México: un año después de los terremotos, los niños siguen necesitando apoyo

Ciudad de México, 12 de septiembre de 2018 –UNICEF ha presentado hoy su Informe sobre la situación humanitaria de la infancia y la adolescencia a un año de los terremotos en México, que reconoce importantes avances, tanto en la preparación y respuesta ante las emergencias en general, como en lo referente a cubrir las necesidades de los niños, niñas y adolescentes afectados por los seísmos que se produjeron el 7 y el 19 de septiembre de 2017.

México: un año después de los terremotos, los niños siguen necesitando apoyo

Sin embargo, UNICEF reitera también la necesidad de poner a la infancia en el centro de toda respuesta humanitaria y de que se cumplan los derechos de las personas afectadas por los terremotos. Así, ha recordado que ni un solo niño, niña o adolescente debe permanecer fuera de la escuela o en condiciones que afecten negativamente a su derecho a una educación de calidad.

Un año después de los terremotos, unas 3.444 escuelas siguen parcial o completamente dañadas, según informes de situación de Chiapas y Oaxaca. Aunque el abastecimiento de agua a hogares y otros entornos se ha ido restableciendo paulatinamente, la cantidad de agua que llega ha disminuido.

Además, la vida de la comunidad en general ha cambiado sustancialmente a causa de los seísmos. Los niños siguen necesitando atención psicosocial, pero los servicios disponibles para atenderlos son limitados. Recuperar espacios adecuados y seguros para que puedan aprender, socializar, jugar y participar en actividades comunitarias es una necesidad urgente, y la reconstrucción del sector educativo debe seguir siendo una prioridad.

Tras producirse los terremotos, UNICEF hizo un llamamiento por valor de 6,6 millones de dólares (5,6 millones de euros) para cubrir las necesidades de los niños en los sectores de agua, saneamiento e higiene, educación, salud y nutrición, protección infantil y políticas sociales.

“El trabajo de UNICEF en México es posible en una gran medida gracias a las contribuciones de individuos y empresas, y lo mismo sucedió durante esta emergencia. Un dato interesante es que, de los más de 8 millones de dólares recaudados, el 80% provino del extranjero, demostrando la solidaridad del mundo hacia los niños y niñas de México”, ha explicado Christian Skoog, representante de UNICEF en México.

Con estos fondos UNICEF ha podido, entre otras acciones:

  • distribuir kits de higiene a 3.579 familias.
  • informar sobre la importancia mantener la lactancia materna y cómo hacerlo a 2.400 mujeres, y formar a 1.359 profesionales de la salud en este asunto.
  • garantizar el acceso de 9.370 niños, niñas y adolescentes a agua segura para beber y a instalaciones de saneamiento e higiene aptas para ellos.
  • proveer espacios temporales de aprendizaje para 20.560 niños, niñas y adolescentes. 
  • distribuir materiales escolares mediante “Escuelas en una maleta” para 32.400 niños, niñas y adolescentes.
  • formar a 5.962 docentes en materia de apoyo psicosocial y emergencias.
  • instalar 37 espacios amigos de la infancia, en los que participaron 8.290 niños y donde se atendió a 1.050 padres, madres y cuidadores.

UNICEF destinó el 31% de estos recursos a la respuesta inmediata a la emergencia, y el 69% restante al plan de recuperación. En ambas fases, aproximadamente el 52% de los recursos se destinó a educación (para retomarla lo antes posible), el 22% a protección (ante la extrema vulnerabilidad de los niños en situaciones de este tipo), otro 22% a agua, saneamiento e higiene, un 3% a salud y nutrición, y un 1% a políticas sociales.

Aunque UNICEF ha mostrado su satisfacción por los resultados conseguidos gracias al trabajo conjunto con sus aliados del gobierno, sociedad civil y sector privado, entre otros, también ha recordado los retos a los que se enfrenta.

“México es un país expuesto a múltiples fenómenos naturales que está trabajando para aumentar su resiliencia ante las emergencias, ha incrementado su cultura de protección civil y ha avanzado mucho desde 1985, como fue evidente en 2017: hubo menos muertos y heridos, y menor daño a ciertos tipos de infraestructura”, ha asegurado Christian Skoog. “Ahora tenemos la oportunidad de dar dos importantes pasos: debemos asegurar la continuidad de la educación durante y después de una emergencia por medio de escuelas más seguras, y debemos también desarrollar protocolos y mecanismos de respuesta enfocados en la infancia, para que en futuras emergencias sufran los menos efectos posibles y su recuperación mucho más rápida”. Skoog ha señalado que UNICEF está dispuesta a compartir su experiencia en emergencias a nivel mundial, para apoyar, por ejemplo, el fortalecimiento de sistemas de información que aseguren una respuesta aún más sólida y rápida en futuras emergencias en México.

UNICEF ha realizado en Jojutla (Morelos) y Juchitán (Oaxaca) un estudio sobre el impacto de los terremotos de 2017 en la salud, nutrición, educación y protección de la infancia. El estudio muestra que es necesario fortalecer los procesos de donación de alimentos, para que la salud de los niños no se vea afectada, y promover la lactancia materna. En cuanto a protección social, México necesita programas de emergencia social o prestaciones para cubrir las necesidades básicas de grupos vulnerables -especialmente familias con niños- relativas a alimentación, salud, vivienda temporal, ropa, etc., para evitar consecuencias irreparables a largo plazo.

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Acerca de UNICEF

UNICEF promueve los derechos y el bienestar de todos los niños y niñas en todo lo que hacemos. Junto a nuestros aliados, trabajamos en 190 países y territorios para transformar este compromiso en acciones prácticas, centrando especialmente nuestros esfuerzos en llegar a los niños más vulnerables y excluidos para el beneficio de todos los niños, en todas partes.

Para más información:

Belén de Vicente

UNICEF España, Tel: 609 160 051 / 91 378 95 55

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