VÍCTIMAS DE VIOLENCIA Y EXPLOTACIÓN SEXUAL

Apoyo a la reintegración en República Centroafricana

Syria map
República Centroafricana lleva más de seis años sufriendo un cruento conflicto, que en 2018 alcanzó límites de violencia sin precedentes contra la población civil. Después de tantos años de enfrentamientos entre grupos y fuerzas armadas, las consecuencias para la infancia están siendo devastadoras, con miles de niños y niñas secuestrados, asesinados o reclutados.
 
Los casos relacionados con violencia de género y abusos sexuales son especialmente preocupantes. Tan solo de enero a agosto de 2018 se registraron 5.733 casos de violencia de género, de los que el 21% fueron casos de violencia sexual.
 

Esther

El día en que Esther, de 17 años, fue encadenada y violada por un combatiente de un grupo armado empezó como cualquier otro. Un día más ayudando a limpiar su casa, recogiendo agua y comprando verduras en el mercado de Kaga-Bandoro, cerca de la casa en la que vivía con sus padres, un hermano mayor y una hermana menor. Le gustaba jugar al escondite y bailar con su hermana.

Cuando sonaron los disparos en su pueblo, sus padres le gritaron. Entonces se desató un absoluto caos. Ella cayó al suelo, pero cuando consiguió levantarse, corrió sin parar. Estaba sola al caer la noche. Entró en una casa abandonada para esconderse, pero un combatiente del grupo armado la encontró. La ató con una cadena y le dijo que, si gritaba, la dispararía. Cuando recuperó la conciencia a la mañana siguiente, la parte inferior de su cuerpo estaba bañada en sangre.

Un transeúnte la encontró por casualidad y le quitó las cadenas. Después Esther caminó hasta un lugar para desplazados, donde descubrió que habían matado a sus padres. Sola, se subió a un camión que llevaba a otros desplazados a la capital, Bangui, donde tenía familiares. Poco después Esther supo que estaba embarazada, pues no le venía el periodo. Para entonces ella ya vivía con su tío cerca del aeropuerto. Cuando tuvo a su bebé no estaba ninguno de sus familiares. El parto se complicó porque su cuerpo era tan pequeño que necesitó una cesárea. Nadie visitó a Esther en el hospital, según sus propias palabras, “por lo que me pasó en Kaga-Bandoro”.

Esther no tiene amigos en Bangui, pero no quiere regresar a Kaga-Bandoro porque tiene miedo de que la maten. Su hermana y su hermano viven separados también, cada uno con diferentes familiares. El tío de Esther le fuerza a trabajar en casa, donde tiene que limpiar y preparar comida para casi una docena de familiares. No va a la escuela con otros chicos y chicas. “No quiero sufrir más; quiero empezar formación profesional para aprender a coser”, dice.

Uno de nuestros aliados en este proyecto, Bethanie, apoyó a Esther durante el embarazo y ahora también con la crianza de su hija, mediante alimentos, ropa y ayuda psicosocial. Hoy su bebé es lo más importante para Esther. “El bebé me trae paz”.

Memoria, Esther

UNICEF en acción

Para responder a la grave situación de los casos de violencia de género y abusos sexuales, en UNICEF trabajamos para implantar un sistema de atención integral para las víctimas, mediante la creación de un entorno protector que garantice y proteja sus derechos.

Dicha atención incluye servicios médicos y psicosociales, educación y formación profesional. Este proceso culmina con su reintegración social en familias y comunidades.