El alto el fuego ofrece un rayo de esperanza para la infancia en Gaza

Declaración del portavoz adjunto de UNICEF, Ricardo Pires, durante la rueda de prensa celebrada hoy en Ginebra

Camión de UNICEF con ayuda humanitaria para Gaza

Audio de Ricardo Pires en español AQUÍ.

Declaración completa y transcripciones AQUÍ.
 


GINEBRA, 10 de octubre de 2025 – “Permítanme comenzar compartiendo la reacción ante la noticia de ayer sobre el acuerdo para lograr un alto el fuego y poner fin a la guerra en la Franja de Gaza. Son las palabras de dos niños con los que UNICEF habló en Deir al Balah, en el sur de Gaza. Sus voces son mucho más poderosas que cualquier cosa que pueda decir aquí hoy.

Maisara tiene 13 años. Dijo:
‘Me sentí feliz en el momento en que escuché la noticia del alto el fuego. Por fin podré regresar a mi ciudad en el norte, porque, como todos los niños, estamos cansados de la guerra. Queremos volver a vivir nuestra infancia. Lo que más me alegra es que ya no sufriremos hambre.’

‘Abrazaré la tierra de mi ciudad porque la he echado muchísimo de menos. Volver a mi ciudad significa regresar a la escuela y a nuestra vida normal’.

Rasha también tiene 13 años. Mencionó:
‘Echo de menos a mis primos. Queremos ir a visitarlos al cementerio del campo de East Bureij. También queremos ver a nuestras familias en Gaza. Desde que se anunció el alto el fuego, todos estamos felices’.

Estos son solo dos de los más de un millón de niños y niñas que han esperado este día durante más de dos años: dos años de un sufrimiento inimaginable.

La noticia de un alto el fuego inminente trae un rayo de esperanza muy necesario —y largamente esperado— para ellos y sus familias. Esta esperanza debe ir acompañada de una acción inmediata y urgente.

Es fundamental que todas las partes del conflicto hagan todo lo que esté a su alcance para garantizar que el acuerdo se implemente, se mantenga y conduzca a una paz duradera. En las horas que restan hasta que el alto el fuego entre oficialmente en vigor, los niños y niñas deben ser protegidos.

El alto el fuego traerá esperanza de que los asesinatos y mutilaciones de niños puedan finalmente detenerse. Más de 64.000 niños y niñas han muerto o resultado heridos a causa de los ataques del ejército israelí. Alrededor del 25% de ellos presenta lesiones que podrían cambiarles la vida para siempre.

UNICEF está preparado. La ayuda debe llegar. Israel debe abrir el mayor número posible de puntos de entrada. La situación es crítica. Corremos el riesgo de ver un aumento masivo de muertes infantiles, no solo neonatales, sino también de bebés, cuyos sistemas inmunitarios están más debilitados que nunca y que llevan años sin acceso a una alimentación adecuada.

Si a esto se suma un invierno frío, sin refugio ni ropa adecuada, el resultado será letal: el año pasado vimos morir a recién nacidos por hipotermia.

Pero UNICEF sabía que esta situación se avecinaba. Lleva meses conseguir y trasladar suministros desde todo el mundo hasta Gaza. Por eso lo tuvimos en cuenta y empezamos a pedir lonas y ropa de invierno en julio.

Nuestro objetivo es entregar dos juegos de ropa de invierno a cada bebé menor de 12 meses y llevar un millón de mantas para todos los niños y niñas de Gaza.

Y la lista continúa. Tenemos dispositivos de asistencia en camino para los miles de niños heridos, ya que durante mucho tiempo se nos ha impedido introducir artículos como sillas de ruedas y muletas.

Estamos listos para apoyar la restauración de los sistemas de suministro de agua, así como los de drenaje y saneamiento —incluida la gestión de residuos sólidos—, para atender a todos los niños, niñas y familias de la Franja de Gaza.

Y, por supuesto, la nutrición.

Como prioridad absoluta, el acuerdo debe servir para prevenir la malnutrición y evitar la propagación de la hambruna. UNICEF tiene la capacidad de mejorar rápidamente el estado nutricional de 50.000 niños y niñas menores de cinco años en alto riesgo y de 60.000 mujeres embarazadas y lactantes. Lo hemos estado haciendo en los últimos meses, pero necesitamos poder llevar a Gaza una cantidad masiva de suministros y tratamientos nutritivos.

Un alto el fuego efectivo debe ser más que palabras: debe mantenerse y respetarse, situando los derechos de la infancia en el centro. Esto implica abrir todos los pasos fronterizos para la ayuda humanitaria y garantizar que cada niño y niña, de norte a sur, reciba los elementos esenciales para sobrevivir.

La ayuda humanitaria es solo el comienzo. Los niños y niñas de Gaza también necesitan que se reabran las escuelas, se recuperen los espacios de juego y se les dé tiempo para sanar de traumas inimaginables. Este alto el fuego debe crear las condiciones tanto para la asistencia de emergencia como para la recuperación a largo plazo, para que niños y niñas como Maisara y Rasha puedan recuperar su infancia. El camino será largo.”

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