Combatir la desnutrición en Dafur del Norte

Casi el 32% de los niños menores de 5 años en Darfur del Norte, Sudán, sufre desnutrición crónica. La implicación de la comunidad es fundamental para luchar contra la desnutrición infantil, tal y como explica Susan Lillicrap, Responsable de Nutrición de UNICEF en Sudán: “Trabajamos con una amplia variedad de aliados: líderes religiosos, fakis y suegras, así como cualquiera que tenga voz en la sociedad".
 

Abu Badriya es sanador de El Fasher, un estado de Darfur del Norte, y se ha convertido en un importante aliado en la lucha contra la desnutrición infantil.
Muchas personas acuden a él en busca de ayuda. Los padres llevan a sus hijos a una especie de curación tradicionaldenominada rugaya.

Sin embargo, Badriya sabe que en muchos casos, sobre todo en aquellos que implican a los niños, también debe emplearse el tratamiento médico convencional. Cuando se enfrenta a casos de desnutrición infantil, no vacila en remitir a las familias al centro local de alimentación terapéutica, que cuenta con el apoyo de UNICEF.

La historia de Suleyman y Sami

Así hizo Badriya cuando vio a los hijos de Mahasin Ali, que venían de Libia: Suleyman (3 años) y Sami (1 año). Aunque los niños estaban visiblemente desnutridos, el hospital de El Fasher no los había admitido. Pensaban que lo que necesitaban era tiempo para adaptarse a los cambios de ambiente y alimentación. Una enfermera sugirió los rezos de un faki para adaptar a los niños a su nueva vida en Darfur.
 
En cambio, cuando Badriya vio a los niños supo inmediatamente que necesitaban un tratamiento urgente: "Podía ver lo débil y delgados que estaban", recordó. "Me di cuenta de que sus vidas estaban en peligro si no se les trataba urgentemente".

Tan pronto como llegaron al centro de alimentación terapéutica, los niños fueron admitidos y tratados con una fórmula de leche de fácil digestión. Posteriormente, se les trató con alimento terapéutico listo para usar. En tan solo cuatro días, la salud de Suleyman y Sami mejoró espectacularmente.

"Garantizar un comienzo sano en la vida para todos los niños puede romper el ciclo de la pobreza. Y las personas como Abu Badriya nos ayudan precisamente a lograrlo", afirmó Susan Lillicrap.

"Cuanto antes se atienda al niño, mejores son los resultados. Y en un lugar afectado desde hace mucho tiempo por un conflicto como es Darfur, un día de retraso podría ser demasiado tarde", añadió.