Espacios amigos para los niños de Haití

Los que no pertenecen a este espacio no deberían estar en este lugar. Más de un centenar de niños afectados por el terremoto que devastó Haití cantan al unísono esta frase en criollo. Y lo hacen en un espacio amigo de la infancia establecido por UNICEF para su protección.

En el lugar, situado en la zona de la Plaza de San Pedro, se atiende a unos 120 niños y jóvenes, de entre 5 y 24 años, de los que un 75% son víctimas del desplazamiento masivo de haitianos que siguió al seísmo. "Ésta es una manera de restablecer los vínculos de la comunidad y garantizar que los niños desplazados no sigan siendo marginados por la comunidad", afirma Joanne Dessureault, de UNICEF.

"Se trata de niños que sufren fobias, miedo a los edificios de cemento y ataques de ansiedad y estrés. Hay niños que tienen pesadillas todas las noches. Pero, gracias a las distintas actividades de apoyo psicosocial que llevamos a cabo, están superando gradualmente los traumas", explica el psicólogo Robert Desrosiers, quien vaticina que, con la atención adecuada, “con el tiempo se repondrán plenamente”.

Los niños también reciben una comida fuerte al día y agua potable. "Este centro es una bendición", explica Yolette, una madre soltera que lleva al centro a su hijo Yglesias, de cinco años. "Mi hijo recibe una comida adecuada y la atención de personal especializado que le ayuda a liberarse de las constantes pesadillas sobre el terremoto. Me alegra mucho verle feliz, y que se comporte de manera bastante normal cuando está con otros niños".

Un espacio amigo de la infancia es un lugar en el que los niños ven cubiertas sus necesidades básicas de nutrición, salud y protección, al tiempo que ven garantizado su bienestar emocional, social y educativo.

La alianza entre UNICEF y la ONG Iniciativa para el desarrollo de los jóvenes que no van a la escuela (IDEJEN, por sus siglas en francés) es un ejemplo de lo que se puede conseguir cuando las organizaciones locales e internacionales y la sociedad civil se unen para ayudar a los niños afectados por situaciones de emergencia. Este tipo de alianzas aumentan significativamente la capacidad de las comunidades y las familias de proteger a los niños.

 Implicación de las familias y la Policía

En el espacio seguro para la infancia de la Plaza de San Pedro, los padres y las madres colaboran con equipos de profesionales constituidos por un trabajador social, un psicólogo y dos asistentes. Los padres participan en reuniones donde aprenden a determinar si sus hijos corren peligro y adquieren los conocimientos y aptitudes necesarias para preparar a los niños ante eventuales futuros desastres.

En el centro se realizan además actividades de educación entre compañeros sobre la prevención del abuso y la violencia sexual y de apoyo a las niñas y mujeres que han sido víctimas de abusos. Se trata de un programa que mantiene a los niños y niñas alejados de las calles y fomenta el cuidado basado en la familia.

La Policía haitiana también desempeña un importante papel en el bienestar de los niños mediante la enseñanza de normas y principios de responsabilidad y comportamiento cívico. "Aunque no disponíamos de mucho espacio, hicimos hueco para el centro, donde colaboramos para que estos niños sean miembros útiles de la sociedad. Porque hoy son nuestros niños, pero mañana serán los adultos de nuestra sociedad", sostiene Louis Jeune, Inspector Principal de la Policía.