Sudán: 165.000 deseos navideños

Por Jessica Clare, oficial de Comunicación de UNICEF en Sudán

Mientras escribo estas líneas, el “invierno” está llegando a la habitualmente abrasadora Jartum, la capital de Sudán. Cada año, durante unas cuantas semanas, todo el país piensa que está a punto de nevar y se ponen bufandas, chaquetas y gorros, a pesar de que la temperatura nunca llega a bajar de los dos dígitos. Así que durante las próximas semanas alguien como yo, que celebra la Navidad, se siente como en casa en estos momentos.  

Sin embargo hoy es difícil pensar en Navidad, echar la vista atrás y recordar todos los retos y logros de este año –pese a que ha habido muchos aquí en Sudán para los niños por los que trabajamos.

La razón es que desde hace dos años nuestros deseos de Navidad en UNICEF Sudán no se cumplen.

Como las dos últimas navidades, este año no tenemos un solo deseo, sino 165.000. Y aunque parezca un poco ambicioso, creemos que no es mucho pedir.

Nuestros 165.000 deseos son para los 165.000 niños que viven en los estados del sur de Sudán que están en conflicto Nilo Azul y Kordofán del Sur. Estos niños llevan más de dos años sin ser vacunados. Sin un alto el fuego, no podemos llegar a ellos para protegerles de enfermedades prevenibles. Mientras la polio se extiende por Siria y el Cuerno de África, estos niños están en un riesgo real y alarmante de contraer esta enfermedad.

Sur de Sudán: los niños llevan más de 2 años sin ser vacunados

Ahora, la realidad diaria de estos niños está contaminada con bombas, con armas y con un enfrentamiento brutal. Muchos no tienen las cosas básicas que necesitan para sobrevivir, algunos son incluso forzados a buscar refugio en cuevas. Y ahora se enfrentan a la acechante amenaza de enfermedades prevenibles de las que tienen el derecho a ser protegidos.

Nuestros valientes y comprometidos compañeros de Kordofán del Sur se enfrentan también a los peligros del conflicto todos los días. Esta semana los bombardeos cerca de nuestras oficinas les han obligado a trabajar desde un bunker. No sabemos cuándo podrán volver a la oficina de forma segura.

Los niños de Nilo Azul y Kordofán del Sur no tienen un bunker y viven cada día con miedo. Esto es lo que nos lleva a seguir trabajando por estos niños, y no pararemos hasta que podamos llegar a ellos.

Cada uno de ellos no solo merece, sino que tiene el derecho a ello, mucho más que ser protegido de la polio. Necesitan acceso a cuidados médicos, a un colegio y a un lugar seguro para jugar. Mi deseo de que sean vacunados contra la polio es solo el principio.

Durante los últimos meses nuestro equipo ha estado preparando planes, logística, vacunas y más acciones para asegurar que estamos preparados para movilizarnos y llegar a estos niños en 48 horas. Ahora, sólo esperamos que las dos partes del conflicto acuerden deponer las armas durante unos días para que podamos llegar a esos niños. Mis compañeros y yo tenemos nuestro equipaje preparado y estamos listos para salir si nos piden volver durante las vacaciones.

Pero no me importa ni un poquito, significará que cada uno de mis deseos de navidad se ha hecho realidad.