Crisis alimentaria mundial sin precedentes para la infancia

 Nos enfrentamos a una situación dramática en la que millones de niños y niñas podrían sufrir desnutrición aguda grave y perder la vida si no actuamos ahora.

Hablamos de desnutrición con Inés Lezama, de UNICEF.

24/10/2022

Una vez más queremos dar voz a la dramática situación que afrontan ahora mismo millones de niños y niñas por la crisis alimentaria mundial sin precedentes que vivimos. La vida de millones de niños está en verdadero peligro y debemos actuar ya si queremos salvarlos de caer en la peor forma de malnutrición: la desnutrición aguda grave, que podría ocasionarles la muerte.

La desnutrición y la falta de alimentos han colocado ya a unos 181 millones de personas en todo el mundo en riesgo de vulnerabilidad extrema, de las que unos 49 millones, el equivalente a la población total de España, están al borde de la hambruna.

Las cifras son, si cabe, más preocupantes en el caso de los niños y niñas menores de cinco años y de las mujeres, que son siempre los más vulnerables ante este tipo de situaciones.

La creciente crisis alimentaria ha provocado que, en los 15 países más afectados, la mayoría situados en el Cuerno de África y el Sahel occidental, el número de niños y niñas con desnutrición aguda grave haya aumentado desde principios de este año, alcanzando casi los 8 millones.

Pero, ¿cómo afecta la desnutrición a los niños y niñas?

Nos acompaña la experta en nutrición y divulgadora científica, Boticaria García, en esta conversación con un niño, una madre, una pediatra y una especialista en nutrición de UNICEF para aclarar estas dudas.

Martín, de 7 años, define de la manera más sencilla lo que para él es la desnutrición: "los niños no crecen bien, se ponen malitos y están muy flacos". Y Laura Baena, de Malas Madres, describe la imagen "realmente dolorosa" de esas madres que caminan kilómetros con sus hijos a cuestas para encontrar algo de alimento, y la "rabia e impotencia" que le produce que "en pleno siglo XXI sigamos viviendo esta situación tan alarmante".

Lucía Galán, Lucía Mi Pediatra, nos cuenta desde su óptica más científica, el impacto devastador que tiene la desnutrición en la vida de los niños a corto, medio y largo plazo. "Los hace vulnerables a tener enfermedades que les debilita aún más, como la neumonía, diarrea o malaria, principales causas de mortalidad". Pero va más allá y nos explica que "pueden desarrollar problemas físicos y problemas intelectuales". Incluso, en los casos más graves, "les puede llegar a costar la vida".

Con nuestra especialista en nutrición, Inés Lezama, repasamos los distintos tipos de desnutrición que padecen casi 200 millones de niños y niñas menores de cinco años en todo el mundo.

Por un lado, el retraso en el crecimiento, que sucede cuando hay una carencia de nutrientes en los primeros años de vida y el desarrollo físico y cognitivo del niño no es el ideal. Y por otro, la desnutrición aguda, que sufren 14 millones de niños, y que se caracteriza por ser más visible y tener un riesgo de mortalidad inmenso, "hasta nueve veces más que otro niño" si no se actúa pronto.

Boticaria, que conoce de primera mano el trabajo de UNICEF, advierte que la desnutrición es uno de los principales enemigos de la infancia y provoca la muerte de 1 de cada 5 niños menores de cinco años. A la vez que nos recuerda uno de los datos más alarmantes: 2 de cada 3 niños con desnutrición aguda no tienen acceso al tratamiento.

Principales causas de esta crisis alimentaria

El contexto socioeconómico mundial ya era grave antes del inicio de la guerra de Ucrania en febrero, pero el conflicto y la consiguiente crisis de refugiados en Europa no ha hecho más que potenciarlo.

Al incremento desmesurado del precio de los combustibles y de los alimentos básicos, así como la interrupción de los suministros, se suma que muchos países dependen en gran medida de las importaciones de Rusia y Ucrania. Se trata de un grave problema que afecta no solo al Cuerno de África, que es probablemente uno de los primeros lugares del mundo que nos viene a la mente al hablar de esta realidad, también nos estamos encontrando con esta grave crisis en Sahel y Oriente Medio.

A esto se suman los desastres naturales y la trágica sequía que está dejando una temporada tras otra sin lluvias, principalmente en África, donde los efectos de la crisis climática son devastadores. Y no podemos olvidar las terribles consecuencias de la pandemia de COVID-19, que aún no ha concluido.

En UNICEF sabemos cómo darle respuesta

Pese a lo dramático de la situación y las crecientes necesidades de los niños y niñas, en UNICEF tenemos las herramientas y la experiencia para salvar y proteger a la infancia.

Sabemos cómo prevenir, detectar la desnutrición y tratarla con éxito. En 2021, tratamos a 5,5 millones de niños y niñas contra desnutrición aguda grave. La gran mayoría de niños y niñas que reciben tratamiento se curan (la tasa de recuperación oscila entre el 80% y el 95%). 

Somos el mayor proveedor mundial de los llamados alimentos terapéuticos listos para usar (RUTF), que han demostrado su capacidad para salvar vidas. Estos sobres con un altísimo aporte nutricional, hacen el milagro en apenas unas semanas y los niños pueden volver a andar, jugar y sonreir. "Es un tratamiento que las madres pueden dar desde sus casas, ambulatorio, y de fácil uso",  explica nuestra especialista desde Etiopía.

UNICEF está ampliando los servicios de nutrición, distribuyendo leche terapéutica y alimento terapéutico listo para el consumo en los centros de salud. Además, apoyamos a los gobiernos para que identifiquen y ofrezcan tratamiento a los niños con desnutrición que viven en las zonas de más difícil acceso.

Y no nos detenemos, porque también ponemos en marcha otro tipo de acciones que son efectivas contra la desnutrición, tienen menor coste, y están vinculadas al tratamiento de la infancia de manera integral, desde distintos enfoques, como la educación, la salud, y el acceso a agua y saneamiento, cuenta Inés Lezama.

En este sentido, proporcionamos a las familias afectadas por la sequía kits de agua y saneamiento de emergencia que les permiten tratar el agua en casa, y rehabilitamos y mejoramos los pozos que no funcionan en lugares estratégicos como aldeas, escuelas y centros de salud, con el objetivo de disminuir el riesgo de enfermedades que se vinculan luego con la desnutrición.

Las familias vulnerables reciben transferencias de dinero en efectivo que les ayudan a sufragar los gastos de salud y proteger a los niños y niñas.

Y como nos recuerda Martín, "desde aquí también podemos hacer cosas para ayudar a los niños que están allí". ¡Aún hay esperanza, si actuamos ya, podemos salvar sus vidas!

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