Palabras de la directora ejecutiva de UNICEF, Henrietta Fore, en la sesión del Consejo de Seguridad sobre la situación humanitaria en Siria

NUEVA YORK, 29 de marzo de 2021 - "Miembros del Consejo: este año marca un aniversario que nadie quería ver: el décimo año de la crisis de Siria.

Palabras de la directora ejecutiva de UNICEF, Henrietta Fore, en la sesión del Consejo de Seguridad sobre la situación humanitaria en Siria

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Casas, hospitales, escuelas y sistemas de agua han sido destruidos.

Una crisis económica, la peor en la historia de Siria, que ha sumido al 90% de la población en la pobreza.

Violaciones impunes de la legislación humanitaria.

Millones de desplazados internos o que huyen a través de las fronteras de Siria.

Y una violencia sobrecogedora que ha matado o herido a 12.000 niños (esa es la cifra verificada, pero probablemente hayan sido muchos más), desde que comenzaron los enfrentamientos. La semana pasada, un niño de 10 años murió en la zona de Al-Atareb, en otro ataque contra un hospital.

Tragedia tras tragedia para un país que una vez fue hermoso y que hoy resulta irreconocible. Y para una generación de niños que crecen sin haber conocido nada más que la guerra.

En toda Siria, casi el 90% de los niños necesita ayuda humanitaria.

3,2 millones dentro de Siria y en los países vecinos no asisten a la escuela. Son vulnerables a la violencia, la explotación, el matrimonio infantil, el trabajo infantil o se ven obligados a combatir. El número de familias que refieren que sus hijos sufren angustia psicológica se ha duplicado en el último año.

Los ataques están diezmando sistemas esenciales. Solo en 2019, se registraron 46 ataques en instalaciones de agua, lo que interrumpió el acceso de familias que la necesitaban desesperadamente. La interrupción constante de la estación de agua de Alouk, en Hassakeh, que sirve a casi medio millón de personas, está dejando a los civiles a expensas de agua no potable y expuestos a enfermedades mortales transmitidas por ese medio.

La crisis económica, cada vez más profunda, está haciendo que millones de familias no tengan a su alcance una nutrición adecuada. El año pasado se registró el mayor número de personas en situación de inseguridad alimentaria en la historia del país.

En algunas zonas del noroeste, la desnutrición aguda se acerca al umbral de emergencia del 15% entre los niños desplazados, en zonas de difícil acceso y en los campamentos. Bajo la mirada del mundo, a medio millón de niños con retraso del crecimiento en Siria se les está robando su pleno potencial desde una edad muy temprana. Nunca podrán desarrollar cerebros sanos o cuerpos fuertes si sufren retraso en el crecimiento entre su tres y sus cinco primeros años de vida. Los niños no pueden esperar.

En el noreste, más de 37.000 niños languidecen en los campamentos de al-Hol y al-Roj. Más de 800 niños se encuentran en centros de detención y prisiones.

Y en el sureste, 11.000 personas, la mitad de ellos niños, viven en el campamento de Rukban en condiciones cada vez más graves, entre ellas falta de alimentos y medicinas y una creciente preocupación por la propagación de la COVID-19.

En toda Siria se han reportado casi 48.000 casos de COVID-19. Las pruebas disponibles son limitadas y es probable que ese número sea mucho mayor.

Y el efecto dominó de la guerra en los países vecinos de Siria –incluyendo Jordania, Líbano, Irak, Egipto y Turquía- está afectando a las comunidades de acogida y también a las de refugiados, poniendo a prueba tanto las economías y los servicios como las emociones, la paciencia y la generosidad.

Con el resto de la familia de Naciones Unidas y nuestros aliados, nuestros equipos están proporcionando atención sanitaria (como 900.000 vacunaciones rutinarias infantiles el año pasado), apoyo psicosocial, educación, agua, ayudas en efectivo, información para que la gente pueda mantenerse a salvo de la COVID-19 y acceso equitativo a las vacunas.

La conferencia de donantes de mañana en Bruselas será una oportunidad para renovar el apoyo global en áreas clave. Esto incluye educación, que destacaré como una necesidad crítica. Y un llamamiento de fondos para cerrar urgentemente la falta de apoyo en el noroeste de Siria, donde las necesidades son mayores.

Pero, más allá de los fondos, necesitamos la ayuda del Consejo en cuatro áreas:

En primer lugar, UNICEF y nuestros aliados necesitamos acceso regular al noroeste de Siria para proporcionar ayuda humanitaria vital.

La renovación de doce meses proporcionó una ventana necesaria para ayudar a la gente que lo necesitaba desesperadamente. Pero las necesidades se multiplican. En este último año hemos visto que el número de niños que necesitan ayuda humanitaria en el noroeste ha aumentado un 20%. Más de 55.000 niños están gravemente desnutridos y se enfrentarán a consecuencias terribles si no hay un acceso continuado a la ayuda humanitaria.

No podemos dar la espalda a los 3,4 millones de personas que viven allí y que necesitan ayuda, incluidos 1,7 millones de niños. Están viviendo en campos masificados o en asentamientos informales con un acceso limitado o inexistente a electricidad, atención sanitaria o agua. Esta ayuda es el único balón de oxígeno que tienen.

Hacemos un llamamiento al Consejo para que renueve la Resolución sobre la ayuda transfronteriza. Y que no escatime esfuerzos en alcanzar un acuerdo sobre el acceso a niños en las operaciones de primera línea para llegar al gobernorado de Idlib y otras partes del noroeste.

En segundo lugar, todas las partes deberían detener inmediatamente los ataques contra niños, hospitales, escuelas y otra infraestructura civil vital, como plantas de agua. Estos servicios esenciales necesitan protección.

En tercer lugar, apoyen el llamamiento de UNICEF para la liberación, repatriación y reintegración segura, voluntaria y digna de los niños del noreste.

Un niño es un niño, no importa quién sea o dónde esté, o quiénes sean sus padres. Tienen derecho a volver a sus comunidades, ser protegidos y recibir los mismos servicios que cualquier otro niño. Muchos han sido testigos y experimentado violencia extrema, y necesitan apoyo a largo plazo para recuperar y reiniciar sus vidas.

Los niños de Siria en al-Hol y al-Roj deberían integrarse en sus comunidades locales, mientras que los niños de terceros países deberían ser repatriados de manera segura a sus países de origen.

Y, en cuarto lugar, apoyen el llamamiento de Naciones Unidas a la paz. Siria se está desintegrando delante de nuestros ojos. Después de diez años, es hora de bajar las armas, ir a la mesa de negociación y alcanzar un acuerdo de paz duradero.

Hasta entonces, nuestros equipos permanecen y ayudan. Creemos en un futuro más brillante para los niños de Siria. Su valentía nos inspira cada día.

Como las vidas de los niños que conocí en la escuela de Tal-Amara, en el sur de Idlib rural, durante mi última visita. Sus caras sonrientes y brillantes mientras me enseñaban orgullosos sus

Para millones de niños sirios cansados de la guerra, la esperanza es lo único que tienen. Hacemos un llamamiento en este Consejo no solo para que mantengan viva esa esperanza, sino para unirla a las soluciones y apoyo que necesitan, y a la paz duradera que merecen. Gracias”.

Acerca de UNICEF

UNICEF trabaja en algunos de los lugares más difíciles para llegar a los niños y niñas más desfavorecidos del mundo. En 190 países y territorios, trabajamos para cada niño, en todas partes, cada día, para construir un mundo mejor para todos.

Para más información:

Belén de Vicente

UNICEF España, Tel: 609 160 051 / 91 378 85 91

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