Presidente de UNICEF España
En 2017, en una remota región de Bangladesh, 900.000 niños rohingya (la minoría más perseguida del planeta) y de las comunidades de acogida fueron vacunados contra el cólera; fue la segunda campaña de vacunación oral más grande de la historia. El resultado de esa acción: 0 casos de cólera registrados en los campamentos de refugiados que huyen de la violencia de la vecina Myanmar.
Los refugiados rohingya centraron parte de la acción de UNICEF durante 2017. Refugio, alimentos, agua potable, saneamiento y atención médica son algunas de las necesidades que cubrimos en ese rincón del planeta y en las otras 336 crisis humanitarias que atendimos en más de 100 países.
Por desgracia, estas emergencias (Siria, Sudán del Sur, Yemen, México, Nigeria, Irak, República Centroafricana y un largo etcétera) han vuelto a ser tristes protagonistas de nuestra labor. Una labor que ha conseguido, pese a todo, que cada día haya más niños y niñas que crecen fuertes y sanos, que van al colegio, que están protegidos contra la violencia y la explotación.
En esta Memoria de UNICEF España tienes todos los logros alcanzados durante 2017. Solo destacaré uno: ¡Desde el año 2000 hemos contribuido a salvar las vidas de más de 50 millones de niños! Además, podrás comprobar que los ingresos récord nos han permitido contribuir, como nunca antes en nuestra historia, a que los niños de todo el mundo tengan un mejor presente y un futuro cargado de esperanza.
Todos los resultados positivos que refleja esta Memoria los hemos conseguido gracias a ti.
Gracias a todos los socios y donantes, a las empresas, fundaciones y entidades deportivas, instituciones y administraciones públicas, embajadores, amigos y colaboradores, medios de comunicación, voluntarios, seguidores en redes sociales… Sois los responsables de que UNICEF España haya contribuido un año más a cambiar la vida de los niños.
A pesar de vivir tiempos convulsos, con un mundo polarizado que avanza a gran velocidad y donde crece la desigualdad, creemos que con un esfuerzo de adaptación, de la mano de la innovación y con los compañeros de viaje adecuados (todos vosotros), podemos alcanzar nuestro sueño de no dejar a ningún niño atrás. En ese empeño, con la Convención sobre los Derechos del Niño y la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible como guías, seguiremos encontrándonos.
¡Muchas gracias a todos por vuestro apoyo y aliento!
Cuando le conocimos, Joemar Bacaltos, de 2 años, tenía todas las papeletas para morir. Hijo de una familia numerosa indígena muy pobre, de una zona rural remota de Filipinas, Joemar sufría desnutrición aguda grave: ¡era todo piel y huesos! Meses después, gracias a la terapia nutricional de nuestros compañeros, recuperó el peso normal para su edad —pasó de 3 a 9 kilos—. Ahora puede caminar, dice “mamá”, “papá” y “ate” (hermana mayor en tagalo), y juega sin parar.
Tenía ganas de llorar, como casi todos los niños que se enfrentan a una aguja, pero nuestros compañeros del campamento de refugiados en Cox’s Bazar le hicieron reír a carcajadas. Él es uno de los más de 900.000 niños vacunados en 2017 en los campamentos rohingya y en las comunidades de acogida en Bangladesh. Fue la segunda campaña de vacunación oral más grande del mundo, consiguiendo que no se registrase ni un solo caso de cólera en 2017.
En 2017 proporcionamos acceso a agua potable a 45 millones de personas, y a instalaciones de saneamiento adecuado a 22 millones de niños y sus familias. Niños como Charity Kalibwanji, que puede beber agua potable en su escuela de Malawi gracias a un sistema mediante energía solar instalado por UNICEF. Antes, los estudiantes tenían que recorrer una gran distancia hasta el pozo más cercano, por lo que se perdían clases y suspendían exámenes, y enfermaban mucho más.
Casi la mitad de los niños y adolescentes (3,7 millones) en Afganistán están fuera de la escuela. ¡Y la mayoría son niñas! Factores como la violencia, la pobreza o el matrimonio infantil las alejan de clase. Pero cada vez más niñas pueden seguir estudiando. Como Belquees, de 16 años, que se quejó a sus padres por no poder ir al colegio. Su hogar, una remota aldea en el altiplano, es ahora una de las más de 6.000 escuelas comunitarias puestas en marcha en Afganistán en 2017.
Cuando conocimos a Fares, un niño sirio de 6 años que vive en Líbano, nos contaba que nunca había estado en una escuela pero que, sin embargo, ya había tenido varios trabajos: camarero, vendedor, limpiador... Este pequeño ya no trabaja y ha podido ir temporalmente al colegio porque desde UNICEF estamos pagando las matrículas de los centros públicos para todos los niños en edad primaria de Líbano, a los que también proporcionamos material escolar.
“No sabía si estaba vivo”, nos cuenta feliz el tío de Charlie [nombre ficticio para proteger su identidad]. Desapareció hace 3 años, cuando salió con unos amigos del Centro de Protección de Civiles de Bentiu (Sudán del Sur), y un grupo armado lo capturó. “La mayoría de los niños soldado están asustados. Les pegan, no hay comida. Si se ponen enfermos, nadie los cuida. No tienen ropa, no reciben educación”, explica nuestra oficial de Protección, Franka David, que trabaja en la reunificación familiar y da ayuda psicológica a estos chavales.
Hugo tiene 12 años y síndrome de Asperger. Desde hace dos forma parte del Consejo de participación infantil y adolescente de Las Regueras (Asturias) y del Foro Municipal por los Derechos de la Infancia del Principado de Asturias. Gracias a estos órganos de participación promovidos por nuestro programa Ciudades Amigas de la Infancia, la voz de los niños y sus opiniones son tenidas en cuenta por los responsables políticos de sus localidades. ¡Hugo ha llegado incluso este año al Congreso de los Diputados!
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