Viaje de socios a terreno 2019: “Lo que hace UNICEF tiene valor”
María Nieves, Carmen, María Luisa, Vicente y Daniel son los 5 socios que nos han acompañado a Guinea-Bissau para conocer de primera mano nuestros proyectos. Daniel nos cuenta cómo ha vivido esta transformadora experiencia.
18/09/2019
“Es una lucha para tener pan, tener tierra, libremente. Una lucha para tener escuelas, para que los niños no sufran, para tener hospitales. Esta es nuestra lucha. Y también es una lucha para mostrarle al mundo que somos personas dignas”.
Esta frase del líder revolucionario Amílcar Cabral, escrita en una pared de Guinea-Bissau, recuerda el proceso de descolonización de dicho país africano. Este era el objetivo antes, este sigue siendo el objetivo ahora y UNICEF está colaborando para conseguirlo.
Dedicaría muchas páginas a relatar todo lo que vi y sentí en el viaje de socios de UNICEF de este año, todo lo que aprendí y todo lo que compartí. Enseñaría fotos y recuerdos… Resumiendo mucho diré que, en una sociedad con muchas necesidades por cubrir, UNICEF aporta su granito de arena para mejorar esta situación.
Y vimos granitos de arena bien concretos: sobres de alimento terapéutico para disminuir la desnutrición infantil, test de detección de VIH/SIDA y tratamientos para las personas contagiadas, pozos de agua potable, escuelas infantiles, incubadoras y otros materiales hospitalarios, letrinas y baños…
También pudimos ver cuestiones menos tangibles, pero igual de importantes: el fomento de capacidades básicas en adolescentes no escolarizados, la promoción de la eliminación de la mutilación genital femenina y los matrimonios forzados, o la formación de asistentes comunitarios para prevenir las enfermedades más comunes.
Todo esto da sentido a nuestros esfuerzos por cooperar
Los 5 socios y socios del viaje a Guinea-Bissau visitan una escuela que recibe el apoyo de UNICEF.
Esto es solo una pequeña parte de lo que hace UNICEF en un país como Guinea-Bissau, de cómo cristalizan las ayudas de los socios y socias. Y es lo que certifica que todos nuestros esfuerzos se convierten en una realidad.
Me encantaría que todos los socios y socias de UNICEF pudieran ver y sentir las sonrisas, las palabras bonitas, los abrazos y todos los sentimientos que nos abrumaron a quienes participamos en el viaje y que recibimos en cada una de las visitas que hicimos.
Por último, me gustaría destacar que observé muy gratamente el respeto escrupuloso de UNICEF, tanto de las tradiciones como de los modelos culturales locales. También pude constatar la alta especialización de los profesionales (muchos de ellos ciudadanos y ciudadanas locales) que trabajan en terreno.
Lo que hace UNICEF en Guinea-Bissau tiene valor, en todos los sentidos posibles de esta expresión. Por eso hay que valorar las aportaciones anónimas que lo permiten. Sin embargo, no podemos dejar de ser conscientes de que queda mucho por hacer, por lo que la ayuda debe continuar hasta que lo que parece imposible deje de serlo.
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