Agua a través de energía solar para paliar la sequía 

Sharlyne, una niña de 14 años de Kenia, nos cuenta cómo esta solución de UNICEF les ayudó a conseguir el agua que cambió sus vidas. 

Sharlyne, de 14 años, en su escuela en Kenia.

  Sharlyne, de 14 años, nos muestra la nueva instalación de agua potable que ha cambiado la vida de muchos niños y niñas. © UNICEF Kenya/2023/Paul Kidero

29/07/2023

Sharlyne es una niña brillante y extrovertida de 14 años que acaba de terminar la escuela primaria en Lodwar, ciudad del noroeste de Kenia, capital de Turkana. 

Esta zona ha sido tremendamente afectada por la sequía de los últimos tres años, lo que produjo la muerte de gran parte del ganado que las familias tenían para salir adelante. 

Allí, UNICEF instaló un sistema de agua que utiliza energía solar y es la propia Sharlyne quien nos cuenta cómo el agua ha cambiado la vida de muchos niños y niñas. 

Agua para beber y regar el huerto

Al principio parece un poco tímida, pero enseguida entra en confianza chasqueando sus dedos y sonriendo mientras nos muestra los alrededores de su escuela. Sharlyne es alta para su edad y le gusta ver dibujos animados y películas de Bollywood. 

"Estos son los tanques, cada uno tiene 10.000 litros", afirma mientras apunta a dos grandes tanques de agua ubicados sobre una alta plataforma, a los que solo se puede llegar con una escalera. "Está lleno de agua, una vez que están llenos los tanques duran unos tres meses y después se bombea el agua otra vez". 

El sistema de agua con energía solar ha marcado una enorme diferencia en la vida de Sharlyne y otros niños y niñas como ella. Antes de tener esta perforación, tenían que ir a recoger agua del río. "Teníamos miedo porque nos encontrábamos cocodrilos". Además, los niños solían enfermarse por la contaminación del agua. "Una vez me puse tan mala que tuve que pasar dos semanas en el hospital. Me encontraba muy mal. Tuve que faltar mucho a la escuela". 

Después, Sharlyne nos lleva al huerto de la escuela donde crecen las calabazas, coles y espinacas rodeadas de una cerca baja hecha de paja y pequeñas ramas. "Este es nuestro huerto, antes no lo teníamos", dice mientras coge una manguera y riega las plantas. La longitud no es suficiente y vemos que tiene que poner su dedo en el extremo para expandir el chorro de agua, "es muy divertido", exclama, "disfrutamos regando las plantas". 

Finalmente, en el punto de agua, muestra con entusiasmo la calidad del agua que utilizan para beber. Se inclina y abre el pequeño grifo de bronce, poniendo sus manos debajo para recoger el agua. "Es tan transparente y pura, así es como se bebe si no tienes un vaso". "Sabe muy rica", y nos ofrece que la probemos. 

Sharlyne riega el huerto de la escuela.

Sharlyne riega las calabazas plantadas en el huerto de su escuela. © UNICEF Kenya/2023/Paul Kidero

El impacto de la sequía

A pesar de que ahora la vemos feliz, los últimos años han sido muy difíciles para Sharlyne. Vive con su tía Sophia y dos primos más pequeños. Sophia ha cuidado de Sharlyne toda su vida porque su madre murió en el parto. La llama mamá. Mientras la sequía arrasaba, la tía perdió su trabajo en el hospital y su ganado murió. Además, otros familiares que se dedicaban al pastoreo vinieron a Lodwar en busca de trabajo, lo que añadió presión en la casa familiar. 

Sophia dice que no ha llovido adecuadamente en los últimos tres años. "Tenía cinco cabras pero murieron y ahora lucho para encontrar comida. A veces los niños se van a dormir con hambre. Algunos días consigo trabajo ocasional lavando ropa, si no me quedo en casa. Con la llegada de más familiares, Sophia tenía más bocas que alimentar. "Muchas veces no había cena para todos". 

Sophia priorizó la educación de Sharlyne a pesar de estos desafíos. "Traté de inscribir a Sharlyne en un internado, pero no podía pagarlo", continúa. "Así que me uní a otras mujeres y ahorré lo suficiente para pagar el primer trimestre de la escuela secundaria. Estoy feliz y esperanzada. Si ella obtiene una educación, me abrirá las puertas a mí y al resto de la familia también".

En su escuela también pudo ver Sharlyne el impacto de la sequía cuando las niñas dejaron de acudir. Cuenta que algunas de sus amigas abandonaron por la pobreza, fueron forzadas al matrimonio infantil o se quedaron embarazadas. Ahora no pueden retomar, "me sentí muy mal por ellas". Por un momento pensó que ella también tendría que abandonar pero tuvo la suerte de que su tía la pudo mantener. 

El apoyo de UNICEF

Sharlyne llena un cubo de agua limpia en su escuela.

escuela. © UNICEF Kenya/2023/Paul Kidero

En Turkana, UNICEF, con el apoyo de aliados, instaló 56 sistemas de agua con energía solar en escuelas como la de Sharlyne, lo que se tradujo en acceso a agua potable para más de 112.000 personas. Esto es parte de nuestra respuesta a la sequía en esta zona, consecuencia del cambio climático. 

La energía solar permite una perforación más profunda que las bombas manuales, proporcionando acceso a agua segura durante todo el año. La bomba de esta escuela primaria también proporciona agua potable a un centro de salud cercano y a la comunidad local. Además del sistema de abastecimiento de agua, UNICEF también dio apoyo a la escuela en el establecimiento de un internado, para que las niñas cuyas familias emigraban pudieran alojarse en la escuela en lugar de abandonarla.

"UNICEF realmente ha ayudado a nuestra escuela", cuenta la directora, Rebecca Lotonia. "UNICEF nos dio formación para poner en marcha una campaña de inscripción... y ya movilizamos cinco ciudades para que las niñas regresen a la escuela". Una vez allí reciben una mochila de UNICEF y compresas, fundamentales para que las niñas permanezcan en las aulas. 

UNICEF también apoya al Gobierno de Kenia en las medidas para hacer frente al cambio climático, que se prevé que genere sequías más severas y prolongadas. 

"El cambio climático es una crisis de los derechos de los niños, ya está afectando su salud y nutrición, y lo hará aún más en el futuro", afirma Mahboob Ahmed Bajwa, de UNICEF Kenia. "Esto significa que las personas que viven en las zonas de tierras áridas y semiáridas, como Turkana, deben adaptarse a una situación en la que hay fuentes de agua menos fiables. Los sistemas de agua alimentados por energía solar son una parte de la respuesta de UNICEF a esto, que también incluye represas de arena y educación climática".

Sharlyne está feliz de empezar su educación secundaria y el futuro le parece brillante. Espera poder acabarla con éxito. "Me gustaría ser periodista en el futuro para poder ver cómo es el mundo". 

Andrew Brown

UNICEF Kenia

¿Te gustaría hacer algo extraordinario hoy?

Hazte socio. Elige ahora tu aportación mensual.

¿Sabes que puedes recuperar hasta un 80% de tus aportaciones? Más info

Si prefieres, contacta con nosotros en el 900 907 074 de lunes a viernes de 9:00h a 21:00h y sábados de 11:00h a 17:00h | [email protected]

Agua a través de energía solar para paliar la sequía