Jordania: UNICEF lleva agua potable a miles de desplazados sirios

Por Melanie Sharpe, Especialista en Comunicación de UNICEF

Abdullah, de 11 años, observa en silencio el polvo que cubre sus pies bajo el abrasador sol vespertino que cae en el campamento de refugiados de Za'atari, en Jordania.

Su madre, Hajar, llena un cubo con agua mientras vigila de cerca a Abdullah y a su hija de ocho años, Esra. Como la mayoría de las familias en el campamento, Hajar y sus cinco hijos proceden de una ciudad delsur de Siria que ha entrado en una espiral de violencia.

"No he visto ni oído a mi marido en siete meses. Yo tenía un taller de costura, pero me lo incendiaron, mi casa fue incendiada. Tuvimos que huir a Jordania. Todo el mundo está saliendo de allí", explica.
 
Más de 6.000 sirios se encuentran ahora alojados en el campamento de Za'atari, incluyendo a Hajar y sus hijos de 3, 7, 8, 9 y 11 años. Las condiciones son duras. El sol del desierto es sofocante, no hay sombra natural y las tormentas de polvo se desatan regularmente por el campamento.
 
Garantizar a las familias acceso regular a agua potable puede ser una tarea terriblemente difícil en mitad del desierto y en uno de los países con mayor escasez de agua del mundo. UNICEF y la Agencia Federal Alemana para la Ayuda Técnica (THW, por sus siglas en inglés) están liderando el suministro de agua potable, higiene, saneamiento y la gestión de los residuos en todo el campamento.
 

“NECESITAMOS APOYO URGENTE”

"En este momento todo el mundo en Za'atari tieneacceso a agua potable, baños y duchas, así como un lugar para lavar la ropa, pero necesitamos apoyo urgente para garantizar que esto siga siendo así", señala Michele Servadei Representante Adjunto de UNICEF Jordania.
 
Desde la apertura del campamento el pasado 29 de julio, UNICEF y los equipos de agua de THW han estado trabajando contrarreloj para que cada refugiado de Za'atari tenga al menos 50 litros de agua diarios. También hay varias zonas de lavado que incluyen lavabos, duchas y fregaderos. UNICEF también está distribuyendo 2.000 ziirs (grandes vasijas de barro tradicionales usadas para recoger el agua y mantenerla fresca).
 
No muy lejos de la entrada al campamento, en la calle principal de grava frente a las hileras de tiendas de campaña, está uno de los centros de salud móviles del campamento.
 
El equipo del centro tardó dos días en montar las 28 tiendas que conforman la instalación. Los médicos y las enfermeras pueden recibir hasta 600 pacientes al día y hay camas para unos 50 pacientes ambulatorios. "Esta clínica simplemente no puede funcionar sin agua", asegura el médico Dr. Karim Idrissi.
 
Suministrar el agua suficiente para mantener a más de 6.000 personas y los múltiples centros de salud en el desierto es caro. Con los camiones cisterna, UNICEF lleva aproximadamente357.000 litros de agua potable a Za'atari todos los días. UNICEF también se está preparando para perforar un pozo en el campamento para reducir los costes de transporte y dar solución al problema de acceso al agua de manera más sostenible. Pero la perforación también será costosa y la demanda de agua continúa aumentando.
 
"Cientos de familias sirias están llegando a Za'atari todos los días, incrementando la demanda de agua. UNICEF agradece el apoyo recibido, pero ahora se necesita mucho más urgentemente para llegar a estas familias que viven en condiciones tan duras ", dice Michele Servadei.
 
En los fregaderos, Abdullah y Esra ayudan a su madre a llevar su cubo de agua. Los ojos de los niños están de color rosa e hinchados por el polvo que sopla. Hajar dice que no se puede creer que esta sea su vida ahora: "Quiero volver a mi casa, quiero una máquina de coser, sólo quiero volver a trabajar".
 
Nadie sabe por cuánto tiempo más tendrán que permanecer en este campamento en el desierto familias como la de Hajar. UNICEF y sus aliados están haciendo todo lo posible paraproporcionar los servicios básicos a estas familias que ya han sufrido demasiado.