Sudán: UNICEF advierte sobre la agravación de la crisis humanitaria

La directora ejecutiva de UNICEF, Catherine Russell, ha visitado el país y ha pedido que se tomen medidas urgentes para proteger a la infancia

Catherine Russell en Sudán

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NUEVA YORK/PUERTO SUDÁN, 9 de diciembre de 2025 – Ante la grave crisis humanitaria que atraviesa Sudán, caracterizada por la escalada del conflicto, el aumento del hambre y el mayor nivel de desplazamiento infantil del mundo, la directora ejecutiva de UNICEF, Catherine Russell, ha pedido que se tomen medidas urgentes para proteger a los niños y niñas y garantizar los servicios esenciales durante su visita al país. 

En Sudán, se estima que 10 millones de personas han sido desplazadas, la mitad de ellas niños y niñas. Más de 30 millones de personas necesitan asistencia humanitaria. Los niños y niñas atrapados en zonas asediadas y de difícil acceso, como las regiones de Darfur y Kordofán, son especialmente vulnerables, ya que el acceso a alimentos, agua y suministros médicos sigue estando prácticamente cortado. 

“Los niños y niñas de Sudán están viviendo una situación de violencia, hambre y miedo constantes”, ha declarado Catherine Russell, directora ejecutiva de UNICEF. “Las mujeres y las niñas son las más afectadas por la crisis, incluyendo niveles espantosos de violencia sexual. Necesitan protección, servicios y solidaridad global”. 

Durante su visita a Kassala, Russell se reunió con mujeres y adolescentes que reciben apoyo psicosocial y formación profesional en un centro apoyado por UNICEF. Muchas huyeron de la violencia y encontraron atención y seguridad en el centro, pero servicios similares son extremadamente limitados en los estados de Darfur y Kordofán debido a la inseguridad permanente. 

"Hablé con una chica llamada Nahed, que solo tenía 16 años cuando estalló la guerra, mientras visitaba Jartum para celebrar el Eid con su familia”, dijo Russell. “Huyeron, pero la guerra los siguió. Cuando hombres armados atacaron su pueblo, comenzaron a matar gente, entre ellos a su abuelo y a su tío, mientras que las chicas eran violadas o secuestradas. Nahed logró escapar, pero dijo que fue aterrador. Los recuerdos escalofriantes permanecen”. 

En Darfur del Norte, los combates en Al Fasher y sus alrededores han obligado a más de 106.000 personas a huir desde finales de octubre, saturando los centros de acogida y convirtiendo zonas como Tawila en extensos asentamientos informales. Los niños recién desplazados llegan agotados, deshidratados y con una necesidad urgente de protección, nutrición y asistencia médica. UNICEF está allí prestando esos servicios, pero la inseguridad dificulta la respuesta. 

Se ha declarado la hambruna en algunas zonas de las regiones de Darfur y Kordofán, con riesgo de propagación. Las familias que intentan huir se enfrentan a rutas peligrosas, y las que llegan a zonas más seguras suelen hacerlo en estado de desnutrición grave, enfermas y angustiadas. Las agencias humanitarias se ven a menudo bloqueadas por la inseguridad a la hora de entregar suministros humanitarios esenciales. Los niños y niñas de las zonas de primera línea suelen quedarse sin atención psicosocial, sin apoyo para los supervivientes de la violencia de género y sin otros servicios esenciales. 

“Hablé con un niño que había escapado de Al Fasher y había llegado a Kassala hacía dos semanas”, ha relatado Russell. “Me contó que en Al Fasher reinaba el miedo y la violencia, y que finalmente había conseguido escapar a pie con su familia. Sin embargo, durante el trayecto se vieron obligados a detenerse varias veces por hombres armados que les exigían dinero para dejarles pasar. Me dijo que había sido una experiencia terriblemente aterradora”. 

A pesar de las graves restricciones de acceso, UNICEF está prestando asistencia en todo el país. Entre las iniciativas recientes figuran la identificación y el registro de niños no acompañados y separados de sus familias, con más de 200 reunificaciones en Darfur del Norte; la asistencia a víctimas de violencia de género, incluida la atención psicosocial, la derivación a otros servicios y el apoyo económico a las supervivientes; y el apoyo psicológico a miles de niños y cuidadores en lugares de alto riesgo. 

UNICEF también ha restablecido el acceso al agua potable para cientos de miles de personas y está utilizando clínicas móviles e instalaciones de sus aliados para prestar servicios de salud y nutrición, así como para responder a brotes de enfermedades, incluido el cólera. 

UNICEF hace un llamamiento para que se ponga fin de inmediato a la violencia y para que todas las partes respeten el derecho internacional humanitario, garantizando la seguridad y la dignidad de todos los niños y civiles. Debe garantizarse un acceso humanitario seguro y sin obstáculos, deben eliminarse las barreras al movimiento de la ayuda y el personal, y los trabajadores humanitarios deben estar protegidos. Se necesita urgentemente una mayor financiación flexible, en particular para la protección de la infancia, la violencia de género y el apoyo psicosocial. 

“En todos los lugares a los que fui, los niños me decían lo mismo: ‘Lo único que queremos para Sudán es la paz’”, ha concluido Russell. “El mundo debe esforzarse más para hacer realidad ese deseo”. 

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Ildefonso González

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