Una cadena que genera vida en Sudán del Sur

Por Diana Valcárcel, Coordinadora de Proyectos de Comunicación de UNICEF España

En las visitas que he hecho a proyectos de UNICEF en diferentes países me alegran especialmente los programas comunitarios, aquellos que como vasos comunicantes van transmitiendo los conocimientos desde la base de la sociedad.

Estamos en la ciudad de Torit, región de Equatoria del Este, en Sudán del Sur, unpaís independizado de su vecino del norte en julio de 2011 y que cuenta con una población de alrededor de9 millones de habitantes. Después de una gran tormenta hemos conseguido llegar por un camino casi imposible a uncentro de formación de mujeres gestionado por una organización comunitaria local llamada CECDAG, apoyada por UNICEF, que proporciona consejos de salud y nutrición a la población vecina.

“Cuando mi hijo tenía un año pesaba tan solo 5 kilos. Temía por su vida. Vinieron a visitarme del programa comunitario a mi aldea y al ver el estado de mi hijo me indicaron que fuera al centro de alimentación terapéutica del hospital de Torit”, nos cuenta Elizabeth Martin con su hijo Mario en brazos. “Después de unas semanas de tratamiento, se restableció y le dieron de alta”. Mario tiene ahora 2 años y dos meses. Duerme tranquilo y sano en los brazos de su madre.

Elizabeth forma ahora parte del programa comunitario de mujeres gestionado por CECDAG que reciben formación para transmitirla a las personas de las aldeas vecinas. “Estoy muy contenta de que me llevaran al hospital, muy agradecida al apoyo de UNICEF y del Ministerio de Salud. Lo que yo aprendí, lo enseño ahora a otros”. Esta cadena de transmisión es la que atrae toda mi atención.

Transformando la sociedad del país más joven del mundo

Las 30 mujeres que conocemos esta tarde, formadas por CECDAG nos cuentan quitándose la palabra unas a otras: “Enseñamos a las madres a hacer la papilla. Les

explicamos qué tiene que tener para que sus hijos estén sanos y cómo la tienen que cocinar. También revisamos el estado nutricional de los niños para ver si alguno necesita ser enviado al hospital, les enseñamos hábitos de salud”.

Los retos a los que se enfrenta el país son muy numerosos:alrededor del 15% de los niños sufren desnutrición aguda, el 70% de los niños entre 6 y 17 años nunca ha ido a la escuela, solo el 3% tienen puestas todas las vacunas. Pequeños programas comunitarios, como éste, apoyado por UNICEF, van transformando poco a poco esta sociedad del país más joven del mundo.

Las mujeres del centro se despiden con cantos y bailes bajo la lluvia. Conseguimos sortear el charco con una tablilla de madera que ha colocado una de ellas. Seguramente el país será igualmentecapaz de sortear otros obstáculos si sigue recibiendo los apoyos que necesita. UNICEF, gracias al apoyo de tantas personas, instituciones, empresas, estará ahí, trabajando para que todos los niños hasta en lugares tan remotos como esta aldea de Torit que acabamos de visitar, tengan las oportunidades necesarias para salir adelante.