Se abre un nuevo campamento para las comunidades desplazadas en el norte de Yemen

Cientos de familias han comenzado a instalarse en el nuevo campamento para desplazados de al-Mazrak. Esta comunidad en el noroeste de Yemen ha recibido a decenas de miles de personas en los últimos meses. Este repentino influjo comenzó en agosto de 2009, cuando los combates entre las fuerzas gubernamentales de Yemen y los grupos rebeldes obligaron a las familias a huir de sus hogares y buscar refugio en esta zona remota y desértica. El conflicto comenzó en 2004, y desde entonces ha desplazado a alrededor de 200.000 personas

Los campamentos para personas desplazadas se encuentran ya en operación, y albergan aproximadamente 23.000 personas. También se están proporcionando servicios a otros miles de familias fuera de los campamentos.

Las familias están siendo reubicadas en este campamento desde una zona de recepción, donde han vivido de manera temporal, así como desde otros campamentos repartidos en varios lugares. El nuevo campamento tendrá una capacidad para 1.200 familias (más de 9.000 personas).

¿Cómo es ser una familia refugiada?

Entre los primeros residentes se encontraba Hafedha, una mujer de 20 años que tiene cinco hijos. Ella y su familia pasaron dos meses viviendo en la zona de recepción. Como a todos los recién llegados, un grupo de profesionales médicos les examinó al principio. Luego les inscribieron, les asignaron una tienda de campaña y les dieron tarjetas de racionamiento. También les proporcionaron materiales esenciales, como colchones, utensilios de cocina, recipientes de agua y productos para la higiene. En el campamento hay asistentes que han recibido capacitación de UNICEF para ayudar a las familias a instalarse. En el campamento hay varios puntos de agua para proporcionar acceso al agua potable. En la actualidad el agua se distribuye en camiones, pero hay planes para construir una red de cañerías.

Para muchas familias, vivir en el campamento les ha proporcionado acceso a instalaciones y servicios que no había en sus poblados de origen. Por ejemplo, Hafedha dijo que era la primera vez que su familia utilizaba una letrina. En las próximas semanas, sus niños podrán acudir a la escuela y participar en actividades recreativas organizadas y apoyadas por UNICEF.

UNICEF también está preocupado por la salud mental de estas personas desplazadas, muchas de las cuales han sufrido experiencias traumáticas. Un equipo de voluntarios capacitados en apoyo psicosocial está examinando a la población, ofreciendo apoyo y orientación a todo aquel que lo necesite. Además están disponibles espacios seguros para que los niños jueguen y se expresen.

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