¿Cómo afecta la COVID-19 a los niños y niñas en África subsahariana?

Más desprotección, menos salud, más violencia, más pobreza, menos educación…

Charlotte, 12 años, refugiada en República Democrática del Congo.

-Charlotte tiene 12 años y vive en una tienda de campaña junto a ocho miembros de su familia, en República Democrática del Congo. Tuvo que huir de la violencia en su país, República Centroafricana, atravesando el río Ubangi. 

02/07/2021

En Europa la pandemia de la COVID-19 acapara casi todos los titulares desde hace más de un año, pero, ¿cómo se vive en algunos países de África? ¿Cómo está afectando a los niños y niñas de las zonas más vulnerables del mundo? 

No oímos demasiadas noticias de África subsahariana y ahora mismo está inmersa en un aumento letal de los contagios, se están extendiendo variantes más peligrosas mientras, las vacunas, nuestra gran esperanza para poner fin a la pandemia, van a un ritmo muy lento en el continente. 

Uganda

En Uganda los casos de COVID-19 han aumentado un 2.800% entre marzo y junio de 2021. La escasa disponibilidad de oxígeno para los enfermos críticos, conduce a situaciones de vida o muerte.

Namibia

Hace unos días Namibia registró la mayor tasa de mortalidad de África. Los hospitales están llenos y no hay oxígeno suficiente. Según el Ministerio de Sanidad, Namibia registra cada día más de 1.000 casos nuevos de COVID-19 y 30 muertes. Esta tasa de mortalidad es muy alta para un país de 2,5 millones de personas.

República Democrática del Congo

En República Democrática del Congo la situación es igual de desalentadora, cuentan con tasas muy bajas de vacunación y unas instalaciones sanitarias deficientes.

Sudáfrica

En Sudáfrica, la tercera ola amenaza con ser peor que las dos anteriores, poniendo al límite un sistema de salud ya muy agotado. Hasta ahora, solo 2,5 millones de personas han recibido al menos una dosis de la vacuna, en una población de alrededor de 57 millones de habitantes. Y, aun así, es una de las tasas de vacunación más altas del continente.

50 millones de personas en la pobreza extrema

La situación económica que deja a su paso la pandemia afecta profundamente las posibilidades de sobrevivir de las familias. Se estima que unos 50 millones de personas, la mayoría niños y niñas, se han visto empujadas a la pobreza extrema en África subsahariana desde comienzos de año, un récord del que ningún país de la región se está librando.

Y, como consecuencia, la pobreza infantil también ha empeorado, se calcula que ha aumentado un 10% desde principios de 2020 y podría incrementarse aún más.

Un escenario devastador para la infancia

Una niña de 14 años, madre adolescente, transporta su bebé en Uganda.

-En Kasese, Uganda, una niña de 14 años lleva a su bebé a casa de sus padres. Cuando se quedó embarazada fue forzada a casarse, pero con la intervención de los trabajadores sociales pudo volver con su familia y prepara su vuelta a la escuela. 

¿Qué supone todo esto para un niño en África subsahariana?

  • Más desprotección. La pérdida de padres y abuelos, que se encargan de muchos niños.
  • Menos educación. Cuando los niños no van a la escuela quedan expuestos a un mayor riesgo de abuso. Unos 9 millones de niños en África oriental y meridional nunca pudieron volver a sus clases y con la situación actual, muchas aulas vuelven a cerrar.
  • Menos salud mental. El aislamiento, los confinamientos y las pérdidas de familiares afectan profundamente a los niños y niñas, puede generar más ansiedad y angustia.
  • Menos atención sanitaria. La enorme presión que viven los sistemas de salud llevan a la interrupción de servicios esenciales, como las visitas prenatales, las vacunaciones rutinarias y los tratamientos contra la malaria. En algunos países han disminuido más del 20%, revirtiendo las tendencias positivas.
  • Más dificultad para abordar el problema del VIH/SIDA.
  • Más violencia. Agravamiento de la violencia de género, abuso, embarazo adolescente y trabajo infantil, en medio de tensiones económicas sin precedentes.

UNICEF: la ayuda está en marcha

Lanzamiento de la campaña de vacunación contra la COVID-19 en República Democrática del Congo.

-Jeanne, enfermera en el Hospital Provincial de Goma, República Democrática del Congo, coloca una vacuna contra la COVID-19 en el lanzamiento de la campaña de vacunación el pasado mes de mayo. UNICEF participa en la distribución y transporte de las vacunas, asegurando la cadena de frío durante el almacenamiento y entregando materiales de protección.

Estamos apoyando a los gobiernos en la región, a la Organización Mundial de la Salud y a nuestros aliados en el terreno para abordar esta crisis sanitaria y sobre todo, los efectos que está ocasionando en los niños, niñas y sus familias.

Nuestras prioridades para atender las necesidades más urgentes son:

  • Adquirir y distribuir vacunas contra la COVID-19, especialmente para los trabajadores esenciales y sanitarios.
  • Fortalecer los sistemas de atención sanitaria y cadena de frío para la conservación de las vacunas.
  • Adquirir tanques de oxígeno.
  • Firmar acuerdos con fabricantes de vacunas como Pfizer o AstraZeneca.
  • Trabajar con las compañías aéreas para garantizar la capacidad de transporte de las vacunas.
  • Trabajar también con los gobiernos para que los niños sigan en la escuela o aprendiendo, al tiempo que las escuelas de todo el continente reciben agua y saneamiento.
  • Ampliar las ayudas en efectivo para las familias más vulnerables.
  • Proporcionar atención a la salud mental a través de apoyo psicosocial para los niños y sus familiares.
  • Evitar las separaciones familiares y fortalecer la atención comunitaria y familiar.
  • Proteger a los niños frente a prácticas dañinas como el matrimonio infantil.

¡Pero aún queda mucho más por hacer!

"Los gobiernos deben priorizar el mantenimiento de las escuelas abiertas y seguras, que puede lograrse aplicando medidas como el distanciamiento, establecimiento de turnos, uso de mascarillas y lavado de manos. Estas medidas son fundamentales, pero no cambiarán nada de la noche a la mañana" explicaba nuestro portavoz James Elder.

A la vez, es necesario "compartir de manera inmediata el excedente de dosis de vacunas, es una medida provisional mínima, esencial y de emergencia, y debe hacerse ahora. Así como financiar el despliegue de las vacunas".

En UNICEF hemos hecho un llamamiento humanitario para estos países de 551 millones de euros, para ayudar con la distribución de vacunas, tratamientos y otros recursos para el diagnóstico durante 2021.

Actualmente se han suministrado 2.700 millones de dosis de vacunas contra la COVID-19 en todo el mundo, sin embargo, alrededor del 1,5% se han puesto en África. Desde UNICEF insistimos en la urgencia de una distribución global y equitativa de vacunas, diagnósticos y tratamientos, a través del mecanismo COVAX, porque nadie estará a salvo hasta que todos estemos a salvo.

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