Curando heridas en Conakry

En noviembre de 2006 hubo un brote de violencia en la capital de Guinea, Conakry, que dejó como resultado 120 muertos y 1.600 heridos. Los efectos de esta crisis aún se dejan sentir en gran parte de la población, pero sobre todo en la infancia. UNICEF trabaja para curar las heridas y devolver la esperanza a niñas que han sufrido la barbarie de una situación de inestabilidad política que favorece la criminalidad y la impunidad

*Nota: todos los nombres han sido cambiados para proteger las identidades.

Adelaida Leno se despierta y sonríe a la Sra. Barry, la directora del centro donde vive ahora temporalmente. Luego mira con cara de interrogación al personal de UNICEF que ha ido a visitarla. Cuando le preguntan por su nombre, devuelve una sonrisa enorme y responde “me llamo Adelaida y creo que tengo seis años”, y mira a la Sra. Barry, que confirma su edad.

”Vivo en Kipé con mi madre, que vende nueces de cola y con mi padre, que conduce un coche blanco y le pagan por eso”.

”Por la guerra, mi madre me llevó a la casa de mi tío, mientras ella se fue a Macenta para conseguir más nueces de cola. Me fui a jugar con un amigo en el barrio y un hombre alto me llamó y me dijo que me fuera con él. Fuimos a una casa muy bonita y me llevó a su habitación. Me dijo que me mataría si gritaba o le decía algo a alguien… se quitó los pantalones… Cuando volvía a casa me lave una y otra vez, y otra vez. Le conté a mi mejor amiga, Bedu, lo que había pasado. Bedu se lo contó a mi hermana Michelle, que es mi favorita de mis ocho hermanos. Michelle se lo contó a mi padre y fuimos a buscar al hombre juntos.”

Adelaida ya no sonríe. Al preguntarle si sabe que lo que el hombre hizo está muy mal, dice que sí, pero sin ningún convencimiento.

Un centro protegido para las víctimas de la violencia

Adelaida no vive sola en el centro protegido que lleva AGUIAS, la Asociación Guineana de Asistentes Sociales, con el apoyo de UNICEF. Hay otras niñas como Mariama, de 13 años o Haja y Assiatou, de 15, que también están recibiendo asistencia psicosocial después de haber sufrido violaciones u otras formas de abuso.

Algunas niñas han sidovioladas por miembros de grupos armados, otras por civiles, pero todos adultos. Todas dicen que quieren ser doctoras cuando sean mayores.

AGUIAS fue creada en 1999 con el apoyo de UNICEF. La asociación ofrece cuidados médicos y asistencia psicosocial para niñas víctimas de abuso, ya sea tráfico infantil, violencia doméstica o violencia de género, en los cinco municipios de Conakry.

Cada oficina de AGUIAS está en un edificio protegido con vigilancia, para ayudar a que las niñas se sientan seguras. Durante los últimos seis años, el programa ha ayudado a reintegrar a 250 niñas vulnerables que habían sidovíctimas de abuso. Además, las niñas han recibido formación profesional.

Información para denunciar los abusos

Grupos de voluntarios de AGUIAS han iniciado campañas en las comunidades para animar a que se comuniquen los actos de violencia, distribuyendo un número de teléfono gratuito y direcciones de referencia para asistencia.

Además, UNICEF y otros organismos de la ONU, ONG e instituciones internacionales trabajan junto a la policía guineana para realizar un seguimiento de los casosdenunciados de violación. Esto ha ayudado a llevar a los agresores ante la justicia. Hoy, como resultado, el hombre que violó a Adelaida está en la cárcel.