Proteger a la infancia de las enfermedades en los campamentos de refugiados de Kenia

Por Manuel Moreno, Especialista en Comunicación de UNICEF Kenia

Es muy temprano en los refugios del campamento de Hagadera, en el noreste de Kenia, yMohamed Shorie ya está trabajando comopromotor de higiene, rodeado de tres familias del Bloque B 0C. En lo que parece sólo cuestión de segundos, han llegado al menos 20 personas más, la mayoría mujeres y niños, interesados en escuchar lo que dice.

Con la ayuda de un niño de la comunidad, Mohamed demuestra laimportancia de mantener unas buenas prácticas de higiene, en particular el lavado de manos con jabón en momentos muy concretos: después de ir al baño y antes de comer o preparar la comida.
 
Hay un total de 73 promotores locales de salud como Mohamed, trabajando con CARE, ONG aliada de UNICEF, repartidos entre los tres campamentos que forman Dadaab: Hagadera, Ifo y Dagahaley.
LA IMPORTANCIA DE LA HIGIENE EN LA LUCHA CONTRA ENFERMEDADES
Una media de 1.300 refugiados somalíes llega a diario a Dadaab, a 100 kilómetros de la frontera. La población total de Dadaab ha superado las 400.000 personas y  el hacinamiento, el deterioro de las condiciones esenciales  y las enfermedades pueden ganar una fuerte presencia y extenderse rápidamente entre toda la población si no se realizanactividades de saneamiento e higiene.
 
Con el fin de evitarlo, UNICEF ha puesto en marcha en los campamentos y en sus alrededores,  a través de CARE,actividades de promoción del saneamiento y ladistribución de suministros relacionados con el agua, dirigidas a 90.000 personas. Hasta la fecha, casi 11.000 personas han recibido mensajes de promoción de la higiene, pastillas de jabón y bidones para el almacenamiento seguro del agua.
 
Se ha demostrado que las buenas prácticas de higiene y el lavado de manos reducen la incidencia de enfermedades como la neumonía, el tracoma, la sarna, las infecciones de la piel y los ojos, y las enfermedades diarreicas como el cólera y la disentería. La aparición de cualquiera de estas enfermedades en los campamentos hacinados significaría una doble tragedia para quienes ya sufren por una crisis humanitaria profunda y creciente.
UN REFUGIADO AYUDA A CIENTOS DE ELLOS
En Hagadera hay 126 bloques en los que se han registrado para vivir más de 125.000 refugiados. Mohamed, de 22 años, es uno de ellos. Vive con su madre, padre, tres hermanos y dos hermanas en el bloque A3. Todos ellos se encontraban entre las primeras familias somalíes que llegaron durante la guerra civil de Somalia en 1992.
 
Mohamed no puede recordar a cuántas familias ha llegado durante los dos años en que ha trabajado como promotor de salud, pero lo hace a una media de 12 casas al día. A pesar de la demanda de su ayuda, es consciente de la importancia de pasar un tiempo con las familias y de hacer un seguimiento periódico para que el mensaje sea más eficaz.
 
"Vamos poco a poco, poco a poco... ¡Ves! Es como en el colegio, tienes la escuela primaria y secundaria, no se aprende todo a la vez y, por supuesto, no cambia tu comportamiento en una  noche. Nos movilizamos y le decimos a la comunidad cómo detener las enfermedades... e inshallah (si Dios quiere) tendremos éxito", asegura.
LLEGANDO A LOS MÁS VULNERABLES
Una de las refugiadas que se beneficia de estas acciones es Ayan Abderramán. Ayan, de 26 años,  es madre de una niña y un niño, de seis y cinco años respectivamente. Llegaron aquí hace cuatro meses procedentes de de Mogadiscio, huyendo de la guerra y el hambre en un convoy de cinco coches.
 
Después de tres semanas de peligros en la carretera, Ayan recibió una tarjeta de identificación de refugiada que le permite recibir alimentos dos veces al mes, así como artículos de cocina, mantas y productos sanitarios.
 
"Hemos estado con promotores de salud más de tres veces y tratamos de seguir sus consejos. Es (la higiene) un mensaje bueno porque significa que nos estamos desarrollando", explica Ayan.
 
UNICEF ya ha proporcionado 5.000 pastillas de jabón, más de 2.150 bidones de agua potable, 4.000 cubos con tapa para mantener el agua limpia, 100.000 pastillas de cloro para la desinfección del agua en el hogar, y ocho bidones de cloro en polvo para mantener las fuentes de agua.
 
"Esto es sólo el apoyo inicial, el primer enfoque, pero queremos mejorar muchas áreas, incluyendo la formación de los promotores de la higiene", señala John Obisa, de UNICEF, que lidera la iniciativa sobre cambio de hábitos.
 
Además, UNICEF se centra en garantizar la seguridad del agua en los hogares. "El agua está ya tratada, pero como la gente tira los bidones a la tierra hay muchas posibilidades de contaminación. Es una práctica que los equipos intentan que cambie y, mientras, promueven la desinfección periódica de los bidones", añade Obisa.
 
Entre otros proyectos, UNICEF ha instalado puntos de agua para llegar a los refugiados que van a pie desde la frontera a lo largo de las tres rutas principales de Dadaab, en colaboración con el Consejo Danés para los Refugiados. Solo esta contribución ha garantizado que hasta la fecha se hayan suministrado 20.000 litros de agua potable a unos 1.670 refugiados en tránsito, alcanzando el requisito mínimo diario de 15 litros por persona.
 
UNICEF también apoyará la creación de ocho pozos adicionales en los campamentos de refugiados de Daadab, lo que beneficiará a unos 100.000 refugiados. Esta combinación de suministros y educación sanitaria puede suponer una barrera fundamental a las enfermedades a medida que más y más personas se ven afectadas por el empeoramiento de la situación en Somalia y la sequía de las regiones afectadas de Kenia.