Ishak se recupera de la desnutrición aguda

 En Siria, apoyamos a los niños y niñas para que reciban tratamiento y atención primaria de la salud.

Apoyamos a Ishak en su recuperación de la desnutrición.

Ishak en un control para detectar la desnutrición aguda. ©UNICEF/Syria/2022/Hasan Belal

02/06/2022

"Solía mirar a mi hijo y ponerme triste. Estaba muy delgado y no tenía energía para jugar con su hermano y sus primos". Son las palabras de Abir, madre de Ishak, un niño de apenas año y medio que vive en Damasco Rural, Siria. "Por suerte esos días han pasado. ¡Ahora no para de jugar y saltar!", afirma orgullosa mientras lo mira atentamente.

Viven todos juntos, el hermano mayor de Ishak, Jamal, los padres, los abuelos, el tío y la tía. "No podemos darnos el lujo de vivir en una casa nosotros solos", cuenta esta joven de 22 años, por ello la comparten con otros miembros de la familia.

El marido de Abir, Mohamed, resultó herido en el conflicto de Siria. Actualmente trabaja como transportista en el mercado. Con la situación económica del país en declive y los precios disparados, su salario diario apenas saca a la familia a flote.

El abuelo de Ishak trabaja como cartero y es quien mantiene a la familia con su modesto salario. Y Rana, la abuela, planta hierbas y verduras en una pequeña parcela cerca de la casa. La familia depende de ella para alimentarse.

"No podemos permitirnos productos lácteos, pollo, carne o fruta. Parece que nuestra pobre alimentación afectó la salud de mi nuera cuando estaba embarazada. Creo que también impactó en la salud del pequeño Ishak", explica Rana.

Ishak y su abuela Rana en Damasco Rural.

Ishak, de año y medio, con su abuela Rana, en una parcela donde planta hierbas y verduras para alimentarse. ©UNICEF/Syria/2022/Hasan Belal

Ishak recibió lactancia materna desde su nacimiento hasta los seis meses. Luego tuvo dificultades para adaptarse a los alimentos sólidos, que introdujo como parte de su dieta. Sus ataques de asma, que a veces duraban hasta veinte días, empeoraron las cosas. "Ishak comenzó a caminar más tarde que otros niños de su edad, los dientes también demoraron en salir", dice su madre.

"No sabía a dónde o a quién recurrir", cuenta Abir. En Damasco Rural, los servicios de atención primaria de la salud y de nutrición son escasos debido a los largos años de crisis. Incluso cuando están accesibles, muchas personas no pueden pagarlos. La grave situación económica está empeorando las cosas para muchos, incluidos Abir y su hijo, Ishak.

Ishak en un control de seguimiento de la desnutrición.

Ishak, en un control para la detección de la desnutrición en un equipo móvil apoyado por UNICEF. ©UNICEF/Syria/2022/Hasan Belal

El pasado mes de diciembre, Abir llevó a Ishak a una de las siete unidades móviles apoyadas por UNICEF, que atienden a niños, niñas y madres en Damasco Rural, Daraa y Quneitra, al sur de Siria. "Cuando me enteré de que el equipo visitaba nuestra ciudad dos veces por semana, corrí para llevar a Ishak a un control. Después del examen, me dijeron que tenía desnutrición aguda moderada", dice Abir.

Cada semana, Abir acudía a su cita en la unidad móvil para proporcionar a Ishak las vitaminas y los suplementos nutricionales que necesitaba como parte de su plan de tratamiento. "Cada vez que faltaba a una cita por alguna razón, lo llamaban y lo revisaban y me recordaban que viniera a una cita de seguimiento. ¡El apoyo que recibimos ha sido enorme!"

Durante la primera semana después del comienzo del tratamiento, el apetito de Ishak comenzó a mejorar. Comenzó a ganar peso gradualmente y comenzó a caminar. Empezaron sus primeros intentos de hablar, diciendo algunas palabras. "Cuando dijo mamá, lloré. Mi hijo es como cualquier otro niño. Solo necesitaba un poco de ayuda médica", dice.

Ishak se recupera de la desnutrición aguda.

Abir con su pequeño, Ishak, en su casa en Siria. ©UNICEF/Syria/2022/Hasan Belal

A finales de marzo, durante una visita al equipo móvil de salud, Abir finalmente recibió la noticia que tanto deseaba. Ishak se había recuperado de la desnutrición. "No pude contener las lágrimas en ese momento. Hemos sido bendecidos con esta ayuda".

Desde finales de 2021, en Siria, conseguimos grandes resultados para los niños y sus familias:

  • Hemos llegado a casi 85.000 niños y 29.000 madres con pruebas para detectar la desnutrición aguda
  • Hemos proporcionado a más de 290.000 niños y mujeres los chequeos médicos y tratamiento que necesitan.
  • Hemos apoyado a más de 15.000 niños y 14.000 madres en Damasco Rural a través de nuestros programas de nutrición y atención primaria de salud.

Sandra Awad

UNICEF Siria

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