COVID-19: se intensifican las crisis alimentarias en Oriente Medio y el Norte de África

AMÁN/ CAIRO, 27 de mayo 2020- “Los gobiernos de la región de Oriente Medio y África del Norte (MENA), junto con sus aliados, están trabajando a contrarreloj para proteger a las comunidades de la COVID-19. A la vez que estos esfuerzos están salvando muchas vidas, están teniendo un impacto crítico en las cadenas de suministro de alimentos y la disponibilidad, el acceso y la asequibilidad de mejores variedades de alimentos seguros y nutritivos. Las familias vulnerables están luchando para asegurar los ingresos del hogar y llevar comida a su mesa.

COVID-19: se intensifican las crisis alimentarias en Oriente Medio y el Norte de África

Información sobre el contexto de nutrición en la región disponible AQUÍ

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Los países de la región, que ya enfrentaban una crisis alimentaria, son los más afectados por la pandemia, que ha exacerbado aún más los desafíos en Afganistán, Sudán, Siria y Yemen [1] en la cantidad, frecuencia y diversidad de los alimentos que consumen los niños y las familias. Estos se encuentran entre los 10 principales países del mundo con las peores crisis alimentarias de 2019 por número de personas en crisis o peor (el indicador IPC / CH, por sus siglas en inglés, Fase 3 o superior), con casi 40 millones de personas afectadas [2]. Es probable que esto cree un nuevo tipo de crisis alimentaria o, en la mayoría de los casos, empeore las existentes.

Nuestras organizaciones siguen de cerca el impacto de la pandemia de COVID-19 en la nutrición de los más afectados, particularmente las comunidades pobres y más vulnerables de la región [3]. El año pasado, en la región, una de cada cinco personas estaba desnutrida [4].

Hacemos un llamamiento a los gobiernos, a los aliados internacionales para el desarrollo, a los donantes y al sector privado para abordar la disponibilidad, acceso y la asequibilidad de alimentos seguros y nutritivos; para proteger la nutrición de las familias, niños, mujeres embarazadas y lactantes más vulnerables de la región, mientras implementan las medidas necesarias de salud, prevención y control.

Esto se puede hacer a través de las siguientes acciones:

  1. Garantizar que las cadenas de suministro de alimentos siguen en marcha y que haya alimentos seguros y nutritivos disponibles.
  2. Proteger los ingresos de las familias y el sustento de las personas que dependen de la agricultura y del trabajo ocasional.
  3. Establecer y apoyar sistemas de protección social y programas comunitarios para ayudar a los grupos más vulnerables, así como a aquellas personas que hayan perdido su empleo debido al confinamiento, para que tengan acceso a suficientes alimentos, saludables y seguros.
  4. Promover la nutrición maternal, infantil y de los niños más pequeños a través de servicios esenciales para mujeres embarazadas y lactantes, recién nacidos y niños enfermos. Incentivar la lactancia materna, incluso en madres con coronavirus, y difundir información veraz sobre nutrición de las madres, los bebés y los niños pequeños.
  5. Gestionar los casos de emaciación a través del tratamiento de niños y madres desnutridos y adaptar los servicios para que las visitas de tratamiento requeridas sean menos frecuentes y que haya más suministros para que las familias puedan continuar el tratamiento en casa. Implementar medidas de prevención de emaciación para niños vulnerables y otros grupos en riesgo de desnutrición, incluidas las personas mayores y los enfermos Estos grupos vulnerables con sistemas inmunes comprometidos tienen un alto riesgo de morir e incluso un mayor riesgo si se infectan con COVID-19. Por lo tanto, es importante:
    • Intensificar los esfuerzos para reforzar la capacidad de las madres y otros cuidadores para detectar y monitorizar el estado nutricional de sus hijos. 
    • Iniciar/reforzar la descentralización del tratamiento para los casos menos complicados de emaciación dejándolo en manos de los centros comunitarios, siempre que sea posible.
    • Iniciar/reforzar los esfuerzos para prevenir las interrupciones en la disponibilidad de suministros clave para el tratamiento de nutrición.
  6. Proporcionar micronutrientes a través de servicios de atención médica rutinarios para mujeres embarazadas y niños pequeños. Recuperar las campañas masivas de suministro de micronutrientes (por ejemplo, de suplementos de vitamina A y desparasitación) planificadas, que hayan sido suspendidas o pospuestas para llevarlas a cabo tan pronto se den las condiciones necesarias.
  7. Ofrecer una alternativa a la alimentación y nutrición escolar mientras los colegios están cerrados, proporcionando orientación al personal escolar, padres y niños sobre la importancia de una alimentación segura y saludable, higiene y actividad física para niños en edad escolar. Explorar modalidades alternativas como transferencias de efectivo y entregas de alimentos a los hogares para ayudar a las familias más pobres a obtener comidas nutritivas para los niños mientras las escuelas están cerradas. Cuando las escuelas vuelvan a abrir, reanudar los programas de comidas escolares y alentar al personal de la escuela a promocionarlos entre los niños y sus padres.
  8. Establecer un sistema de vigilancia de la seguridad alimentaria y la nutrición utilizando teléfonos móviles o encuestas basadas en la web para monitorizar la funcionalidad del mercado alimentario, los mecanismos de supervivencia, los patrones de consumo de alimentos y la pobreza multidimensional. Este sistema debe además servir para recopilar y actualizar la información sobre seguridad alimentaria y nutrición e identificar poblaciones en riesgo, controlar y abordar los factores que puedan tener un impacto negativo en el estado nutricional de los grupos vulnerables.

Notas para los editores:

  • Esta declaración conjunta se ha llevado a cabo teniendo en cuenta las recomendaciones de distancia de seguridad.
  • Nuestras recomendaciones se irán actualizando periódicamente a medida que surjan nuevas evidencias. Continuaremos desarrollando planes y estrategias para seguir apoyando a los gobiernos en toda la región para proporcionar programas de nutrición en el contexto de la COVID-19.
  • En este enlace se puede acceder a un resumen más detallado sobre cada uno de los 6 ámbitos de trabajo, un glosario y recursos sobre dietas saludables, y un conjunto de referencias.

Declaración conjunta de los directores regionales de UNICEF, FAO, PMA y la OMS [5]

 

[1] Alianza Mundial para las Crisis Alimentarias, Alianza para la Seguridad Alimentaria y la Información, Informe Mundial sobre las Crisis Alimentarias, 2020.

[2] Ibid.

[3] Cobertura de las necesidades en los siguientes países: Afganistán, Argelia, Bahréin, Yibuti, Egipto, Irán, Irak, Jordania, Kuwait, Kirguizistán, Líbano, Libia, Mauritania, Marruecos, Omán, Pakistán, Estado de Palestina, Qatar, Arabia Saudí, Somalia, Sudán, Siria, Tayikistán, Túnez, Turquía, Emiratos Árabes Unidos, Yemen.

[4] Desnutridos: Existen cuatro subtipos principales de desnutrición: emaciación, retraso del crecimiento, insuficiencia ponderal y carencias de vitaminas y minerales. La desnutrición hace que los niños sean especialmente vulnerables a enfermedades y a la muerte.

[5] Ted Chaiban director regional de UNICEF para Oriente Medio y África del Norte; Abdessalam Ould Ahmed, director general adjunto y representante para la oficina regional de la FAO en Oriente Próximo y África del Norte; Muhannad Hadi, director regional del Programa Mundial de Alimentos (PMA) para Oriente Medio, África del Norte, Asia Central y Europa del Este; y Ahmed Al-Mandhari, director regional la Región del Mediterráneo Oriental de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Acerca de UNICEF

UNICEF trabaja en algunos de los lugares más difíciles para llegar a los niños y niñas más desfavorecidos del mundo. En 190 países y territorios, trabajamos para cada niño, en todas partes, cada día, para construir un mundo mejor para todos.

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