Los Objetivos de Desarrollo del Milenio más allá de 2015

Por Sara Collantes, Responsable de Políticas de Infancia y Desarrollo de UNICEF España

Los líderes mundiales se reúnen estos días en la sede de la ONU en Nueva York, donde repasarán juntos los logros conseguidos gracias a la agenda de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) y, desde ahí, sentar las bases del nuevo itinerario a seguir más allá de 2015. Allí mismo tendrá lugar hoy también un acto en el que España y el Programa de Naciones Unidas explicarán los resultados concretos conseguidos gracias a un Fondo específico que España creó hace unos años para acelerar el cumplimiento de los ODM.

 

Los trabajos de reflexión en torno a la nueva agenda empezaron ya hace más de un año. A través de consultas, encuestas, talleres y foros de discusión, expertos, políticos y ciudadanos de todo el mundo han tenido la oportunidad de expresarse sobre el mundo en el que quieren  vivir y que sueñan para las generaciones futuras. Educación, empleo, salud, igualdad… han sido algunos grandes temas que han resonado con fuerza en muchísimos rincones del planeta.
 
Ahora es el turno de los que tienen el poder de decisión. Altos representantes de todos los países del mundo se encuentran ya en Nueva York, escudriñando cómo proceder para dar elúltimo empujón a la lista de deberes con la que comenzábamos el nuevo milenio y cómo conseguir renovar un compromiso firme para seguir reduciendo la pobreza y avanzar hacia un modelo sostenible desde el punto económico, social y ambiental en los próximos quince años.
 
Es necesario que este proceso no decaiga únicamente porque toque revisarlo, renovarlo y reimpulsarlo. Ante la pobreza y la urgencia ambiental – agravadas por la crisis actual -, solo cabe meterse inmediatamente en faena, movilizar recursos y conocimiento y sacarle jugo a los aciertos y los errores pasados. Desde que se pusieron en marcha los ODM, la humanidad ha conseguido avances absolutamente inimaginables por muchas generaciones: ¡90 millones de niños menores de cinco años han logrado sobrevivir desde 1990! Por eso, ya no podemos volver la espalda nunca más. ES POSIBLE, y aquí estamos para recordarlo.
 

La infancia tiene que seguir en el centro de la lucha contra la pobreza

Cuando se redactó la lista de objetivos conocida como los ODM, se dio a la infancia un lugar muy relevante. De hecho, la mayoría de ODM están relacionados directa o indirectamente con los niños (reducción de la mortalidad infantil y materna, acceso a las escuelas, avance en igualdad de género, lucha contra el VIH o la malaria…). Se entendió bien desde el principio algo que la experiencia del trabajo de UNICEF sigue demostrando: que cuando nos ponemos como meta mejorar el bienestar de las personas, sobre todo de los niños, se consiguen losmayores logros en la reducción de la pobreza
 
Por eso, la nueva hoja de ruta que se establezca no puede dejar al margen los derechos del niño y su bienestar, ni olvidar el efecto multiplicador que conlleva salvar la vida de madres y niños pequeños, atajar la desnutrición infantil, asegurar el acceso  inclusivo a una educación de calidad o proteger a los niños frente a todas las formas de violencia. 
 

la infancia, en el corazón del desarrollo sostenible

Estos días en la ONU, los gobernantes hablarán también decómo avanzar hacia un desarrollo sostenible. Hace ya muchos años que se nos llena la boca con 
este término, y sin embargo, posiblemente sea uno de los términos más manipulados y descafeinados que existen. Todo ello por adolecer de lo que sí tuvieron la mayoría de los ODM: concreción y seguimiento.
 
El desarrollo sostenible está también íntimamente vinculado a la infancia. Las sociedades sostenibles son imprescindibles para garantizar a los niños uno de sus derechos más fundamentales: el derecho a crecer y desarrollarse. Pero, además, no se puede pensar en avanzar hacia la sostenibilidad sin contar de partida con niños sanos, educados y protegidos, y sin tener en cuenta su visión del mundo y sus aportaciones.
 
La salud, la seguridad, la educación y los derechos de los niños están indisolublemente vinculados a la tarea de garantizar el crecimiento económico y la prosperidad compartida, un entorno natural protegido y sociedades más estables y más seguras. Como indica un reciente trabajo de UNICEF sobre desarrollo sostenible, “subestimar la aportación de los niños es un peligro para todos nosotros, para las comunidades en las que vivimos y para el planeta”.
 
Esperemos que esta cumbre suponga un impulso definitivo para el cumplimiento de las metas de los ODMaún sin cumplir y ancle firmemente las bases de un acuerdo entre todos los países, que nos permita contar a partir de 2015 con una guía clara y común para seguir cosechando más y más logros en la lucha contra la pobreza y en el cuidado de nuestros recursos y nuestro entorno.