Violencia infantil: una realidad demasiadas veces silenciada

La violencia contra los niños marca su vida para siempre. Te contamos los últimos datos sobre esta realidad poco contada y demasiadas veces silenciada.

Violencia infantil: una realidad demasiadas veces silenciada
Almudena Olaguíbel Echeverría-Torres

Almudena Olaguíbel Echeverría-Torres

"La violencia empieza pronto". Esta frase de nuestro último informe, Una situación habitual: violencia en las vidas de los niños y los adolescentes, nos sitúa con crudeza ante una realidad poco contada y demasiadas veces silenciada.

Este estudio es el fruto de grandes esfuerzos por cuantificar lo incuantificable, lo que no forma parte de ningún registro ni se apunta en ninguna tabla: a cuántas bofetadas, gritos, insultos, agresiones y abusos sexuales se enfrentan millones de niños en su día a día.

Los datos confirman que sí, que la violencia contra los niños empieza muy pronto y casi siempre de manos de quienes son responsables de su protección y cuidado. Conforme pasan los años, a ellos se sumarán compañeros de colegio, parejas, profesores, entrenadores y otros familiares. Rostros habituales y lugares cotidianos que representan un peligro más real que cualquiera de sus pesadillas.

Violencia infantil: justificando lo injustificable

Cerca de 300 millones de niños de 2 a 4 años en todo el mundo (3 de cada 4) son habitualmente víctimas de algún tipo de disciplina violenta por parte de sus cuidadores. Violencia que está justificada por más de 1 de cada 4 adultos que tienen niños a su cuidado y que afirman que el castigo físico es necesario para educarlos adecuadamente.

Esta situación parece no discriminar entre los niños de hogares más ricos y los menos favorecidos. Quizá el corporativismo adulto nos hace justificar ciertas formas de tratar a los más pequeños o incluso tapar comportamientos que no toleraríamos hacia una persona mayor de edad. Esto tiene consecuencias para estos niños, que se sienten merecedores o incluso culpables de la violencia que sufren.

Sorprende constatar que 9 de cada 10 adolescentes forzadas a mantener relaciones sexuales conocían a su agresor. Tal vez por ello, tan solo el 1% trató de conseguir ayuda profesional. Quizá también por la vergüenza, el miedo y el desconocimiento originados por nuestra propia ambigüedad a la hora de condenar la violencia que los niños y niñas sufren. Pero los datos son escalofriantes: alrededor de 15 millones de adolescentes en todo el mundo ha sido víctima de relaciones sexuales forzadas.

Violencia infantil en las escuelas

La escuela o el instituto pueden convertirse en un entorno hostil, con maestros que aplican castigos físicos, agresiones sexuales, y acoso por parte de compañeros. Todavía hay 732 millones de niños en edad escolar viviendo en países donde el castigo físico en la escuela no está completamente prohibido.

Además, las escuelas se han convertido en muchas ocasiones en blanco de tiroteos y ataques armados. En los últimos 25 años se han registrado 59 tiroteos en escuelas de 14 países, de las que casi 3 de cada 4 sucedieron en Estados Unidos, y cerca de 500 ataques o amenazas contra escuelas en 18 territorios en conflicto.

Ser adolescente hoy en día en ciertos países conlleva un alto riesgo de morir a causa de la violencia. Así, cada 7 minutos, en algún lugar del mundo un adolescente es asesinado. En America Latina se encuentran los 5 países del mundo con mayores tasas de homicidio entre adolescentes, afectando mayoritariamente a los varones. El informe también ha querido alertar sobre el dramático aumento de las muertes violentas de los menores de edad viviendo en países en conflicto, como Siria, niños y niñas que pueden ser utilizados como combatientes o verse atrapados en los ataques y bombardeos.

En UNICEF luchamos contra la violencia infantil

Conocer la magnitud del problema es el primer paso para atajarlo y aquí podemos hablar de avances significativos. Desde la publicación de nuestro último informe sobre violencia hacia la infancia en 2014, Ocultos a plena luz, hay más datos disponibles y se han puesto en marcha estudios por países y regiones. Pero luchar contra este problema necesita del compromiso de todos, a distintos niveles. Atender a las víctimas es haber llegado demasiado tarde.

Por eso, en UNICEF trabajamos con gobiernos de todo el mundo para que creen leyes que protejan a la infancia y que penalicen cualquier forma de violencia, así como políticas y mecanismos para hacer cumplir esas leyes. Además, estamos presentes en las comunidades para acompañar a padres, madres y cuidadores, porque ellos juegan un papel crucial en el compromiso para acabar con estas prácticas dañinas pero socialmente toleradas. 

¿Y tú? Tú también tienes mucho que decir ante esta injusticia. ¡Únete a nuestro movimiento contra la violencia infantil!

Almudena Olaguibel

Especialista en protección de UNICEF España