Contigo luchamos contra el matrimonio infantil en Mozambique
Necesitamos poner freno de una vez por todas a esta práctica abusiva que se lleva por delante no solo la libertad de niñas y adolescentes, sino también sus derechos más básicos. Te invitamos a conocer la situación en Mozambique y a descubrir la labor de UNICEF a través de programas como Unidos por los derechos de las niñas.
¿Sabías que Mozambique es uno de los países del mundo con mayor tasa de matrimonio infantil? Aunque sea difícil de creer en pleno siglo XXI, es algo que afecta a la mitad de las niñas del país, lo que implica consecuencias terribles para su bienestar y su salud. Una de cada ocho se casa antes de cumplir 15 años y, en provincias como Cabo Delgado, la cifra asciende a una de cada cinco.
El matrimonio infantil condiciona la vida de las chicas a todos los niveles: las que se casan antes de los 18 años tienen ocho veces menos probabilidades de seguir estudiando, lo que limita sus oportunidades y las condena a una situación de pobreza a largo plazo. Además, existe una estrecha correlación entre el matrimonio infantil y los embarazos precoces, lo que aumenta la tasa de mortalidad tanto de las madres como de los bebés y el riesgo de malnutrición.
Un grupo de chicas participa en las iniciativas de UNICEF para erradicar el matrimonio infantil.
Las causas de un problema tan complejo como el matrimonio infantil son muy diversas, como, por ejemplo:
- Normas sociales y culturales: que en muchas comunidades se trata de algo totalmente normal y se percibe como parte natural del crecimiento.
- Presión económica: para algunas familias, el hecho de que sus hijas se casen es una estrategia para reducir la carga financiera de varias generaciones.
- Conflictos armados: en ciertas regiones, como Cabo Delgado, la violencia aumenta el riesgo de que las niñas se vean forzadas a casarse.
Para erradicar esta práctica es necesaria una solución integral, ya que se trata de transformar la percepción que tiene la sociedad, desafiar ciertas tradiciones y poner en valor el papel de niñas como Fátima.
Las escuelas se han convertido en un refugio seguro para miles de niñas en Mozambique.
Cuando apenas tenía 12 años, Fátima tuvo que despedirse de su infancia de un día para otro. Tras huir de la violencia en su aldea en Cabo Delgado, se refugió en un campo de reasentamiento donde conoció a un hombre 40 años mayor que ella que le propuso matrimonio con falsas promesas tanto para ella como para su familia. Sin embargo, la realidad era muy distinta, y acabó aislada y maltratada.
Por suerte, gracias a la intervención de UNICEF, por fin pudo anular su matrimonio y recibir atención médica, apoyo psicosocial y la posibilidad de reintegrarse en la escuela. La joven, que ahora tiene 14 años, nos explica: “pensaba que ya era demasiado mayor para volver al colegio, pero entre todos me han ayudado para retomar mis estudios”.
La historia de Fátima es solo una entre miles, pero también es el claro ejemplo de que juntos podemos acompañar a cada niña para que recupere su dignidad y su libertad. “Cuando sea mayor, quiero dedicarme a ayudar a otras niñas a escapar de matrimonios forzosos, justo como hice yo”, nos dice con una sonrisa. Ella lo ha conseguido, pero sigue quedando mucho por hacer.
La escuela es una de las herramientas más efectivas para prevenir el matrimonio infantil.
¿Cuál es el papel de UNICEF en la lucha contra el matrimonio infantil?
Gracias a la colaboración de los gobiernos, la sociedad civil, nuestros aliados y personas como tú, estamos llevando a cabo iniciativas para prevenir y responder a esta práctica con un enfoque centrado en los derechos humanos y la igualdad de género, como, por ejemplo:
- Identificación y derivación de casos: con la ayuda de mecanismos como la Línea de Ayuda a la Infancia y los Comités Comunitarios de Protección Infantil podemos detectar situaciones de riesgo y brindar apoyo urgente a las niñas que lo necesiten.
- Gestión de casos: estamos fortaleciendo el sistema para brindar un apoyo integral a las niñas en riesgo, en áreas como la salud, la educación, la justicia, el apoyo psicosocial y la protección social de las familias más vulnerables.
- Cambios y concienciación de la población: es momento de fomentar el diálogo entre las distintas generaciones con los líderes de la comunidad, de tener charlas con enfoque de género y hacer talleres sobre la crianza positiva.
- Protección en las escuelas: estamos apoyando a clubes escolares por todo el país donde las chicas aprenden a protegerse y a cuidarse las unas a las otras, además de enseñar a los profesores a prevenir y detectar este tipo de casos.
- Compromiso y colaboración: trabajamos en colaboración con organismos de todo tipo, como ministerios o el sistema judicial, además de líderes locales para implementar leyes efectivas que prevengan el matrimonio infantil.
La prevención del matrimonio infantil es cosa de todos, tanto de las niñas como de los niños.
Gracias al apoyo de UNICEF, cada vez más niñas en Mozambique pueden decir “no” al matrimonio infantil y “sí” a recuperar la ilusión por crecer y vivir en libertad. El progreso de las chicas es el progreso de todos, y desde UNICEF te damos las gracias por seguir colaborando con Unidos por los derechos de las niñas a favor de una igualdad real.




