"Nunca imaginé que las nuevas tecnologías podrían ayudar a salvar la vida de miles de niños"

Por Silvia Llorens, Responsable de Herencias y Legados de UNICEF España

Carlos es un directivo de una empresa de Barcelona que, entre aeropuerto y avión, entre tableta, teléfono móvil y portátil, aprovecha el tiempo gracias a las nuevas tecnologías. “Siempre estoy  conectado”, comenta.

Es una persona sensible y muy familiar. Muchas veces se ve obligado a madrugar por sus viajes de negocios, pero siempre busca la manera de volver a casa pronto para poder acostar a sus hijos.

Carlos nos escribió para felicitarnos por el acuerdo al que había llegado UNICEF España con Testamenta. Gracias a este, la misma tecnología que muchas veces llegaba a odiar,  le iba a servir para ayudar a muchos niños en el futuro.
 
Fue en una de sus largas estancias en la sala de espera de un aeropuerto cuando, viendo en el periódico imágenes de niños afectados por el conflicto en Siria, pensó en la suerte que habían tenido sus niños de nacer dónde lo habían hecho y de tener la familia que tenían. Pensó que el mundo estaba injustamente mal repartido y que tenía que hacer algo. Quería dejar parte de su herencia a UNICEF y dejar también cubiertos a sus hijos y su mujer. Tenía que hacer testamento, y la falta de tiempo le hacía ir retrasándolo.
 
Carlos se puso a buscar por internet una manera de dejar parte de su herencia a UNICEF, y fue cuando encontró el servicio de testamento solidario de Testamenta. En menos de diez minutos, con su ordenador, y en el momento en que a Carlos le vino bien, realizó su testamento, algo que tantas veces había pensado hacer. 
 
Al día siguiente, en Madrid, buscó un hueco a primera hora de la mañana y pudo ir a firmar a la notaría que Testamenta le había buscado cerca del hotel donde se alojaba. El notario le estaba esperando con el mismo documento que unas horas antes había validado por correo electrónico.
 
Aquel día, Carlos, ya de vuelta a Barcelona, llegó pronto a casa y acostó a sus hijos… y les contó que en el futuro haría felices a muchos niños gracias a UNICEF y con la ayuda de las nuevas tecnologías.