Presente y futuro de los niños de Haití

Por Paloma Escudero, Directora Ejecutiva de UNICEF España

Regreso a España tras una semana muy intensa trabajando con RNE, TVE, rtve.es, la AECID, Cruz Roja y otras organizaciones humanitarias con las que colaboramos, para que en España no nos olvidemos de Haití, 16 meses después del terremoto. Trabajar mano a mano con los equipos de UNICEF y de Cruz Roja en Haití ha supuesto una lección permanente de profesionalidad y humanidad.

Estos días, pensaba más que nunca cómo la prioridad de UNICEF por trabajar con los más pobres entre los pobres para garantizar laEquidad, es clave para construir un nuevo Haití.  Aquí, esa palabra tan fría ‘Equidad’ tiene rostro y corazón. Los niveles de miseria son inmensos, como sólo he visto en contados países de África. El 70% de losniños viven en la pobreza,240.000 niños sufren desnutrición crónicapero, lo que es aún más grave, es que 22.000 niños padecen desnutrición severa aguda. Visitando el asentamiento de desplazados de Aviation Camp y un hospital en el que se atienden los casos más graves de desnutrición, la lucha contra la desnutrición infantil ha cobrado más sentido que nunca. Gracias a lostratamientos terapéuticos, a los puestos de prevención de salud en cada barrio...el grado de desnutrición infantil no ha aumentado en el país pero los niveles son tan elevados que hipotecan el futuro de miles de niños. Estos días, nuestra Representante en Haití, Francoise Gruloos, cooperantes españoles de UNICEF y yo misma, hemos intentando contar a través de RTVE cómo vive la infancia en Haití y cómo el apoyo de tantas personas en España está ayudando a que, cada día, podamos hablar de pequeños y decisivos avances. A España me llevo los avances en este complejo trabajo: lasnuevas escuelas semipermanentes donde miles de niños pueden estudiar y olvidar las tiendas de campaña, los1.400 niños reunificados con sus familias o loscasi dos millones de niñosvacunados. Pero también me llevo bien grabada la miseria, los interminables asentamientos aún con 800.000 personas, la lluvia hasta las rodillas que inunda los campos cuando cae bien fuerte y los niños enfermos abandonados en hospitales porque sus familias no pueden mantenerlos.