¿Cómo se diagnostica la desnutrición infantil?
A veces, la desnutrición infantil no es tan visible como parece. Descubre cómo la detectamos a través de sus síntomas más frecuentes.
04/07/2022
La desnutrición infantil tiene graves consecuencias en el desarrollo físico y cognitivo de un niño que suelen ser fácilmente identificables. Sin embargo, muchas veces la desnutrición infantil puede convertirse en una lacra prácticamente invisible.
Por ejemplo, a simple vista, el tamaño de un niño con desnutrición crónica puede no llamar la atención. La cosa cambia cuando nos enteramos de que ese niño que parece que tiene la altura de un niño de 6 años, tiene en realidad 10.
Las tasas de desnutrición se determinan mediante el pesado y medida de los niños, así como el análisis de manifestaciones clínicas y marcadores biomédicos. Después, los indicadores de peso, talla y edad se comparan con los estándares internacionales y determinan el estado nutricional del niño.
Sin embargo, cada síntoma establece un tipo de desnutrición que deberá ser tratada de forma diferente. Por ejemplo, una altura insuficiente refleja que el niño ha sufrido carencias nutricionales durante mucho tiempo. El bajo peso indica que las carencias son aún más agudas.
Desnutrición infantil: los 4 tipos
- Desnutrición crónica. Un niño que sufre desnutrición crónica tiene un retraso en el crecimiento. Es decir, su talla es inferior al estándar internacional correspondiente a su edad. Este es el tipo de desnutrición más difícil de diagnosticar y que muchas veces permanece en la sombra.
- Desnutrición aguda moderada. Un niño con desnutrición aguda moderada pesa menos de lo que corresponde con respecto a su altura. Para diagnosticarla se utiliza una cinta especial con la que se mide el perímetro del brazo.
- Desnutrición aguda grave. Un niño con desnutrición aguda grave tiene un peso muy inferior respecto a su altura. Su riesgo de muerte es inminente, por lo que necesita atención médica urgente. Cabe destacar aquí dos tipos de desnutrición severa que se diagnostican según algunos signos clínicos: el kwashiorkor y el marasmo.
- Carencia de vitaminas y minerales. La desnutrición por falta de micronutrientes se manifiesta de distintas maneras. Por ejemplo, un niño que carece de vitamina A es más propenso a las infecciones y corre mayor riesgo de sufrir ceguera. Por otro lado, la falta de hierro dificulta la capacidad de aprendizaje.
Casi 200 millones de niños con desnutrición
Todavía hoy, casi 200 millones de niños en el mundo sufren algún tipo de desnutrición. Concretamente, más de 149 millones padecen desnutrición crónica o retraso en el crecimiento, principalmente en África y Asia; más de 45 millones tienen desnutrición aguda y, de ellos, 13,6 millones sufren desnutrición aguda grave.
En este sentido, la llegada de la COVID-19 supuso una amenaza a los importantes avances que tanto costó conseguir en la nutrición de todos los niños y niñas. La pandemia afectó dramáticamente las vidas y los medios de subsistencia de las familias, interrumpiendo el acceso a dietas nutritivas y asequibles y a la prestación de servicios esenciales de nutrición, lo que produjo un impacto negativo en la alimentación infantil.
Actuar en los primeros meses de vida es clave para prevenirla y dar a estos niños la oportunidad de crecer sanos y fuertes.
Ayúdanos a acabar con la desnutrición infantil. ¡Juntos podemos salvar miles de vidas!
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