DECLARACIÓN

“La crisis en Haití empeora cada día”

Declaraciones de la directora ejecutiva de UNICEF, Catherine Russell, ante el Consejo de Seguridad de la ONU sobre la situación humanitaria en Haití

Una niña toma un sobre de alimento terapéutico proporcionado por UNICEF en Haití

Material audiovisual, incluyendo testimonios, disponible AQUÍ

NUEVA YORK, 23 de octubre de 2023– “La crisis en Haití empeora cada día. La mitad de la población necesita ayuda humanitaria, incluidos casi 3 millones de niños y niñas. Pero la mitad de quienes necesitan asistencia no la reciben, en gran parte debido a la inseguridad y a la insuficiente financiación humanitaria. Los servicios básicos están al borde del colapso. Y en algunas comunidades, la vida es ahora más peligrosa que nunca.

Años de agitación política y condiciones económicas devastadoras han llevado a la proliferación de grupos armados. Se estima que 2 millones de personas, entre ellas 1,6 millones de mujeres y niños, viven en zonas bajo su control efectivo. Y están ampliando sus operaciones fuera de la capital, perpetrando niveles extremos de violencia tanto en Puerto Príncipe como en la vecina Artibonite. Cuando visité Haití el pasado junio, comprobé de primera mano cómo la terrible violencia y el miedo están desgarrando el tejido que une a las familias y comunidades.

Hay niños muertos o heridos en el fuego cruzado, algunos incluso de camino a la escuela. Otros están siendo reclutados por la fuerza o se están uniendo a grupos armados por pura desesperación. Las comunidades se están viendo aterrorizadas... y las mujeres y las niñas están sufriendo niveles extremos de violencia sexual y de género.

Durante mi reciente visita, conocí a una niña de 11 años en el centro Gheskio, que presta atención a supervivientes de violencia sexual en el corazón de Puerto Príncipe. A finales del año pasado, cinco hombres de un grupo armado la secuestraron en la calle mientras caminaba. Tres de ellos se turnaron para violarla. En junio, cuando me contó su historia, estaba embarazada de ocho meses.

Varias mujeres del centro me hablaron de hombres armados que aparecieron de repente, las violaron (en un caso, delante de sus hijos) y luego incendiaron sus casas. En algunas zonas, estos horribles abusos y crímenes son ahora algo común.

Los secuestros para pedir rescate se han disparado, mientras que estudiantes, profesores y trabajadores sanitarios son objeto de amenazas a diario. Como resultado, los trabajadores más formados –que se necesitan desesperadamente para prestar servicios esenciales– están tratando de huir de sus comunidades, e incluso del país por completo. Decenas de miles de personas se encuentran ahora desplazadas internamente debido a la violencia extrema.

Los grupos armados también han estrangulado las principales rutas de transporte desde Puerto Príncipe al resto del país, donde reside la mayor parte de la población, destruyendo los medios de subsistencia y restringiendo el acceso a los servicios básicos.

Esta combinación de condiciones que ponen en peligro la vida ha provocado una crisis cada vez más intensa de seguridad alimentaria y nutrición, especialmente para los niños y niñas. Desde el año pasado, hemos visto un aumento sin precedentes del 30% en el número de niños y niñas que sufren desnutrición aguda grave, superando los 115.000 a nivel nacional.

Casi una cuarta parte de los niños y niñas haitianos tienen desnutrición crónica, lo que puede tener consecuencias devastadoras para su desarrollo físico y cognitivo.

La crisis de desnutrición coincide con un brote de cólera, en el que casi la mitad de los casos sospechosos son niños y niñas menores de 14 años. Y los niños gravemente desnutridos tienen cinco veces más probabilidades de morir de cólera sin un tratamiento urgente. Sin embargo, el sistema nacional de salud no tiene la capacidad de responder adecuadamente a las necesidades de salud y nutrición de los niños y las familias vulnerables.

La violencia también está comprometiendo el trabajo de los actores humanitarios sobre el terreno. Sin embargo, a pesar del riesgo y la complejidad operativa, nuestras organizaciones todavía están llegando a los niños y familias más vulnerables con servicios que salvan vidas.

Y hay algunos resultados positivos.

Liberación de 60 niños soldado

La semana pasada, por ejemplo, UNICEF y nuestros aliados consiguieron la liberación segura de casi 60 niños retenidos por grupos armados que ocupaban una escuela en Puerto Príncipe.

Estamos logrando resultando para el pueblo de Haití y estamos comprometidos a permanecer en el terreno para satisfacer las necesidades humanitarias. Pero necesitamos más apoyo. En lo que va de año, hemos recibido apenas una cuarta parte de los 720 millones de dólares (unos 675 millones de euros) necesarios para financiar el Plan de Respuesta Humanitaria.

La comunidad internacional debería dar prioridad al aumento de la financiación humanitaria flexible. Esto nos ayudaría a proporcionar ayuda vital, al mismo tiempo que implementamos soluciones para el desarrollo y la resiliencia a largo plazo. Espero que todos los que estamos aquí hoy instemos a las instituciones financieras internacionales y a los aliados para el desarrollo a mantener en funcionamiento los sectores y servicios sociales haitianos, al menos hasta que se reconstruya su capacidad.

Por supuesto, el progreso en Haití depende de mejoras significativas en la situación de seguridad. La Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad en Haití, aprobada recientemente por este Consejo (de Seguridad de la ONU), desempeñará un papel fundamental en este esfuerzo. La seguridad de los civiles es primordial y la Misión de Apoyo debe priorizar su protección en todas sus operaciones.

Esto incluye evitar el uso de la fuerza en zonas pobladas y sus alrededores. Y la Misión solo debe utilizar los medios menos dañinos que sean necesarios y proporcionados a los objetivos legítimos de aplicación de la ley.

La Misión de Apoyo también debe garantizar que se preste especial cuidado y atención a la protección de los grupos vulnerables, incluidos los niños y niñas, las mujeres, las personas con discapacidad y los desplazados internos. La Misión debe trabajar con el Gobierno para identificar las amenazas a estos grupos de personas y garantizar que estén protegidos de abusos y otras violaciones de los Derechos Humanos... incluida la violencia sexual y de género, y las violaciones graves contra la infancia.

Para prevenir la explotación y el abuso sexuales será necesario un exhaustivo entrenamiento previo al despliegue y sobre el terreno. Los países que aportan personal policial deben tomar todas las medidas necesarias para llevar a cabo investigaciones de las acusaciones lo más rápidamente posible y responsabilizar a los perpetradores de explotación y abuso sexuales.

Además, la Misión debe garantizar que los niños y niñas que están, o supuestamente están, asociados con grupos armados sean considerados víctimas de violaciones del Derecho Internacional. Esto incluye a aquellos que están acusados de cometer delitos.

Por último, la Misión de Apoyo debe esforzarse por facilitar la acción humanitaria, a la vez que se mantiene al margen de las operaciones humanitarias. Debe favorecer el acceso a las personas necesitadas según los principios humanitarios. Será fundamental una coordinación adecuada con los actores humanitarios a través de plataformas cívico-militares.

Sigo impresionada por la resiliencia, la dignidad y el coraje del pueblo de Haití, a pesar de la terrible situación sobre el terreno. Siguen dedicados a la visión de un país pacífico y próspero. Trabajando junto a ellosy ellas, estoy segura de que podemos contribuir a convertir en realidad esta visión.

Para colaborar con el trabajo de UNICEF en emergencias: https://www.unicef.es/causas/emergencias/fondo-emergencias

Acerca de UNICEF

UNICEF trabaja en algunos de los lugares más difíciles para llegar a los niños y niñas más desfavorecidos del mundo. En 190 países y territorios, trabajamos para cada niño, en todas partes, cada día, para construir un mundo mejor para todos.

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Ildefonso González
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