"Este verano reduzcamos la carga de trabajo y aumentemos la carga de abrazos"
Se abre una nueva etapa y la gran pregunta es… ¿cómo enfocar los siguientes pasos? Muchos niños y adolescentes llegan al verano tocados emocionalmente. El neuropsicólogo Álvaro Bilbao nos ayuda con claves para reparar heridas y recuperar confianza y autoestima.
17/07/2020
Se abre una nueva etapa y la gran pregunta es… ¿cómo enfocar los siguientes pasos? Muchos niños y adolescentes llegan a esta etapa tocados emocionalmente. El neuropsicólogo Álvaro Bilbao nos ayuda con claves para reparar heridas emocionales y recuperar confianza y autoestima
Cuando comenzó la pandemia, una de las mayores preocupaciones de la sociedad fue cómo iban a sobrellevar los niños pequeños el confinamiento. Poco a poco pudimos aprender cómo los niños afrontaban esta etapa de una manera ejemplar, adaptándose rápidamente a las nuevas rutinas y a las limitaciones de no salir a la calle. Hemos ido superando las semanas y los meses hasta que los niños pudieron volver a salir a la calle y pasear.
Ahora, que el año escolar acaba y empezamos con una nueva etapa, es momento de reflexionar. Desde mi punto de vista han sido dos los errores que hemos cometido en la gestión de la crisis con respecto a la infancia.
2 errores en la gestión de la crisis con respecto a la infancia
El primero de ellos ha sido la falta de conciencia social con los adolescentes. Los adolescentes han sido los grandes olvidados en esta crisis. A pesar de todas las necesidades de movimiento y socialización, y la gran presión que supone en esta edad el mundo académico, apenas se han escuchado voces que hablen de su realidad o defiendan sus derechos.
El segundo de ellos ha podido ser la excesiva academización de los hogares. Muchos niños han vivido una presión difícil de sobrellevar relacionada con los deberes y las clases telemáticas. Para aquellos que han podido disfrutar de la compañía de un progenitor con plena dedicación a estas tareas, el trance ha podido ser más o menos fácil. Sin embargo, en los hogares con menos recursos y en aquellos en los que el teletrabajo ha convivido con la escuela telemática, la situación no ha sido fácil.
Son muchos los niños que han experimentado estrés e incluso episodios de ansiedad relacionados con las tareas escolares, en momentos y situaciones difíciles en las que mantenerse calmado y con buen ánimo ya es un trabajo suficientemente exigente.
Los adolescentes, los grandes olvidados
Ahora se abre una nueva etapa y la gran pregunta es… ¿cómo enfocar los siguientes pasos? Muchos niños y adolescentes llegan a esta etapa tocados emocionalmente. Afortunadamente hay un remedio frente al estrés emocional y posiblemente sea en lo que debamos poner el foco en estos meses: centrarnos en fortalecer el vínculo y la confianza con nuestros hijos.
Puede sonar demasiado sencillo o efímero, pero es a la vez lo más importante para reparar heridas emocionales y recuperar la confianza y la autoestima. Está demostrado que el contacto físico y el tiempo de atención ayudan de una forma muy poderosa a aumentar la autoestima y la confianza de los niños.
En los adolescentes este efecto es similar. Sabemos que una sencilla conversación en la cocina con sus padres, sobre sus amigos o los estudios, permite que el adolescente se sienta escuchado, comprendido y seguro, y esto reduce sus niveles de estrés en sangre.
Nadie sabe todavía lo que nos deparará septiembre, pero sí sabemos cómo prepararnos para lo que pueda venir. Aprovechemos el verano para bajar el nivel de exigencia, para reducir la carga de trabajo y aumentar la carga de abrazos. Cambiar el “ponte a hacer los deberes” por el “vamos a jugar juntos”. El “no me molestéis que voy a estar reunida” por un “vamos a preparar juntos y con calma la comida”. Nuestros hijos pequeños y adolescentes agradecerán enormemente que cambiemos el foco ligeramente y les pongamos a ellos, a sus necesidades, en el centro de nuestras prioridades.
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