años y que vive en Kenia. “Sin nada para beber, por ejemplo, muchos niños y niñas no van a la escuela ni tienen tiempo para estudiar, porque necesitan buscar agua”.

Lo que estos chicos ven y entienden con tanta claridad tiene que ser comprendido aún por algunos adultos, que persisten en agredir el planeta de diferentes maneras. Pero con el compromiso demostrado por los jóvenes participantes de este Foro Infantil del Clima hay esperanza de que la protección del medio ambiente no sea vista más como una opción, sino como una necesidad vital y un asunto de supervivencia.