"Teníamos miedo": Mientras esperan la llegada de la ayuda de emergencia, los niños paquistaníes tratan de superar los efectos del conflicto

PROVINCIA DE LA FRONTERA NOROCCIDENTAL, Pakistán, 29 de mayo de 2009 - En el interior de la tienda de campaña donde se dictan clases de primer grado en el campamento de desplazados de Yar Hussain, las alumnas recitaban la lección del día. Una de las niñas de seis y siete años era Habiba Rojan, que parece mucho mayor aunque no sabe su edad exacta porque no fue inscrita al nacer.

 La niña cree que tiene 12 años. Recientemente, Habiba y su familia tuvieron que permanecer dos semanas sin salir de su hogar para protegerse de los disparos de mortero y los bombardeos aéreos producto del conflicto entre las tropas gubernamentales y las fuerzas rebeldes de la región noroccidental del Pakistán. "Cada vez que oíamos el ruido de los aviones que volaban sobre mi casa teníamos mucho miedo. Mis hermanas y hermanos lloraban", recordó la niña. Al igual que varios millones de personas, Habiba y su familia debieron huir de sus hogares debido a la creciente violencia del conflicto. Todos ellos son protagonistas del desplazamiento de población más numeroso y veloz en la historia del Pakistán. 

Creciente necesidad de ayuda humanitaria

Más de dos millones de personas se han visto obligadas a huir de sus hogares como consecuencia del conflicto armado y se han sumado al medio millón de personas que continúan desamparadas como resultado del terremoto que devastó la región en 2008. Más de la mitad de los desplazados son niños y niñas, y todos tienen necesidades cada día más urgentes. Habiba es una de los 320 niños y niñas que asisten a la escuela primaria del campamento de Yar Hussain, que recibe apoyo de UNICEF. El gobierno del distrito ha asignado maestros locales a la escuela, mientras que UNICEF ha suministrado mochilas, libros y cuadernos y medios de transporte para los docentes. Sin embargo, en los campamentos no hay suficientes escuelas provisionales para recibir a todos los niños y niñas en edad escolar. Miles de ellos no han podido matricularse, mientras que un número aun mayor de niños y niñas que viven fuera de los campamentos tampoco asiste a clases. Además, se calcula que el número de niños y niñas que no van a la escuela continuará aumentando de manera notable a medida que continúen llegando a los campamentos más familias desplazadas. Debido al agravamiento de la crisis humanitaria, UNICEF ha hecho un llamamiento para recaudar 41 millones de dólares, que se emplearán para satisfacer las necesidades inmediatas de las familias cuyas condiciones de vida empeoran día a día.

Suministros de emergencia

Las existencias de suministros de emergencia de UNICEF en el Pakistán están casi agotadas, de manera que el organismo internacional ha comenzado a enviar asistencia adicional y prepara 35 toneladas de equipos y materiales que se despacharán desde su depósito central, en Copenhague. "Pese a que aún debemos establecer cuáles son las necesidades, ya tenemos una idea aproximada de cuántos conjuntos de elementos de emergencia tendremos que preparar. De manera que ya hemos puesto manos a la obra y estamos seleccionando los artículos que enviaremos", afirma Jean-Cédric Meeùs, Coordinador de las operaciones de emergencia de la División de Suministros. "Tenemos que despachar suministros esenciales en el menor tiempo posible". La ayuda a los desplazados de la región noroccidental del Pakistán incluirá:

  • El suministro de instalaciones de agua potable y saneamiento para prevenir la propagación de enfermedades.
  • El apoyo a las actividades de inmunización.
  • La creación de "espacios acogedores para los niños" para aliviar las presiones y tensiones que sufren los menores afectados por el conflicto armado.
  • La localización y la ayuda a los niños huérfanos y sin acompañantes y las familias con la mujer como cabeza de familia.

Testigos de la violencia

"Muchos de los niños que llegan a los campamentos han sido testigos de episodios de violencia a los que no debería estar expuesto ningún niño", afirmó Martin Mogwanja, Representante de UNICEF en el Pakistán. "Y todos han sido desarraigados de sus vidas normales y sus entornos familiares". "UNICEF les ayudará a superar este trastorno", añadió Martin Mogwanja, "y les brindará estabilidad y normalidad mediante el restablecimiento de las actividades escolares rutinarias". Habiba, por su parte, disfruta de la escuela aunque aún añora volver a su hogar. "Extraño a mis pollitos", dice con los ojos llenos de lágrimas. "No sé si están vivos o muertos".