En Etiopia, las escuelas se vacían por los efectos de la sequía

La sequía que está afectando a toda la región del Cuerno de África deja numerosas consecuencias. Entre esos efectos, uno recae en la educación, reflejado en altos índices de abandono escolar debido a la necesidad familiar de emplear a sus niños y niñas para compensar sus ingresos. En un primer momento la respuesta de UNICEF se centraba en salvar vidas, ahora también mira a la educación de los niños y niñas de la región.

A Mahad Muhumud Yussuf le gustaba ir a la escuela con su hermana mayor. “Íbamos caminando juntos a la escuela,” dijo el niño de 12 años. “Aprendíamos juntos. Cuando yo no sabía una respuesta, ella me la decía.”

Eso ocurría antes de que la sequía comenzara a expandirse por los alrededores de su casa, en Gode, un pueblo de la remota región Somalí, en Etiopía, a unos cientos de kilómetros de la frontera con Somalia.

El pequeño rebaño de ovejas y cabras de la familia empezó a morir, afectando sus ingresos y suministros básicos de alimentación. Los padres de Mahad decidieron que tenían que retirar a su hermana Avan de la escuela para que empezara a trabajar y así compensar las finanzas familiares.

Ayan, de 14 años, tuvo que cambiar sus libros por el penosotrabajo diario de una criada. No estaba sola.

‘Algunos de ellos simplemente desaparecen’

Este año, más de 150 niños y niñas han sido retirados de la Escuela Primaria Dolal en Gode por una variedad de razones relacionadas con la sequía. Muchos eran los niños de los pastores que simplemente debieron trasladarse con sus rebaños en busca de mejores pastos.

A principios de mayo, 8 de cada 31 escuelas en la zona de Gode – donde viven unas 500.000 personas – habían cerrado. Las escuelas restantes sufrían índices de abandono similares al de Dolal, dijeron oficiales regionales de educación.

“Hemos visto muchos abandonos desde que comenzó la sequía,” dijo Mahmoud Abdullahi, jefe de profesores de Dolal. “Algunos de ellos simplemente desaparecen. Algunos vienen un día y luego no los volvemos a ver hasta dos o tres días después. La mayoría están trabajando, lustrando zapatos o simplemente en las calles buscando comida.”

Muchos de los niños y niñas que permanecen en las escuelas también han sido afectados por la sequía. “Los niños y niñas hambrientos no pueden entender nada de las lecciones,” dijo Abdullahi. “Yo he visto esto personalmente.”

La respuesta a la sequía mira a la educación

La primera respuesta de UNICEF a la sequía que se extendió más allá de las fronteras de Etiopía afectando a todo el Cuerno de África, se centró en salvar vidas. La organización ayudó a establecer suministros de agua de emergencia, financió la vacunación contra elsarampión de más de 800.000 niños y niñas en Somalia, suministró alimento terapéutico a los centros de tratamiento y envió escuadras de equipos móviles de salud a lo largo de la región.

La segunda parte de la respuesta de UNICEF, ahora mismo, incluye una variedad de acciones diseñadas para proteger la educación de los niños y niñas al igual que su salud, nutrición y suministro de agua. Está planeado lanzar una revisión profunda del sistema educativo de la región, financiar la formación de más profesores y proporcionar educación básica y equipamiento recreativo.

Mientras tanto, otras iniciativas en salud,nutrición y agua potable ayudarán a recuperar la estabilidad de las vidas de los pastores, dándoles así la oportunidad de enviar a sus niños y niñas a las escuelas.

Antes de la sequía, las escuelas cerraban

“El sistema educativo en la región Somalí de Etiopía estaba en grave tensión, incluso antes de la sequía,” dijo el responsable de educación de UNICEF en Etiopía, Augustine Agu.“Tenía uno de los índices de matriculación más bajos del país – 21 por ciento en general frente al 79 por ciento de promedio nacional."

“Luego, el problema de los suministros inadecuados, desde aulas, muebles y libros de texto hasta profesores calificados, facilidades recreativas y servicios,” continuó Agu. “La sequía, por supuesto, hace que todo sea peor. En algunos casos la inseguridad resultante y el colapso de la infraestructura social forzaron a comunidades enteras a abandonar sus hogares. Los niños y niñas fueron sacados y privados de unos de sus derechos más básicos – la educación.”

Eso es exactamente lo que ocurrió a una hora en coche al norte de Gode, en el pequeño poblado de Hadawi. “La mayoría de los niños y niñas partieron hace dos semanas,” dijo el responsable de la Escuela Primaria de Hadawi, Mohamud Garane. “Los profesores terminaron de corregir los exámenes y luego se fueron. Luego cerramos la escuela.”

De los 400 alumnos iniciales, sólo 15merodeaban alrededor de los edificios vacíos de las escuelas en las afueras de la ciudad. “Casi todos se fueron,” dijo Abdi Mohammed, de 12 años. “Pero la gente más pobre, los que no tienen animales, ellos se quedaron.”“Estoy esperando volver a la escuela,” agregó. “Quiero ir a la universidad. Quiero ver el mundo.”