No hay excusas
En ocasiones, cuando salimos de la oficina, vamos directamente al centro, a cenar algo antes de irnos a casa, para salir un poco de la oficina en la que pasamos tantas horas. Ya de noche, de regreso a casa, con el taxi atravesamos algunos barrios sin luz, en el mismo centro de Antananarivo, donde las muchachas se arriman a pequeñas hogueras para calentarse. Me viene a la cabeza imágenes de las películas del Bronx neoyorquino. Pero no, no estamos en el Bronx. Estamos en Madagascar. Y es absolutamente inquietante la prostitución que hay en las calles de Antananarivo.
Y sobre todo, la edad de algunas de las muchachas. Se estima que entre el 30% - 50% tienen entre 10 y 17 años. Serio problema. Aunque en la capital la mayoría de los clientes son malgaches, en las zonas más turísticas, en las lindas playas de Madagascar, son los extranjeros los que buscan a las chicas jóvenes para mantener relaciones sexuales. Hace poco UNICEF puso en marcha una campaña para alertar sobre este tema, sobre todo dirigido a los turistas y extranjeros que muchas veces hacen en países como este lo que jamás se les ocurriría hacer en su propio país. Cientos de pósters y folletos etc., se han distribuido por los lugares donde los

Al verlo recordé la campañaNO HAY EXCUSAS que UNICEF-Comité Español puso en marcha hace un par de años dirigida a todos aquellos viajeros que hacen las maletas pensando que en el lugar de destino pueden mantener relaciones sexuales con menores con total inmunidad.
Las dos caras de una misma moneda.